Un documental íntimo sobre mujeres transexuales palestinas en Israel, rodado antes del actual conflicto en la Franja de Gaza, trae al Festival de Cannes el retrato inédito de esta comunidad de “guerreras”.
La cineasta Yolande Zauberman filma los márgenes más cerrados de la sociedad israelí, tras su documental sobre parejas mixtas (Would you have sex with an arab?) y el que aborda los casos de pederastia en los círculos judíos ortodoxos, M (2018).
La belle de Gaza, presentado el viernes fuera de competición, se sitúa en Tel Aviv. En una de sus calles con restaurantes a la moda, las prostitutas trans palestinas esperan ser “escogidas” por el cliente, ya sea judío o árabe.
La cámara sigue a Danielle, Nadine y Nathalie en su lucha por salir de la prostitución. Los rumores cuentan que una de ellas llegó “a pie desde Gaza”. Otra dejó la calle y, tras su transición, se acercó al islam y adoptó el velo. Nadine, detrás de sus lentillas verdes, sabe que no podrá volver nunca como mujer a su familia beduina, para explicarles que “Dios la ha creado así”.
“Son auténticas guerreras de su propio destino. Antes, las mujeres trans eran vistas como diosas o semidiosas. Quería darles este lugar en el filme”, dice Zauberman, en una entrevista realizada en París antes del estreno en Cannes.
En el documental también se menciona a la que consiguió llegar al “firmamento”, Talleen Abu Hanna, de 29 años, nacida en una familia cristiana árabe-israelí de Nazaret, logró ser Miss Trans Israel en 2016.
“YO VIVÍ UNA GUERRA ENTRE MI CUERPO Y MI ALMA”, DICE UNA DE LAS MUJERES TRANSEXUALES PALESTINAS
Ser árabe, homosexual y trans en la comunidad, “es más difícil que en otras partes. Mi padre no tenía ninguna noción de nada, ni de la transidentidad ni de la homosexualidad”, explica Abu Hanna. Esta mujer transexual fue acogida por una militante judía religiosa que la acompañó, “como una madre”, hasta su operación en Tailandia.
“Mi sueño era convertirme en lo que soy hoy”, resume, en una entrevista en París.
De la guerra “me siento lejos, porque yo viví una guerra entre mi cuerpo y mi alma, y conseguí llegar a esta paz, esta situación [política] es difícil para mí, y me supera completamente”, afirma. El conflicto israelo-palestino, presente en el filme a través de la dureza de las autoridades ante las “clandestinas” venidas de Cisjordania sin permiso de trabajo, tiene poco peso, comparado con el combate íntimo y personal que viven estas mujeres.
“Hay una clave en el mundo que entendí a partir de mi primer filme (Classified people, sobre el apartheid, 1988) que es que la resistencia está en lo íntimo”, dice Zauberman.
A menudo los activistas propalestinos acusan a Israel, el país más liberal de Oriente Medio en materia de derechos de homosexuales. Lo anterior, por practicar técnicas de “pinkwashing”, o lavado de imagen rosa para ser percibido como progresista.
“Yo no tengo nada que ‘pinkwashar’, esto es mi vida, mi verdadera historia, no tengo otra”, se defiende Abu Hanna. N
(Con información de AFP)