Un grupo ultraconservador de una de las ciudades sede de la Copa Mundial de Rusia ha advertido que notificará a la policía si detecta hombres besándose en público.
La próxima semana, 11 ciudades rusas celebrarán la competencia internacional de fútbol más importante del mundo, y el Kremlin ha descartado toda insinuación de que las restrictivas leyes del país podrían entorpecer la fluidez del torneo. Pese a ello, en la ciudad de Rostov, los miembros de las comunidades cosacas -en extremo religiosas y tradicionalistas- que colaborarán con las autoridades en la seguridad de los estadios han dicho que también estarán atentos a cualquier manifestación de afecto entre personas del mismo género.
“Si dos hombres se besan durante la Copa Mundial, notificaremos a la policía, dirigiremos su atención al incidente y lo demás, será asunto de las autoridades”, informó Oleg Barannikov, coordinador principal de los voluntarios cosacos de la policía, entrevistado por Current Time, una filial de Radio Free Europe. “Para nosotros, ‘valores’ significa que lo más importante son la religión [cristiana] ortodoxa y la familia”.
Barannikov no profundizó en qué esperan los cosacos que haga la policía al enterarse de que dos hombres se estaban besando. Aun cuando la homosexualidad no es ilegal en Rusia, una legislación reciente ha prohibido la divulgación de muchos materiales de concienciación pública sobre las relaciones no heterosexuales, así como la exhibición de símbolos del orgullo LGBT, equiparándolos con contenidos adultos inadecuados para los niños.
En 2015, legisladores del Partido Comunista ruso presentaron un proyecto de ley que proponía multar las “exhibiciones” públicas de homosexualidad individual, y detener a los jóvenes LGBT hasta 15 días después de “destaparse”. El proyecto no fue aprobado, ya que no obtuvo el apoyo necesario en una votación celebrada el año siguiente.
La legislación vigente, a menudo llamada ley de “propaganda gay”, restringe la representación de las relaciones LGBT como iguales a las uniones heterosexuales, aunque hasta ahora no ha sido fundamento para enjuiciar a una persona por besar a un miembro de su mismo género.
La Unión del Fútbol de Rusia ha declarado que no impedirá que los asistentes a la Copa Mundial exhiban las banderas de arcoíris del orgullo gay; y Alexei Smertin, ex futbolista y actual inspector antirracismo de la Unión, aseguró que no se multará a las personas por “expresar sus sentimientos”.
Si bien las autoridades rusas han convocado voluntarios cosacos como apoyo para otros servicios -como el reclutamiento de conscriptos para el Ejército-, las posturas extremas de algunos cosacos son preocupantes. Es bien sabido que unos hombres con uniforme cosaco, quienes ayudaban a controlar una marcha de oposición contra el presidente ruso, Vladimir Putin, atacaron a los manifestantes con látigos de cuero.
El incidente horrorizó a los medios noticiosos liberales, mas las autoridades y los líderes cosacos minimizaron el asunto, negando todo conocimiento de aquellos hombres y sus látigos.
Al preguntarle por los privilegios que tendrían los cosacos de Rostov durante la Copa Mundial, Dmitry Voskresov, un voluntario cosaco, respondió que los miembros del grupo que asistirá a la policía tendrían responsabilidades limitadas y no podrían portar látigos.
“Todo dependerá de la policía”, agregó Voskresov. “Si la policía empieza a separar a un grupo, entonces podemos proporcionar asistencia. Si la policía intercepta alguna violación, vamos a observar y a brindar la ayuda que podamos. Podemos observar. Podemos pedir a las personas que se comporten con cortesía. Pero emitir multas o intervenir en cualquier otra cosa, eso es algo que solo puede hacer la policía. No tenemos el derecho de hacerlo”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation whit Newsweek