Isaac Ezban estrenará en salas comerciales Los Parecidos, su segundo largometraje.
Se trata de una historia de ciencia ficción y terror desarrollada la madrugada del 2 de octubre de 1968 donde los personajes en un viejo edificio, son víctimas de un fenómeno que los hace parecerse entre sí.
—¿Qué significa el nuevo filme para tu carrera?
—Es un reto llegar a la cartelera comercial pues se trata de una experiencia totalmente distinta. El mundo de los festivales y el mundo del público que asiste a las salas es diferente. Se trata de una película atípica para lo que se hace dentro del cine nacional, y eso puede resultar en algo muy atractivo para aquel que busque ver un cine mexicano diferente.
—La historia sucede en una fecha dolorosa para México. ¿La realidad de nuestro país impacta en tu trabajo?
—Con Los Parecidos me planteo un reto: cómo hacer una película de ciencia ficción que pudiera desarrollarse dentro de una realidad nacional. Siempre he tenido muy claro que Los Parecidos no es una cinta política, pues yo hago cine de género, por eso nunca existió la intención de reflexionar socialmente. Además, la matanza de Tlatelolco aún está fresco, y hay que abordarlo con respeto. Simplemente deseaba que fuera un telón de fondo de esta historia.
—¿Cuál es tu objetivo como artista en relación con tu público al presentar historias que son fantásticas?
—Me gusta que mis películas funcionen en dos niveles, como vehículo de entretenimiento y que también funcione para aquellos que les gusta encontrar referencias, metáforas y distintos significados en las historias.
—La producción de largometrajes nacionales crece, pero la distribución sigue limitada. ¿Qué se necesita para que el público vea las cintas mexicanas?
—México ha estado muy fuerte en cuanto a producción los últimos diez años, principalmente por todos los estímulos del IMCINE. En ese sentido, no podemos quejarnos. Yo creo que algo que podría ayudar, es que surgiera apoyo en exhibición. Y por otro lado, nosotros los cineastas tenemos una responsabilidad de hacer películas para el público, ya que de otro modo la gente no asistirá a las salas, o simplemente no la va a recomendar. Me gusta hacer cine para que la gente vaya a verlo, esto sin dejar de lado mis ideas como artista. No se trata únicamente de contar con apoyos institucionales para producir largometrajes, también de buscar un cambio interno como industria y de convencernos de que el público también es una parte muy importante para conseguir ese cambio.