Las elecciones en Baja California han experimentado una evolución significativa a lo largo de las décadas, marcando hitos importantes en la historia electoral de México. Antes del año 1994, la organización de los comicios estaba a cargo de un órgano público conocido como la Comisión Estatal Electoral.
El 1ero de abril de 1991 marcó un punto de inflexión con la implementación del Registro Estatal de Electores, un proyecto concebido para dotar a los ciudadanos de Baja California de una credencial electoral confiable, con fotografía a color, y un listado nominal de electores con imágenes. Este ambicioso objetivo se materializó con un sistema que buscaba ser sencillamente seguro y seguramente sencillo.
Francisco García Burgos, quien fue el primer director de credencialización de la primera credencial para votar en Baja California indicó al respecto: “La idea de una credencial de elector con fotografía es una idea que el Partido Acción Nacional (PAN) había propuesto muchos años antes de que se logró. Era parte de la plataforma política del partido, además de las boletas con talones numerados. Cuando llega Ernesto Ruffo Appel a la gubernatura le encarga al secretario general de gobierno Fortunato Álvarez que en ese entonces era el presidente del consejo estatal electoral (una función propia del cargo) que se encargue del proyecto de la credencial con fotografía. Álvarez a su vez pone el proyecto en manos del subsecretario general del gobierno Ricardo García Cervantes (que hace todos los procesos para la compra de equipo e integración de materiales) con quien yo trabajaba”. García Burgos recuerda que a él le “toca participar en la parte de la construcción de diseño de la credencial” cuando trabajó en la subsecretaria general de gobierno de Tijuana
Francisco García Burgos conto en exclusiva para Newsweek Baja California que “una vez que se definió el diseño y características de la credencial me incorporo como director de credencialización en el registro estatal de electores y empiezo a organizar toda la primera tanda de entrega de credenciales –módulos, materiales, procesos, etc.- en todo el estado”
El camino hacia esta innovación no fue fácil. El 24 de octubre de 1991, la propuesta del Registro Estatal de Electores fue aprobada por la Comisión Estatal Electoral, estableciendo el modelo de la credencial estatal de elector. Además, se autorizó la creación de delegaciones municipales del Registro Estatal de Electores y la instalación de 90 módulos en todo el Estado para la expedición de credenciales.
El programa piloto de credencialización inició el 1 de enero de 1992 en el municipio de Tecate, marcando el comienzo de una nueva era en el proceso electoral. La reforma a la Ley Electoral del Estado el 20 de febrero de 1992 estableció los requisitos y características de la credencial, incluyendo datos registrales, fotografía del elector, firma y huella, entre otros.
Uno de los principales desafíos era el padrón, pero se toma una “decisión muy hábil de trabajar con el padrón federal, no uno propio de Baja California, de tal forma que no pudieran acusar al gobierno panista de Baja California de haber hecho su propio padrón, o de hacer fraude con el padrón, se hace un convenio con el Registro Federal de Electores y se separa el proceso de credencialización”, dice García Burgos.
Para las elecciones del 2 de agosto de 1992, la lista nominal contaba con la impresionante cifra de 822,151 ciudadanos credencializados por el Registro Estatal de Electores, como se lee en la página oficial del Instituto Estatal Electoral de Baja California. Este fue un hito histórico, ya que fue la primera elección en la que se utilizó la credencial de elector con fotografía y listados nominales con imagen en Baja California. “Mientras en todo el país la credencial era sin fotografía en Baja California se utiliza una con fotografía”, señaló García Burgos.
“en una reunión entre Ruffo Appel y Carlos Salinas de Gortari, que era presidente de México en ese momento agarra le credencial con fotografía se la enseña a su gabinete y con expresión semejante les dice ya llego el momento de que todo el país tenga credencial de elector con fotografía. Por eso considero que es un gran hito en la historia de la democracia mexicana, el esfuerzo encabezado por Ruffo, una gran aportación a la democracia sin duda”, señaló García Burgos.
La consolidación de este sistema se vio reflejada en la Ley de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Baja California, promulgada el 15 de diciembre de 1994. Esta ley estableció que solo los ciudadanos inscritos en el padrón electoral del Registro Estatal de Electores, con presencia en el listado nominal y portando la credencial estatal de elector, tenían derecho al voto.
La historia de la credencialización electoral en Baja California nos muestra cómo la innovación y la colaboración pueden transformar la democracia. Este proceso fue un hito importante en la historia electoral regional, destacando cómo una visión audaz y esfuerzos determinados pueden superar desafíos y cambiar el curso de la política. La introducción de la credencial con fotografía no solo mejoró la integridad del proceso electoral, sino que también sentó las bases para una participación ciudadana más sólida y una representación más equitativa. Esta historia nos enseña que el liderazgo visionario y la colaboración estratégica son fundamentales para construir un sistema electoral inclusivo y resistente para las futuras generaciones. N