Un perro de la familia Biden, Commander, volverá a un centro de adiestramiento por haber mordido a un agente del servicio de protección de las personalidades estadounidenses.
Ya con esta son 11 veces, por lo menos, que este animal llegado a la Casa Blanca en 2021, cuando era un cachorro, muerde a alguien. El presidente de Estados Unido, Joe Biden, y su esposa, Jill, se mudaron a la Casa Blanca con dos perros, los pastores alemanes Champ y Major.
Tras la muerte de Champ, los Biden presentaron a su nueva mascota, Commander (comandante, en español), otro perro de la misma raza. Sin embargo, el “mejor amigo” de Biden tiene la mala costumbre de morder. El último incidente se remonta al lunes pasado por la noche, cuando Commander mordió a un agente, afirmó el jefe de comunicación del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi.
“El agente fue atendido en el lugar por personal médico”, añadió.
Los Biden anunciaron en el verano que enviarían al perro a un centro de adiestramiento, después de que la prensa se hiciera eco de varias mordeduras, una de las cuales obligó a la víctima a ir al hospital.
“Como hemos señalado anteriormente, la Casa Blanca puede ser un entorno estresante para las mascotas”, recordó la directora de comunicación de la primera dama, Elizabeth Alexander, en un comunicado enviado a la agencia.
OTRO PERRO DE BIDEN TAMBIÉN PRESENTÓ PROBLEMAS PARA PERMANECER EN LA CASA BLANCA
“La familia del presidente sigue buscando formas de ayudar a Commander a gestionar el entorno, con frecuencia impredecible, de la Casa Blanca”, añadió.
Otro pastor alemán de Biden, Major, también tuvo problemas para adaptarse a la vida en la Casa Blanca. En 2021, la familia presidencial lo envió temporalmente a su casa de Delaware para tomar clases de comportamiento después de morder a por lo menos un empleado.
Por recomendación de especialistas, la familia Biden se vio finalmente obligada a confiarlo a unos amigos que viven “en un entorno más tranquilo”. Sin embargo, estos no son las primeras mascotas en pisar la Casa Blanca, ya que ha habido multitud de gatos y perros presidenciales. Si volteamos al pasado, estuvo Socks, el gatito de Bill Clinton, hasta Barney y Miss Beazley, los terrier escoceses del matrimonio Bush.
De acuerdo con el sitio Euronews, en la Casa Blanca también se observaron animales más exóticos y difíciles de invitar al Despacho Oval, como los cachorros de oso de Thomas Jefferson o el loro de Andrew Jackson. N