Hace casi tres décadas, tras sufrir un grave accidente de coche, el guionista mexicano Guillermo Arriaga plasmó por escrito su peor pesadilla: morir y dejar a su familia desamparada. Era el primer guion del autor de Amores perros y 21 gramos, y sus dos hijos, Santiago y Mariana, acaban de rodar la cinta, A cielo abierto.
Filmada en el estado de Coahuila, A cielo abierto —que concursa en la sección Horizontes de la 80 Mostra de Venecia— narra el accidente de tránsito que sufre un arquitecto y su hijo de 12 años, embestidos por un camión. ¿Distracción o neglicencia criminal? El hijo mayor (Máximo Hollander) está obsesionado con hallar al conductor del camión y arrastra en su búsqueda a su hermano menor, que sobrevivió (Theo Goldin) y a la hermanastra de ambos (Federica García).
“Aun viviendo en casa de mis padres, mi mamá me pide ordenar unas cajas que tenía desde hace mucho tiempo, con muchos papeles. Buscando entre esas cajas me encontré con el guion de ‘A cielo abierto’, que nunca había leído”, explicó Santiago Arriaga en entrevista con AFP.
“Nuestro padre lo escribió con el miedo de qué pasaría si él se muere. Él era papá de dos niños chiquitos, Mariana y yo. Y creo que nosotros lo filmamos con el miedo de qué pasaría si lo perdemos”, añadió el joven cineasta.
Mariana (32 años) y Santiago (30 años) llevan seis años dirigiendo juntos. A cielo abierto es su primer largometraje, después de tres cortos: Libre de culpa, B-167-980-098 y Hora cero. La codirección es inusual en el cine, pero los Arriaga destacan sin dudar el ejemplo de los hermanos Coen, maestros en el cine policíaco.
“En todas las ocasiones lo que hacemos es tratar de hacer un muy sólido trabajo de preproducción, hablar muchísimo entre nosotros y tratar de entender qué queremos decir cada uno”, explica Mariana.
CASI UNA DÉCADA PARA TERMINAR “A CIELO ABIERTO”
En el caso de A cielo abierto tuvieron tiempo de sobra, puesto que el proyecto tardó ocho años en concretarse. Los derechos cinematográficos del guión estaban vendidos, pero la película no se concretaba. Mientras, Guillermo Arriaga conquistaba fama mundial junto a Alejandro Gómez Iñárritu con Amores Perros y 21 gramos, basados también en narrar historias a partir de un accidente de tráfico.
Le siguió luego Babel, que marcó el final de su colaboración mutua. Los Arriaga consiguieron recuperar los derechos del guion. Los hermanos narran esta historia sombría desde el punto de vista contradictorio de tres adolescentes que se lanzan juntos a una aventura arriesgada, pero con propósitos muy diferentes.
“De nuestro padre hemos aprendido que las decisiones se toman alrededor de una historia, no alrededor de la estética”, explica Mariana. En tanto, Santiago apunta que que tienen personalidades completamente distintas. Si bien crecieron en la misma casa y tienen los mismos valores. A Mariana le gusta más discutir las cosas y platicar, mientras a él le gusta aterrizarlo todo.
Ambos se declaran convencidos de que pueden mantener esa senda de colaboración. “No nos da miedo, de ninguna manera”, dice Santiago. Y su hermana añade que no podría codirigir con nadie más. N