Nuestro sistema de salud tiene una suerte de mecanismos que permiten su funcionamiento. Este mes es marzo y no vemos el sistema de salud “mejor que el de Dinamarca”, el nuestro, según discurso del jefe del ejecutivo federal sería, ¡“el mejor de mundo”! nada ha pasado, las necesidades y faltantes aumentan. Uno de los mecanismos es que brinda salud a los trabajadores, que pagan sus cotizaciones de manera puntual con sus salarios; así, lo señalan los estudios de los expertos, los que odian la pomposas “izquierdas”: Los sistemas de las instituciones de seguridad social del Estado, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), requieren mantenimiento correctivo en todos los aspectos. Vale la pena hacer una auditoria ciudadana simple, constatar el estado que guardan derechohabientes hospitalizados, se producirá una indignación; cómo funcionan los edificios que hospitalizan, los quirófanos, el control de la calidad, más aún los remedios. Solo quienes lo padecen saben lo que es tener que comprar los medicamentos que los propios facultativos recetan; en mantenimiento preventivo se nos revela lo precario. El sistema de salud nos llama en una arremetida ultima de enfermedades avanzadas por el descuido, la deshonra, los servicios de asistencia pública para no asegurados. Quienes no cuentan con seguridad social y han tenido intentos emocionados de diversos esbozos de políticas públicas de salud, incluso fondeados con amplios presupuestos, no han sido exitosos. Un odio inhumano contra el “pueblo”, palabra tan simbólica y bonita desde las tribunas, emociona, provoca gritos, el orador llora, pero ese “pueblo” no recibe beneficios de salud. México cuenta con servicios de salud del sector privado, también. Ahí convergen, profesionales de la salud en sus diversas especialidades, proveedores de la rama, ingenierías médicas, laboratorios, farmacéuticas. Servicios de calidad, pero inalcanzables para la mayor parte de la sociedad, aun contando los seguros de gastos médicos. Espacios en los que se pierde la solidaridad, no existe humanismo, ni hermandad…, por parte de los administradores. Ahí confluyen, al propio tiempo, profesionales éticos, especialistas profesionales que todos los días lloran por dentro por la impotencia del estraperlo de la frase: ¡pase usted primero a la caja…! En la modernidad y posmodernidad los gobernantes hacen suya la gerencia de la salud del “pueblo” cuyo fundamento es el derecho a la salud. El sistema que se convierte en embarazo político, las políticas públicas y sus impactos, como lo planteó Michel Foucault: “la salud se convierte en un objetivo político”, adquiere objetivo social, las enfermedades llegan a las personas, las padecen como realidad, surge la necesidad institucional del control para proteger de posibles amenazas, emerge los temas de: higiene pública, uso de recursos no renovables y renovables, explosión industrial, contaminación, estudio, cultura, cuidado del agua, conductas laborales, y un largo etcétera, empero todos en el vértice de la economía y de la democracia. Es cierto, la salubridad señala la calidad de la salud del “pueblo”, es un tema desafiante, en evolución científica, tecnológica, ética…, por ello merecen una atención exhaustiva y general que regrese la vigilancia médica en México. Los sintetiza muy bien la Organización Mundial de la Salud: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”; un estado de bienestar… como derecho humano. Ese estado lo perdimos y no fue por pandemia, en la que el colectivo padeció la guasa y el desinterés del Estado. La salud une de manera inteligente, pende de reciprocidad entre sociedad y gobiernos. Todas y todos tenemos derecho a la protección de la salud, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Le confiere al poder legislativo dictar leyes… sobre la salubridad general de la República. 1ª. El Consejo de Salubridad General dependerá directamente del presidente de la República, sin intervención de ninguna Secretaría de Estado, y sus disposiciones generales serán obligatorias en el país. 2ª. En caso de epidemias de carácter grave o peligro de invasión de enfermedades exóticas en el país, la Secretaría de Salud tendrá obligación de dictar inmediatamente las medidas preventivas indispensables, a reserva de ser después sancionadas por el presidente de la República. 3ª. La autoridad sanitaria será ejecutiva y sus disposiciones serán obedecidas por las autoridades administrativas del país. 4ª. Las medidas que el Consejo haya puesto en vigor en la campaña contra el alcoholismo y la venta de sustancias que envenenan al individuo y degeneran la especie humana, así como las adoptadas para prevenir y combatir la contaminación ambiental, serán después revisadas por el Congreso de la Unión, en los casos que le competan…La Constitución lo ordena, le debemos obediencia, ¿Y el sistema de salud?