En México, en promedio, diariamente se venden de 850,000 a 870,000 barriles de gasolina, según informes recabados tras la suma de todas las estaciones de servicio existentes en el país. Y de acuerdo con datos oficiales, provenientes de los órganos reguladores y de la Secretaría de Energía, es una demanda que oscila entre los 800,000 y 820,000 barriles diarios.
Este volumen de ventas reportadas en las estaciones de servicio indica que existe una venta de entre 128 millones y 130 millones de litros diarios de gasolina en las estaciones de servicio, un volumen que afecta directamente cualquier variación en el precio del combustible.
En enero de este año el acumulado mensual de gasolina fue de alrededor de 4,442 millones de litros. Este generó alrededor de 98,000 millones de pesos en ventas, cuyo precio al consumidor, al cargar en la bomba, fue en promedio de 21.59 pesos por litro.
Al cierre de julio el costo del litro de las gasolinas en promedio era de 24.29 pesos por litro al consumidor en las estaciones de servicio, un aumento de 7.55 por ciento. Sin embargo, el consumo disminuyó en 0.11 por ciento, pero el saldo total de ventas fue de 106,000 millones de pesos, con un acumulado de 4,418 millones de litros.
Estas diferencias detectadas han generado que el consumidor afronte un costo aproximado de 6,800 millones de pesos adicionales. Ello ha provocado una presión a la inflación, ya que el consumidor no deja de gastar para poder llenar su tanque de gasolina, puesto que es un insumo de uso diario para todas las actividades de las personas, comercios e industrias.
¿EL PRECIO DE LA GASOLINA CÓMO IMPACTA EN LA INFLACIÓN?
Se confirma así el fenómeno explicado mediante los últimos datos proporcionados por el Inegi, en cuyo dato de la inflación no subyacente podemos apreciar una variación porcentual de 7.31 por ciento respecto a los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, a través de los órganos reguladores e SHCP.
Dado que existe un mercado de combustibles para el transporte, abierto y regulado por la SHCP, a través de los estímulos al consumidor y emitidos en el Diario Oficial de la Federacióncada viernes, las decisiones semanales de la Secretaría influyen en el precio final del consumidor, lo que conduce a que el mercado mexicano carezca de una correlación directa entre la inflación y el precio del consumidor. En meses anteriores los precios aumentaban y la inflación presentaba una disminución. A partir de marzo esta disonancia se rompió y vemos que la inflación ha aumentado casi de manera paralela con el aumento del precio de la gasolina y otros combustibles.
El problema del mercado mexicano, al no controlar la autosuficiencia de combustibles e importar en una proporción de entre 65 y 75 por ciento del total de la demanda, ocasiona que los precios dependan de los costos de otros mercados, la logística de importación, y su distribución dentro de México. La movilidad de estos combustibles, entre 80 y 85 por ciento de los combustibles que son distribuidos a las estaciones de servicio, se realiza por medio de pipas.
A lo largo de las próximas décadas México no podrá abandonar la importación de combustibles, ello debido a la falta de certeza de que todo el sistema de refinación opere en las condiciones de carga de crudo necesario, y dejando en claro que la refinería Olmeca solo cubrirá 20 por ciento del total de la demanda en gasolinas.
MENOS GASTO EN COMBUSTIBLES, MENOS INGRESOS PARA EL ESTADO
La disminución de un porcentaje de consumo de gasolina puede ser un indicador de que la población no está llenando la misma cantidad de combustible en su vehículo, lo cual podría indicar una posible desaceleración en el desarrollo económico y, por ende, una contracción en el crecimiento. Esto podría provocar una menor recaudación de ingresos para la nación, y eso afectará a las finanzas y aumentará el déficit para cubrir los gastos, lo que originará un aumento en la deuda pública.
Ante la inflación descontrolada, la norma general que se observa en los bancos centrales es aumentar la tasa de interés o mantenerla para desinhibir al consumidor, bajar la demanda y, por ende, los precios al consumidor al haber una mayor oferta. Banxico ha hecho todo lo contrario al bajar la tasa de interés.
Esta bajada de interés puede obedecer a que en 2024 se le permitió al gobierno federal tener un endeudamiento interno neto de 1 billón 990,000 millones de pesos y un techo de endeudamiento externo neto que incluye al gobierno federal y a la banca de desarrollo de hasta 18,000 millones de dólares. Esto ocasionaría un aumento del costo financiero a la nación, y ante esta situación es posible que Banxico haya brindado apoyo al gobierno actual al disminuir los ingresos requeridos para pagar en dinero a los intereses, al disminuir 0.25 por ciento la tasa de intereses.
Recordemos que actualmente hay un incremento de 1.28 billones de pesos en deuda pública en el primer semestre de este 2024.
GASOLINA, ELECTRICIDAD, INFLACIÓN: EL PANORAMA QUE SE VISLUMBRA
Banxico es ahora parte del gobierno y perdió la autonomía debido a la falta de una decisión que proteja al consumidor, lo cual dejó a merced de la población, que no dejará de comprar combustibles ni de usar la electricidad para la realización de sus actividades. Eso ocasiona el incrementar aún más la inflación, al no tener el control del precio de la gasolina y otros combustibles.
En 2025 se esperan posibles incrementos de precios en escalada al tener una inflación con una tendencia al alza. En los meses siguientes México experimentará un aumento del estrés financiero al conocer el acumulado total de la deuda pública con lo autorizado en 2024 y evaluar cuánto sería el déficit en 2025. Ello ante el incremento de gastos programados, una menor cantidad de ingresos esperados y la falta de nuevos flujos en la economía, lo que dará lugar a un mayor costo financiero de la deuda.
El mundo está en constante lucha por mantener los combustibles en un precio que no afecte los costos de mercancías y servicios. Uno de los factores que afectan de manera significativa están siendo los referentes a los energéticos en todo su conjunto, como el costo de la generación de electricidad y los combustibles para el transporte, los cuales tienen una influencia directa en el índice al precio del consumidor.
¿Estamos preparados para controlar la inflación sin la ayuda de Banxico? N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.