Como reconocimiento a su multidisciplinaria trayectoria artística, la escritora Rosina Conde recibió el 11 de septiembre el Premio Rubén Vizcaíno 2024, actividad que marcó el arranque de las XVI Jornadas Vizcaínas en el Centro Cultural Tijuana (Cecut), institución de la Secretaría de Cultura federal.
Durante la ceremonia el periodista cultural Jaime Cháidez, organizador de las jornadas, colaborador y discípulo de Vizcaíno, condujo y leyó un texto enviado por Rogelio Vizcaíno, hijo del renombrado promotor cultural, “debo reconocer el valor de las Jornadas Vizcaínas, no solo por la inmensa satisfacción de que mi padre sea rememorado, sino más aún por el profundo significado que encierra la decisión de mantener viva su memoria como constructor de una Tijuana limpia, honesta y culta”.
“Tijuana es un territorio singular, una tierra en la que la multiplicidad de interacciones humanas es más rica, veloz, compleja y fecunda que en otras regiones de México y el mundo. En el vértigo de una vida social y cultural aceleradamente cambiante siempre destacó Rosina Conde como una voz libre, innovadora, audaz y entrañable. La intensidad del cambio, la fuerza pionera, la libertad sin trabas son lo que te reconocen hoy, tu obra ha sido un fuego, una luz que acompaña el camino de mi padre, que se funde con el esfuerzo y el genio de los tijuanenses que defienden el arte y la creación”, concluyó.
José Guadalupe Mojica, presidente del Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalía Tijuana, manifestó, “este evento tiene algo especial, cierta magia, armonía, y creo que se debe a la homenajeada que tenemos esta tarde, Rosina Conde”, y continuó recordando, “Vizcaíno nos transmitió no solo información, conocimientos, sino principios, valores, enseñanzas de una vida que él estaba viviendo intensamente”.
“En ese ambiente de jóvenes que estábamos en formación, Rosina y yo teníamos un guía que, en materia de enseñanza y educación era para nosotros verdaderamente un ejemplo porque lo que enseñaba lo vivía, lo practicaba, era congruente”, aseguró Mojica.
Por su parte, la directora general de Cecut, Vianka Robles Santana, expresó, “el 11 de septiembre siempre es un día muy especial para todos los que tuvimos la oportunidad de tener en el maestro Rubén Vizcaíno, un mentor, una guía, pero sobre todo una inspiración de vida. Lo más importante es que nos sigue uniendo a todos en razón de su memoria, su obra, su legado, pensando en la curiosidad, imaginación e inteligencia del maestro sabemos que nada le era ajeno realmente”.
“Estamos muy orgullosos y felices de entregar el reconocimiento Rubén Vizcaíno a la gran escritora, amiga, hermana, Rosina Conde, quien siempre ha sido un ejemplo, un ser humano luminoso, generoso y con gran libertad creativa. Rosina no se contuvo con el lenguaje, ha dicho siempre lo que tiene que decir con las palabras que le nace decirlas, no se va por las ramas, no simula realidades, en toda su obra está su corazón, inteligencia y generosidad. Nos da muchísima alegría que por tercera vez en su historia el premio Rubén Vizcaíno Valencia, lo recibe una mujer, es tiempo de mujeres”, enfatizó la titular de Cecut.
Luego de presenciar un breve video sintetizando la grande trayectoria de la homenajeada, así como de recibir el premio que se acompaña de una medalla, Rosina Conde se mostró conmovida, emocionada y agradecida, “dicen que uno no es profeta en su tierra, pero Baja California se ha encargado de demostrarme todo lo contrario”, mencionó.
“Cuando entré a la UNAM me di cuenta de que la gran mayoría de las obras literarias que había leído eran escritas por hombres y que todo estaba en un español argentino o de España y que lo poquito que había de autoras mujeres también estaba escrito en idiomas ajenos al nuestro. Y pensé, si ellos escriben en su propio idioma, ¿yo por qué no podría escribir en tijuanense?”, rememoró.
“Así decidí escribir en tijuanense, no en un español culto del centro del país o de áreas rurales que eran realidades muy ajenas a las de Baja California, un estado con ciudades relativamente nuevas, con una Tijuana que tenía un gran avance tecnológico y cultural, quería que en mi escritura se reconocieran las calles de Tijuana, los lugares donde había pasado la adolescencia. Escribir en tijuanense fue lo que nos permitió salir a la luz a los escritores bajacalifornianos porque nos empezaron a traducir al inglés y nos abrió paso y catapultó a la esfera internacional”, concluyó Conde.
La ceremonia de inauguración y la entrega del premio se llevaron a cabo en la Estación Vizcaíno de Cecut, una velada que concluyó luego de un breve brindis y tras una detallada conferencia ofrecida por la homenajeada de la noche, Rosina Conde, en la que expuso sobre La evolución del libro. N