El gasto en educación, tanto en tiempo como en dinero, es una inversión en capital humano. Incrementar el grado promedio de escolaridad, es un equivalente al gasto en equipo de capital de una empresa, es decir, a la inversión en capital físico
Concluir cada nivel educativo, contribuye a que cada individuo certifique y consolide las destrezas y conocimientos que adquirió en el grado educativo correspondiente. Dichas destrezas van desde aprender a leer y escribir, hasta los altos grados de especialización que se imparten en los posgrados.
Derivado de ello, la relación que existe entre la escolaridad y los ingresos salariales es creciente.
Sin embargo, la estructura socioeconómica de México no presenta condiciones que permitan asumir que no estudiar es una elección que, frente a la coyuntura electoral, se vuelve necesario señalar la situación de los salarios y de la educación a fin de ponderar la relevancia que este tema debería tener en la agenda política de los candidatos y de trabajo para quienes resulten electos.
Factores como la pobreza y los altos niveles de desempleo (sólo por mencionar algunos) deprimen los grados promedio de escolaridad, impiden el desarrollo de la inversión y de los sectores productivos.
Una consecuencia de ese conjunto de factores son bajos niveles salariales y altos grados de rezago social.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi, al cuarto trimestre de 2017, a nivel nacional el grado promedio de escolaridad fue de 9.9 años y 62% de la población económicamente activa ganaba menos de 3 salarios mínimos.
Al observar el comportamiento de esta relación para el estado de Querétaro, el grado promedio de escolaridad de la población ocupada, es de 9.6 años (ligeramente inferior al indicador nacional), es decir, la secundaria concluida y a lo mucho un grado (semestre o cuatrimestre) del bachillerato.
En efecto, los datos de la ENOE rebelan que en nuestro estado, 38% de la población ocupada al menos cursó un año de la secundaria, mientras que, sólo 12% asistió por lo menos un año al nivel medio superior.
Incluyendo al 3% de trabajadores que no tiene ningún nivel de instrucción educativa, y al 24% que aprobó al menos un grado de la primara, tenemos que, 83% de la población cuenta como máximo con el bachillerato o su equivalente.
En contraparte, sólo 12% de los ocupados tienen estudios de nivel superior, mientras que, sólo 1% de la población queretana estudió un posgrado.
La situación se agudiza cuando se observa el salario promedio asociado a cada nivel educativo, es decir, es salario esperado de acuerdo con el nivel de estudios que las personas cursaron.
En Querétaro, en términos nominales, los trabajadores que no tienen instrucción escolar ganan en promedio 4 mil 780 pesos por mes; con la primara, el promedio es de 5 mil 366 pesos, mientras que los ingresos de quienes asistieron a la secundaria ascienden a apenas a 5 mil 671 pesos.
Entre no tener estudios y haber asistido a la secundaria, existe una diferencia de 891 pesos, el equivalente a un 19% más.
El salario nominal promedio de los egresados de las escuelas normales es de 6 mil 500 pesos y es similar a tener estudios de bachillerato, nivel que tiene un ingreso asociado de 6 mil 698 pesos.
Sólo 4% de la población ocupada cuenta con una carrera técnica que, si bien en muchos casos no se pide algún grado específico para cursarla, la mano de obra tecnificada gana 31% más que quienes cursaron el bachillerato, ya que el salario promedio para quienes tienen este nivel de capacitación es de 8 mil 530 pesos.
Los niveles de educación universitaria superan por mucho los niveles que se encuentran por debajo. Los profesionales de Querétaro ganan en promedio poco más de 11 mil pesos, 30% más que una carrera técnica.
Contar con una maestría en nuestro estado, equivale a incrementar los ingresos salariales 30% comparado con el nivel superior. En tanto que, el salario promedio de un doctorado es de 37 mil pesos, 159% más que los ingresos promedios de una maestría.
Estas cifras que dan un panorama del mercado laboral en Querétaro, muestran la precaria situación de quienes asistieron a una escuela normal y rebelan la importancia de dar más atención a la educación técnica, ya que puede incrementar los ingresos de manera significativa.
Por otro lado, cursar una carrera universitaria incrementa los ingresos promedio 65% respecto a la secundaria, mientras que, un doctorado lo hace en 452%.
En conclusión, el 87% de la población ocupada que cuenta con niveles educativos equivalentes al bachillerato, carreras técnicas o inferiores, ganan menos de 8 mil 500 pesos.