La Lengua de Señas Mexicana (LSM) forma parte del patrimonio lingüístico del país, y se conmemora cada 10 de junio desde 2005. En México, según datos de la Secretaría de Salud, existen aproximadamente 2.3 millones de personas con discapacidad auditiva, de las cuales más de 50 por ciento son mayores de 60 años; poco más de 34 por ciento tienen entre 30 y 59 años, y cerca de 2 por ciento son niñas y niños.
“La LSM es la lengua de la comunidad de sordos en México, y consiste en una serie de signos gestuales articulados con las manos y acompañados de expresiones faciales, mirada intencional y movimiento corporal, dotados de función lingüística”, apunta en un artículo la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
A tenor de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 5 por ciento de la población mundial padece una pérdida de audición discapacitante y requiere rehabilitación (432 millones de adultos y 34 millones de niños). Se calcula que en 2050 esa cifra superará los 700 millones (una de cada diez personas).
En cuanto a los antecedentes sobre la educación del sordo en México, informa la CNDH, el 15 de abril de 1861, Benito Juárez, quien era presidente Interino Constitucional de México, decretó una Ley de Instrucción en el apartado correspondiente: “De la Instrucción Primaria”, donde señaló en el artículo tercero la creación de una Escuela de sordomudos.
LA LENGUA DE SEÑAS MEXICANA ES UNA OBLIGACIÓN
De acuerdo con fuentes oficiales, el profesor francés Eduardo Alfonso Huet Merlo, sordomudo que impulsó la educación para niños con esta discapacidad tanto en Francia como en Brasil, arribó a México a principios de 1866 por invitación de Benito Juárez para que instituyera una escuela para menores con discapacidad auditiva
Para la mercadóloga y política mexicana Claudia Anaya Mota, el LSM es una obligación para que en los mensajes gubernamentales o en el propio Congreso de la Unión, se utilice el LSM como una forma de promover la inclusión y de proteger el derecho a la información de las personas sordas en el país.
“Debido a lo anterior, es primordial exhortar a todos los individuos a aprender el lenguaje de señas y, sobre todo, los de las personas que los hablan”, afirma.
Un problema que enfrentan estas personas es el analfabetismo. Datos del Sistema de Información Legislativa de la Secretaría de Gobernación refieren que 36 de cada 100 mujeres y 25 de cada 100 hombres sordos, mayores de 15 años, son analfabetas. En tanto, 84.3 por ciento de los niños de entre 6 y 11 años con discapacidad auditiva acude a la escuela. Después de esta edad el porcentaje se reduce. N