El precio del cobre atraviesa una racha al alza gracias a una demanda potenciada por el uso de este metal en la revolución energética, desde los vehículos eléctricos y los paneles solares hasta la industria eólica.
Los precios del cobre están al alza desde febrero y este viernes 26 de abril la tonelada superó los 10,000 dólares, por primera vez desde abril de 2022, en la Bolsa de Metales de Londres (LME), alcanzando los 10,033.50 dólares antes de retroceder ligeramente.
Con esta racha alcista, el metal rojo se acerca a su máximo histórico de 10,845 dólares por tonelada, registrada en marzo de 2022 por la disparada de las materias primas tras la invasión rusa de Ucrania. En este contexto floreciente, la minera británica Anglo American rechazó el viernes una oferta de compra de su rival australiana BHP, por 38,800 millones de dólares, por considerarla demasiado baja y “muy poco atractiva”.
Los principales productores mundiales de cobre son Chile, seguido por Perú, República Democrática del Congo, China y Estados Unidos, según Statista.
“Si el mundo se orienta hacia un futuro más verde, el cobre se convierte en el nuevo petróleo”, explica Kathleen Brooks, analista de XBT.
El cobre, un metal de alta conductividad y muy dúctil, tiene muchos usos en la transición energética. Antes, era utilizado en la construcción, el cableado eléctrico y la fabricación de instrumentos de cocina.
Para Ole Hansen, analista de Saxobank, este metal es “crucial” para la transición verde y para “las infraestructuras de energías renovables, debido a su uso en el cableado y los conductores de paneles solares, las turbinas eólicas y otros equipos”. El cobre también es una materia prima fundamental para los vehículos eléctricos.
LA DEMANDA DEL COBRE ANTE LA GRAN REVOLUCIÓN ENERGÉTICA
Otros factores que contribuyen a la demanda en alza es la necesidad de modernizar las redes eléctricas debido al aumento del consumo de energía y su uso para el almacenamiento de energía en las baterías.
“La transición mundial hacia la energía eléctrica actúa como un catalizador adicional (para la demanda), ya que las fuentes de energía renovables como las eólicas y los paneles solares y los vehículos eléctricos necesitan cantidades significativas de cobre”, indica Dan Coatsworth, analista de AJ Bell.
El uso del cobre en la industria llevó a que la demanda de este metal se conozca desde hace tiempo como un indicador llamado “Doctor Cobre” (Dr Copper en inglés), que sirve como barómetro del estado de salud de la economía mundial.
Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), el mercado del cobre creció en un 50 por ciento entre 2017 y 2022 y roza los 200,000 millones de dólares. La cantidad de cobre consumida en el mundo se ha duplicado en los últimos 20 años.
La oferta está bajo presión por varias huelgas, las tensiones geopolíticas, las nuevas reglamentaciones y la disminución de la cantidad de metal que se puede extraer en algunos yacimientos en declive.
“La exploración minera es un proceso increíblemente costoso. Muchas veces pasan 10 años entre el descubrimiento de una fuente de cobre hasta su extracción comercial”, afirma Coatsworth.
Además el experto señala que es difícil encontrar yacimientos con suficiente material en la roca, para que la extracción sea “viable económicamente”. N
(Con información de AFP)