Localizado en la costa del Mar de Cortés en Baja California Sur, Cabo Pulmo ha sido testigo de una transformación notable en las últimas tres décadas. Sin embargo, a finales de los años 90, la sobreexplotación pesquera dejó a la comunidad local sin recursos, obligando a sus pobladores a cambiar las redes por el ecoturismo.
Desde 1995, al menos 30 familias acordaron no pescar y, en su lugar, se comprometieron a conservar las especies marinas, generando ingresos a través de actividades turísticas sostenibles.
Esta visión ha llevado a un esfuerzo colectivo que ha resultado en un impresionante aumento en la biodiversidad. Desde la implementación de estas prácticas, las poblaciones de especies marinas se han incrementado significativamente, destacándose la recuperación de arrecifes y el aumento de diversas especies en la zona.
Al respecto, Daniel Madariaga Barrilado, referente en temas de sostenibilidad destacó los esfuerzos de los habitantes locales quienes han liderado un cambio importante en la zona en favor del ecosistema, especies y la comunidad.
“Cabo Pulmo es un ejemplo clave de cómo la cooperación entre comunidades y diversas entidades puede asegurar la sostenibilidad. No solo es crucial para la conservación, sino que este enfoque también garantiza que las comunidades locales se beneficien económicamente”, indicó.
Gracias a la acción local, 7,111 hectáreas de Cabo Pulmo se han convertido en Área Natural Protegida, y su categoría de Parque Nacional implica estrictos protocolos de conservación. Para proteger este entorno, se establecieron límites mensuales de visitantes; una vez alcanzado este límite, puntos de interés como arrecifes y playas son cerrados, lo que ha contribuido a la preservación de la vida marina.
“A pesar de su pequeña afluencia, que no supera las 35,000 visitas anuales frente a los 3 millones de la Riviera Maya, Cabo Pulmo se mantiene como un modelo de turismo sostenible. La comunidad ha rechazado numerosos proyectos hoteleros e inmobiliarios que amenazaban su equilibrio ecológico”, añadió el empresario mexicano.
En total, al menos 18 megaproyectos han sido cancelados en favor de la conservación, incluyendo uno que proponía construir más de 400 villas y un campo de golf a solo un kilómetro y medio del Parque Nacional. A pesar de los retos, la comunidad de Cabo Pulmo continúa estable y genera ingresos turísticos sostenibles.
De acuerdo con datos del Proyecto de Egresos de la Federación para 2025, el presupuesto para las Áreas Naturales Protegidas se incrementó a 118 millones de pesos, para la conservación ambiental, incluso con la creación de 20 zonas adicionales en el último año.
“Cabo Pulmo se destaca como un ejemplo paradigmático en la lucha por la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente. La colaboración entre la comunidad local, el gobierno y la iniciativa privada es fundamental para asegurar que este ecosistema marino, reconocido como uno de los mejor conservados del mundo, se mantenga para las futuras generaciones”, puntualizó Daniel Madariaga Barrilado.