Una carta de menú original del RMS Titanic, correspondiente a la cena del 11 de abril de 1912, será subastada este fin de semana y se espera que alcance hasta 70,000 libras esterlinas (1,861,000 pesos mexicanos). El documento histórico revela qué platos degustaron los pasajeros de primera clase apenas tres días antes de que el trasatlántico chocara contra un iceberg en su trágico viaje inaugural hacia Nueva York.
¿EL ÚLTIMO GRAN BANQUETE ANTES DEL DESASTRE?
Aunque no se trató literalmente de la “última cena”, el menú ofrece una visión íntima de los lujos a bordo del Titanic antes de la tragedia que cobró la vida de más de 1,500 personas. Entre los platillos servidos estaban ostras, salmón, carne de res, pichón, pato, pollo, puré de chirivía, arroz y papas, además de postres como pudin Victoria con albaricoques y helado francés.

El pudin Victoria, poco conocido hoy, es un postre hervido elaborado con harina, huevos, mermelada, brandy, manzanas, cerezas, frutas confitadas, azúcar y especias. Todo esto se detalla en una tarjeta manchada por el agua, decorada con el logo de la White Star Line, la compañía operadora del Titanic.
UNA PIEZA ÚNICA Y UNA HISTORIA INTRIGANTE
La carta pertenece a una colección de objetos del Titanic que serán subastados por la casa Henry Aldridge & Son, ubicada en Wiltshire, Inglaterra. Fue descubierta dentro de un álbum de fotos de los años 60 que perteneció a Len Stephenson, historiador comunitario de Dominion, Nueva Escocia (Canadá).
Andrew Aldridge, gerente de la casa de subastas, aseguró que no existen otros menús conocidos para esa fecha. “He hablado con museos de todo el mundo y con coleccionistas del Titanic, y no he encontrado otro ejemplar de esta cena”, afirmó.
La procedencia del documento plantea preguntas curiosas: ¿quién logró conservar esta carta mientras abordaba los botes salvavidas? ¿Y cuántos de estos recuerdos han sobrevivido a más de un siglo de historia?
PIEZAS DEL TITANIC: ENTRE LA MEMORIA Y EL COMERCIO
Los objetos relacionados con el Titanic se clasifican en distintas categorías dentro del mercado de coleccionismo: algunos fueron recuperados del naufragio, otros pertenecieron a sobrevivientes, y otros, como este menú, fueron conservados como recuerdos personales.
Harry Bennett, profesor de historia marítima en la Universidad de Plymouth, opinó que muchos de estos artículos deberían estar en museos. “Cuando los objetos provienen de los cuerpos de las víctimas, se plantea una cuestión ética. Es mejor que estén en museos, donde no se persiga un beneficio económico, sino la conservación de la memoria colectiva”, declaró al New York Times.
La subasta también incluirá otros lotes raros del Titanic, como una manta escocesa usada en la cubierta. Sin duda, este menú no solo representa una cena opulenta, sino una cápsula del tiempo de una tragedia que sigue fascinando al mundo más de un siglo después. N