Para muchas personas, como el caso de Patricio Ochoa, las redes sociales se han convertido en el espacio común para conocer nuevas técnicas de belleza y estilos de vida saludable. Se han transformado en nuevos “ágoras” de discusión de grandes temas: la belleza, el estar saludable y tener una buena condición física son materias recurrentes que se atienden en el mundo digital.
Con 29 años de edad y con 200,000 seguidores en su cuenta de Instagram, Patricio Ochoa, médico cirujano, egresado de Medicina de la Universidad Anáhuac Norte, ha traído el tema de la medicina funcional y su relación con los procesos antienvejecimiento. En meses, el médico ha generado una comunidad que busca tener mejores hábitos de salud.
“Directamente, empecé en marzo de este año. Antes había hecho videos ocasionales, como uno sobre el covid-19 porque me dio mientras trabajaba en el Hospital Militar”, comenta Ochoa sobre su inicio en las redes sociales, en las que comparte sus intereses como médico y creador de contenido. “Ese video se viralizó porque fui de los primeros casos en México. Sin embargo, no lo consideré un inicio formal. No fue sino hasta que dejé la residencia de medicina interna que decidí dedicarme de lleno a mis estudios de longevidad, anti-aging (antienvejecimiento) y medicina funcional.
UNA NUEVA VOCACIÓN PARA PATRICIO OCHOA
“Ahí fue donde pensé en documentar mi proceso a través de videos. Así nació este proyecto, combinando dos de mis pasiones: la medicina y la fotografía”, agrega.
Hablando de médicos o pseudomédicos en las redes sociales, quienes recientemente sacudieron a la opinión pública, Ochoa asegura: “Yo estudié medico cirujano en la Universidad Anáhuac Norte y luego entré a la especialidad de Medicina Interna. Pasé dos veces el ENARM [Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas], primero para Ortopedia y luego para Medicina Interna. Sin embargo, durante la residencia me di cuenta de que quería algo diferente. Decidí hacer una maestría en la Universidad de Barcelona en longevidad y anti-aging y un fellowship en medicina funcional en el Instituto Funcional de Medicina. Esa transición me llevó a explorar cómo abordar la salud de manera más integral”, narra sobre su encuentro con el enfoque y vocación que hoy tiene con la salud.
MEDICINA FUNCIONAL PARA VIVIR BIEN, DESDE LA VISIÓN DEL MÉDICO PATRICIO OCHOA
Sin duda, para Patricio Ochoa la medicina funcional es una pasión y en su estudio encuentra que la salud no es un factor único, sino una composición multifactorial que es el bienestar del ser humano.
“La medicina funcional surge en Estados Unidos como una respuesta a las limitaciones de la medicina tradicional, que tiende a centrarse en los síntomas sin abordar las causas subyacentes. La medicina funcional ve al paciente como un todo: su salud física, mental, familiar y social”, detalla el médico.
Aunque en cierto punto comparte mucha cercanía con un médico de familia o de comunidad, como los que existen en algunos países, este tiene un diferenciador crítico: es el paciente quien se atiende de forma preventiva, antes de enfrentar cualquier tipo de dolencia.
“Este enfoque busca integrar todos esos factores para ofrecer un tratamiento más completo. Por ejemplo, no se trata de recetar un medicamento, sino de entender cómo influye la dieta. Además del sueño y el estrés en la salud del paciente”, detalla en entrevista con Newsweek en Español.
Usualmente asociamos esta atención médica de primer contacto con las personas mayores o con otras que están enfrentando una enfermedad seria y necesitan casi un marcaje personal para salir adelante. Por lo anterior, en opinión del médico cirujano, ello debería de ser de interés incluso para el Estado.
“Desde personas en tratamiento para enfermedades graves como el cáncer, que pueden beneficiarse de un enfoque holístico, hasta personas sanas que buscan prevenir enfermedades o mejorar su calidad de vida, la medicina funcional podría ser el médico de familia del futuro, alguien que te conoce integralmente y adapta las soluciones a tus necesidades”, subraya.
PATRICIO OCHOA: “LA INTENCIÓN ES MEJORAR LA FUNCIONALIDAD DEL CUERPO Y REJUVENECERLO”
“La medicina funcional implica un reaprendizaje de hábitos fundamentales como la alimentación, el ejercicio y el sueño. Por ejemplo, sabemos que una mala dieta acelera el envejecimiento. Estudios en ratas han demostrado que una alimentación ultraprocesada afecta no solo la longevidad, sino la capacidad cognitiva. Sin embargo, no se trata de ser restrictivo, porque eso puede causar daño psicológico, hemos visto los efectos que tienen estos regímenes demasiado estrictos; solo es cuestión de balance: comer de forma consciente, mantener una rutina saludable y ser disciplinado”, acota el Dr. Ochoa.
Todo parece muy entendible, pero se trata de mera disciplina y de escuchar lo que nuestro cuerpo necesita. La medicina funcional con un enfoque antienvejecimiento necesita tener sus pilares bien asentados, como una dieta y un estilo de vida saludable; también se vale de tecnologías como saunas, crioterapia y baroterapia, que aportan beneficios extras a la salud.
La intención es mejorar la funcionalidad del cuerpo y rejuvenecerlo, aunque lo más importante es el enfoque integrativo: entender las metas y necesidades de cada paciente para ofrecer soluciones personalizadas. Sin embargo, una cosa es una vida de deportista profesional y otra es mantener el cuerpo en una condición física saludable, aunque no necesariamente tenga una relación con la apariencia. La idea es brincarte el “estás muy bien para tu edad”.
