Investigadores de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, advierten que los desechos espaciales generados durante el lanzamiento de cohetes representan un peligro para la industria de la aviación. Según sus estimaciones, existe una probabilidad anual de uno en cuatro de que un fragmento de estos residuos atraviese un espacio aéreo concurrido.
De acuerdo con los expertos, los restos de cohetes pueden interrumpir los vuelos y crear costos adicionales tanto para las aerolíneas como para los viajeros. En su estudio utilizaron datos sobre reingresos y vuelos de desechos de cohetes en el día de mayor actividad de 2023, con el objetivo de calcular el riesgo en espacios aéreos con diversas densidades de tráfico.
“Las regiones con un 10 por ciento o más de la densidad máxima de tráfico (observada sobre Denver, Colorado) tenían una probabilidad anual del 26 por ciento de ver el reingreso de restos de un cohete”, indicaron los investigadores.
El equipo también estimó las probabilidades anuales de un impacto directo —y probablemente devastador— entre un trozo de basura espacial que cae y un avión: “una misericordiosa probablidad pequeña de 1 en 430,000 casos”.
Ambas probabilidades son cifras que solo aumentarán con el incremento de la demanda de viajes aéreos y del número de lanzamientos de cohetes comerciales. De hecho, según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional, se espera que el número de pasajeros de aerolíneas suba un siete por ciento solo este 2025.
DESECHOS ESPACIALES EN CIFRAS: MÁS DE 100 REENTRADAS NO CONTROLADAS DE RESTOS DE COHETES EN 2024
Cuando se utilizan los lanzamientos espaciales para poner en órbita satélites, las etapas de los cohetes gastados suelen quedar en órbitas tan bajas que pueden acabar reingresando a la atmósfera sin control. Si bien gran parte de estos desechos se queman durante el reingreso, aún pueden llegar fragmentos al suelo.
Solo el año pasado se produjeron 258 lanzamientos de cohetes con éxito, lo que dio lugar a un récord de 120 reentradas no controladas de restos de cohetes. Se estima que más de 2,300 cuerpos de cohetes permanecen en órbita alrededor de la Tierra.
Existen precedentes de problemas de tráfico aéreo causados por basura espacial. En 2022, por ejemplo, la caída de un fragmento de cohete de 20 toneladas obligó al cierre de partes del espacio aéreo francés y español.
“La reciente explosión de una nave espacial SpaceX poco después del lanzamiento demostró los desafíos que supone tener que cerrar repentinamente el espacio aéreo. Las autoridades establecieron una zona de exclusión aérea, muchas de las cuales tuvieron que dar la vuelta o desviar su ruta de vuelo”, comentó el autor del artículo, Ewan Wright.
Y agregó: “Teníamos buena información sobre dónde era probable que cayeran los restos del cohete, lo que no ocurre con los restos no controlados que vuelven a entrar a la atmósfera desde la órbita”.
“ESTE PROBLEMA DEBERÍA RECAER EN EL SECTOR ESPACIAL”
Cuando se detecta que desechos espaciales pasan por un espacio aéreo muy concurrido, las autoridades de aviación se ven en la posición de cerrar el espacio aéreo y, cuando sea posible, desviar los vuelos o arriesgarse a un desastre.
Sin embargo, para el coautor del artículo y físico, Aaron Boley, la responsabilidad de abordar este problema desde su raíz debería recaer en el sector espacial. “¿Por qué las autoridades deberían tomar estas decisiones en primer lugar? Las reentradas no controladas de cuerpos sacudidos son una opción de diseño, no una necesidad”, explicó.
Para el coautor del artículo y profesor de politología, Michael Byers, se necesita una acción internacional coordinada para abordar este problema. “Los países y las empresas que lanzan satélites no gastarán dinero para mejorar los diseños de sus cohetes a menos que todos estén obligados a hacerlo. Necesitamos que los gobiernos se unan y adopten algunos nuevos estándares en este sentido”, dijo en un comunicado. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)