David y Louise Turpin parecían tener una familia como cualquier otra. Grande y extraña a la vista de los vecinos, quienes no notaron algo fuera de lo común, salvo la sobreprotección a la que estaban sometidos los 13 hijos de la pareja, pero normal al fin de cuentas. Esa apariencia cambió cuando una de sus hijas escapó y dio aviso a la policía de que ella y sus hermanos, cuyas edades van de los 2 a los 29 años, permanecían esclavizados en su propia casa.
Los agentes que atendieron el pedido de ayuda describieron a la prensa el horror al que se enfrentaron cuando ingresaron al domicilio localizado en un barrio de clase media de Perris, una pequeña localidad al sureste de Los Ángeles. La policía encontró a tres niños esposados con cadenas y candados en su hogar sucio y maloliente.
La primera sorpresa que tuvieron las autoridades fue al enterarse que la joven que había escapado y hablado al 911 no tenía 10 años como su apariencia física aparentaba, sino 17 años. Los agentes quedaron aún más “conmocionados” al descubrir que siete de los 13 hermanos, tampoco eran menores de edad sino que tenían en realidad entre 18 y 29 años.
Los 13 fueron llevados a hospitales de la zona, tratados por desnutrición y sometidos a otras pruebas de diagnóstico, mientras que sus padres están detenidos bajo sospecha de tortura. “Las necesidades a largo plazo de estos niños serán psicológicas y psiquiátricas debido a los períodos prolongados de inanición y maltrato”, dijo Sophia Grant, directora médica de la unidad de abuso infantil del Riverside University Health System.
Según los informes, los Turpin han estado casados durante 27 años, cuando David tenía 30 años y Louise 22.
La casa, una escuela privada
La familia se trasladó en 2014 desde Texas a un barrio de clase media de Perris, unos 110 kilómetros al sudeste de Los Ángeles, y eligió educar a sus hijos en su casa. David obtuvo una licencia para tener en su casa una escuela privada lo cual se cree que fue era para educar a sus hijos a puerta cerrada.
En California, las instituciones de ese tipo operan fuera de la jurisdicción del Departamento de Educación y de sus regulaciones porque estudiantes y tutores son directamente responsables de ellas. Debido a esto, las autoridades no recibieron ningún tipo de aviso.
Vestidos igual
En un perfil de Facebook bajo el nombre de David-Louise Turpin fueron publicadas las fotos de la familia. En ella se encuentran imágenes de viajes a Disneyland, de un festejo familiar así como otras imágenes en las que posan David y Louise solos o con sus trece hijos biológicos. En cada una de las fotografías en que salen todos destaca que los tres hombres visten igual lo mismo que las 10 mujeres.
Betty Turpin dijo a medios estadunidenses que su hijo y su nuera eran unos padres protectores y por “razones de seguridad” vestían igual a los 13. Otros reportes de prensa citan a familiares quienes calificaron a los Turpin como una pareja protectora que decía estar destinada por Dios a tener una familia numerosa.
Una fotografía en particular ha llamado la atención de un psicólogo forense. En la imagen lucen todos vestidos con pantalón de mezclilla y con una playera que numera a cada uno de los hijos como “cosas”. De esta manera el más grande luce el estampado de “cosa 1” y la menor “cosa 13”. “Aquí hay una familia que piensa que es una broma contar a todos en lugar de darles nombres y referirse a ellos como ‘cosas’”, escribió David Canter, profesor emérito de psicología de investigación en la Universidad de Liverpool en The Independent.
“Una posibilidad es que los padres quisieran mantener a sus hijos alejados de las autoridades por razones religiosas u otras razones ideológicas, o porque no confiaban en quienes no pertenecían a la familia. Estas situaciones tienen todas las cualidades de un culto en el que el padre generalmente actúa como un patriarca que intimida a su esposa e hijos para someterlos. Las fotografías de Facebook que hemos visto ciertamente tienen el aspecto de una secta sobre ellas”, opinó Canter.
En bancarrota
David Turpin tenía 57 años. Trabajó como ingeniero en la compañía aeroespacial Lockheed Martin y luego estuvo por ocho meses en Northrop Grumman. Louise, de 49 años, se dedicaba al hogar.
Cuando la familia vivió en Texas se declaró por primera vez en bancarrota, y desde hace varios años llegaron a la costa este y allí volvieron a declararse en bancarrota por deudas que iban de los 100 mil a los 500 mil dólares.
“David Turpin no parece tener inteligencia limitada, ya que trabajó eficazmente para una importante empresa de ingeniería, y tampoco parece probable que tuviera ningún trastorno mental obvio si pudiera mantener un trabajo tan difícil y exigente. Parece más probable que el compromiso de la pareja con una gran familia, sin mucha preocupación por los recursos para cuidar de ellos, fue el punto de partida para las espantosas condiciones con las que terminaron”, refiere David Canter al respecto.
Cargos de tortura
David y Louse Turpin fueron detenidos por torturar y poner en riesgo a sus hijos. Además, les fue impuesta una fianza de nueve millones de dólares. El agente de la Oficina del Alguacil de Riverside Greg Fellows explicó que las razones por las que la pareja es acusada de tortura “saltan a la vista”.
“Tener 17 años y aparentar 10, estar encadenado a una cama, estar malnutrido y tener lesiones asociadas con esto es lo que yo llamaría tortura”, afirmó. La ley estatal contempla una pena de hasta 20 años de cárcel por ese delito.
“Muchas cosas eran extrañas, pero no lo suficiente como para llamar a la policía”, dijo a la AFP Kimberly Milligan, de 50 años, que desde hace dos años y medio vive en la casa de enfrente a la de los Turpin en la calle Muir Woods. “Pensé que eran papás sobreprotectores a la décima potencia”.