Un nuevo factor “importante” en la disminución de las poblaciones de abejorros en todo el mundo acaba de ser revelado: el calor. Aunque se sabe que hay muchos y diferentes factores que contribuyen a la reducción de las colonias de estos insectos, incluido el uso de pesticidas y el desarrollo urbano, ahora se ha descubierto que el cambio climático es quizás el factor más relevante.
Las poblaciones de abejorros se han reducido en 90 por ciento en los últimos 20 años, según la organización estadounidense Environment America, la cual trabaja en defensa del medioambiente. Esta disminución es muy preocupante, ya que estos insectos son vitales para los ecosistemas, pues polinizan flores y cultivos.
Si las poblaciones siguen disminuyendo, los cultivos no podrían producir frutas y verduras, pues a pesar de que los abejorros son pequeños, son cruciales para el delicado equilibrio de la naturaleza.
Un nuevo estudio, publicado en la revista especializada Frontiers in Bee Science, descubrió que el aumento de calor causado por el calentamiento global podría ser una razón para la reducción de su número en todo el mundo.
“La disminución de las poblaciones y áreas de distribución de varias especies de abejorros puede explicarse por problemas de sobrecalentamiento de los nidos y las crías”, dijo en un comunicado Peter Kevan, de la Universidad de Guelph, en Canadá, y autor principal del estudio.
ES LETAL CALENTAR EL NIDO POR ENCIMA DE LOS 35 GRADOS CELSIUS
“Las limitaciones en la supervivencia de la cría de abejorros indican que el calor es probablemente un factor importante, dado que es letal calentar el nido por encima de los 35 grados Celsius, a pesar de la notable capacidad de los abejorros para termorregularse”, agregó el experto.
Kevan y sus colegas decidieron observar más de cerca los factores relacionados con las poblaciones de abejorros en todo el mundo. Aunque está claro que muchas colonias están en problemas, en realidad no se ha identificado un factor definitivo para todas las especies.
De esta forma, examinaron 180 años de literatura sobre la especie y encontraron un factor común en todas las clases de abejorros: pueden sobrevivir en temperaturas de hasta 36 grados Celsius, pero la temperatura ideal para los nidos es entre 28 y 32 grados Celsius.
Sin embargo, es poco probable que puedan regular la temperatura en la medida en que lo requiere el aumento de los grados por el cambio climático, informa el estudio. Si bien los abejorros individuales pueden soportar el aumento de calor mejor que otras, el estudio señala que, si en un nido hace demasiado calor, la colonia no prosperará.
“Las temperaturas excesivamente altas son más dañinas para la mayoría de los animales y plantas que las temperaturas frías. Cuando las condiciones son frías, los organismos que no regulan metabólicamente su temperatura corporal simplemente disminuyen su velocidad, pero cuando las temperaturas aumentan demasiado, los procesos metabólicos comienzan a descomponerse y cesar”, dijo Kevan. “La muerte sobreviene rápidamente”.
EL CALOR HIERE DE MUERTE A LOS ABEJORROS
El estudio señala que una colonia de abejorros “actúa como un superorganismo” que depende de la supervivencia colectiva. Los umbrales de temperatura parecen ser similares en muchas especies de abejorros. A los autores del estudio les preocupa que esto haya limitado su capacidad de adaptación con el tiempo, lo que significa que el aumento de las temperaturas es una mayor amenaza.
“El efecto de las altas temperaturas en los nidos no se ha estudiado mucho, lo cual es sorprendente”, dijo Kevan en el comunicado. “Podemos suponer que las temperaturas de los nidos por encima de los 30 grados Celsius probablemente serían muy perjudiciales y que por encima de los 35 grados Celsius se produciría la muerte, probablemente con bastante rapidez”.
Se han realizado estudios similares con abejas, otra especie amenazada, pero muy importante, que muestra que las altas temperaturas en los nidos amenazan la salud de la abeja reina. Esto sugiere, además, que el estrés por calor es un factor importante en el declive general de las abejas.
Sin embargo, es necesario realizar más investigaciones para que los científicos puedan comprender mejor el fenómeno. “Esperamos que los futuros científicos puedan tomar las ideas que presentamos y aplicarlas a sus propias investigaciones sobre la conversación y la salud de los abejorros”, dijo Kevan. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)