Imágenes contundentes del Presidente López Obrador lo exhiben: impotente, en vehículo militar, atascado en fango por el Huracán Otis, el miércoles 25, camino a Acapulco. Militares intentando desatascarlo. Conducción militarizada del país. Al Secretario de la Defensa, desentendido de deslaves y bloqueo carretero; le aseguró que sí podían transitar. No hay precedente de ineptitud del Estado Mayor Presidencial -que AMLO desapareció-, arriesgando al Presidente, su Comandante Supremo. Debieron trasladarlo en helicóptero, que los tienen idóneos. Convoyes militares en fila, igual, atascados. Prestigio militar aboyado (y con sobrecargas de tareas). Tan grave, como la ineptitud gubernamental, expuesta: por no alertar a la población sobre impacto del huracán; al no responder luego del desastre con protección civil; al no contar con el Fondo para Desastres Naturales (Fonden) que recibió con $ 300 mil millones, y que AMLO dijo “no hace falta”, y desapareció, desviando 40% del fondo al tren Maya. El colmo: recién prohibió dar ayuda social a quienes la necesitan; y la que va en tránsito la decomisan fuerzas armadas para solo ellos dar. Todo en imágenes. ¡Miserables!
Vale recapitular: El Servicio Meteorológico Nacional, alertó el martes 24, a las 4 am, que huracán tocaría costas de Guerrero esa noche y madrugada del miércoles. Antes, el Centro Nacional de Huracanes, CNH, en Miami, anunció tormenta. A las 6 pm, con Otis a 135 km. de Acapulco, avisó alcanzaría categoría 5, catastrófica. Y sí, tocó tierra a media noche. No hubo medidas de alerta en México, solo se habló de “lluvias extraordinarias”. ¡Tuvieron más de 20 horas para prever respuestas! Hubo “certeza” de la trayectoria. Solo duda de intensidad. “Pero sabiendo que: (1) Es año de Niño, de más ciclones y más intensos en el Pacífico; (2). Días antes pasó el ciclón tropical Max; por lo tanto había zonas vulnerables, y (3). La ineficiencia del 90%… de los actuales funcionarios políticos o técnicos… Esto, y la falta de decisión oportuna, hacen mezcla perfecta de desastre. Más aún, el cambio climático, aunado a eventos cíclicos como El Niño, y la alta vulnerabilidad de la población…. harán que ésta padezca daños cada vez más graves; y no habrá dinero que alcance…” (R. Rivero Palacios, meteorólogo).
Distingamos el daño causado por la naturaleza, del de la ineptitud de autoridades. De inicio: 27 muertos, 4 desaparecidos (AMLO dijo: “tuvimos suerte, no fueron tantos”). Aparecen más cuerpos. Un millón de habitantes afectados, daños materiales inmensos. Saqueo en tiendas, rapiña en calles, ninguna autoridad cuidando. Tampoco informaron de refugios, centros de acopio o medidas de protección para habitantes y 40 mil turistas. La ausencia de autoridades es criminal. AMLO en mañanera del mismo 25, con ojos en la nuca: cuestionó, otra vez, a la Corte, por su desafuero, 19 años atrás. “Gobernadora” del estado y alcalde de Acapulco, ausentes. 24 horas después ninguna autoridad informó impactos humanos y materiales. AMLO, el jueves 26, dijo no tener datos. Miles de afectados sin agua, alimentos ni cobijas. ¡Y luego ordenó impedir a cualquier persona, fuera de Fuerzas Armadas, a entregar ayuda directa a afectados! De la Madrid, en terremoto de 1985, no aceptaba ayuda por estar estupefacto. AMLO, por miserable. Lo suyo es administrar venganzas del ayer, atascar el hoy, lucrar votos mañana.
La destrucción total de zona turística no se ve cómo podrá reponerse. AMLO dispone a discreción de partida presupuestal de restos del Fonden y otros fideicomisos. El jueves, en Cámara de Diputados, Subsecretario de Hacienda no supo decir cuánto queda, ni dónde están. ¡Y si quedan, el ejército ya los pidió! Por eso AMLO ordenó confiscar-robar toda la ayuda social, y que sea solo Ejército y sus “siervos de la nación” los que la entreguen. Miserable electorero.
La política se rige por la ética; es opción generadora de bienes, o evitar males públicos. Impacta a los más. Los dilemas morales deben resolverse evitando el mayor daño posible a los más, y a los más pobres. Demagogos, ineptos, atascados, miserables se contienen y cambian con ciudadanía responsable. ¡De pie, Acapulco!¡México! N
Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.
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