UN TEMA DE SALUD PÚBLICA
Durante la charla con este medio el doctor Patricio Ochoa recuerda las jornadas extenuantes que miles de residentes de medicina realizan en hospitales públicos para poder practicar y ser profesionales de la atención a la salud.
“El sistema educativo, y particularmente en las ciencias de la salud, es arcaico. Las guardias son extenuantes, con turnos de hasta 36 horas sin descanso. Esto afecta la salud y reduce la expectativa de vida de los médicos, además de impactar su desempeño. Un doctor cansado es menos eficiente y más propenso a errores, lo que termina costando más al sistema de salud. Cambiar este modelo no solo mejoraría la calidad de vida de los médicos, sino también la de sus pacientes”, reflexiona respecto a la forma en que se prepara a los futuros profesionales de la salud.
Estos escenarios detonaron su interés en la medicina funcional. Ahí observa un área de oportunidad para que esta disciplina se integre en el servicio de salud de México. “Me encantaría que la medicina funcional se convirtiera en una especialidad reconocida. Imagino un sistema en el que los médicos funcionales puedan practicar con pacientes. Esto generaría un impacto positivo tanto en la salud de los pacientes como en la vida de los profesionales”, comenta optimista.
“ES UNA HERRAMIENTA QUE DEBERÍAMOS TENER EN NUESTRO SISTEMA DE SALUD”
Los egresados tienen que luchar por espacios cada año para practicar en un hospital donde tengan acceso a recursos y especialistas profesionales para prepararse y definir su perfil. “Creo que los estudiantes de medicina merecen mejor trato al llegar a los hospitales porque lo que pasa va en contra de todo proceso de aprendizaje, de mejora y de integración de nuevos talentos al sistema de salud. Viéndolo desde el punto de vista de medicina funcional es desastroso”, apunta.
Ante este panorama, y siendo uno de los pioneros en el tema, no descarta acercarse al gobierno a presentar una iniciativa: “Yo pienso que el gobierno debería considerarlo, creo que es una herramienta que tendríamos que tener en nuestro sistema de salud”, visualiza el médico.
INFLUENCER NO, DIVULGADOR DE LA SALUD
La era digital que vivimos hace que los creadores de contenido tengan una autoridad superior a las verdaderas instituciones que proveen información confiable y probada, lo que nos pone en verdaderas disyuntivas profesionales.
“Yo creo que un influencer es un doctor investigador, un científico, alguien que con sus estudios y hallazgos crean cambios porque genuinamente influyen en la vida de otros. Lo que me pone a mí en este lugar es ser un divulgador de la salud y de un estilo de vida que nos dé mejor calidad de vida, no necesariamente alguien que solo sube videos que nos hacen reír, aunque también hacen falta”, reflexiona.
Si bien su camino lo marcó el deseo de estudiar medicina, ahora con el alcance que tienen sus mensajes e información por medio de redes sociales Patricio Ochoa cree que este es un recurso para la educación masiva.
“Una consulta ayuda a una persona a la vez, pero un video puede llegar a miles. Si logro que alguien tome decisiones más saludables, el impacto es enorme. Mi objetivo es posicionarme como una voz en medicina funcional en México, educando y ayudando a las personas a través de las plataformas de redes sociales”, menciona entusiasmado, pues durante la realización de esta entrevista le notificaron que ya rebasó los 200,000 seguidores en su cuenta de Instagram.
Hablando de productos y servicios estéticos que se han popularizado por redes sociales, el Dr. Ochoa tiene su propia opinión, además de ser cauto con las recomendaciones que se hacen por estos medios.
“Tengo amigos que son cirujanos plásticos, que operan y ponen bótox, creo que es una decisión personal hacerlo. Pero esto siempre tiene que ser verificado de forma que sea seguro y no exponga tu integridad. Es muy irónico que las tendencias en cirugía estética salgan de personajes como la familia Kardashian y de pronto en todas partes se realizan estos procedimientos con las supuestas mismas sustancias”, bromea.
“Para mí lo mejor es que si te salen tus patitas de gallo te salgan porque eres quién eres y es el tiempo que te dio la experiencia, es lo que te moldeó así, no porque lo viste en algún lado de forma viral”, sentencia Ochoa.
SE VALE TENER DUDAS
Aunque a esta altura del año podemos pensar que todo fue un viaje maravilloso al mundo de las redes sociales combinado con sus estudios en la medicina funcional, no todo fue como un paseo dominical. En este punto el doctor Patricio Ochoa se sincera y reconoce que en 2024 hubo una muy mala temporada.
“Fue un año difícil. Empecé el año deprimido, desmotivado y con crisis de ansiedad. Pero en marzo todo cambió. Encontré un propósito en la medicina funcional y la creación de contenido. Aposté por un proyecto que combinaba mis pasiones, aunque muchos dudaban de que funcionara. Hoy puedo decir que fue la mejor decisión. Me siento orgulloso de haber enfrentado mis miedos y haber construido algo significativo”, recuerda al describir cómo las piezas se han acomodado.
Las dudas y los problemas que representaron iniciarse como divulgador de un tema que en México no se habla con soltura le generó inquietudes y dudas. “La verdad es que hasta que empecé me di cuenta de que se vale tener dudas, pero lo importante es no rendirse. Este año me enseñó que los sueños son posibles si los acompañas con disciplina y pasión. Y en cuanto a la medicina funcional, creo que es el futuro. No solo para la salud individual, sino también para transformar un sistema que necesita evolucionar”, concluye. N