Brindar atención psiquiátrica a personas que residen permanentemente en un lugar es una labor desafiante. Pero cuando se trata de asistir la salud mental de personas migrantes, en movimiento, surge un conjunto completamente nuevo de desafíos y se plantean preguntas sobre si podemos hacerlo de manera segura y ética, y cómo.
En muchos de los proyectos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en todo el mundo utilizamos el modelo del programa de acción para cerrar la brecha en salud mental (mhGAP) de la Organización Mundial de la Salud. Con ello intentamos asegurar que esta sea un componente fundamental de la atención primaria brindada.
Como psiquiatra regional para los proyectos de OCG en México y América Central, mi función es capacitar y supervisar a médicos y médicas de nuestros proyectos en la atención psiquiátrica basada en el manual de mhGAP.
El desafío clave en este contexto es que a menudo no podemos brindar un seguimiento cara a cara a los pacientes. En algunos proyectos atendemos a las personas que esperan solo unas pocas horas entre un autobús y otro. Y en otros, a las que lo hacen unas pocas semanas, sin tener idea de cuándo su proceso de asilo les permitirá avanzar.
Durante mis visitas a los proyectos de migración de MSF en la región, mis colegas me han preguntado: “¿Podemos hacer mhGAP en migración si el tratamiento lleva mucho más tiempo del que el paciente está con nosotros? No sabemos cuándo podrán obtener su próxima dosis de medicamentos”.
UNA SOLUCIÓN PARA ATENDER LA SALUD MENTAL DE LAS PERSONAS MIGRANTES
En respuesta, señalo que lo mismo es cierto para la diabetes, la hipertensión y el VIH, pero no se nos ocurriría no ofrecer tratamiento para esas condiciones de salud física.
¿Es seguro proporcionar medicación psiquiátrica a alguien que es posible que no vuelvas a ver? Esta es una pregunta a la que hemos dedicado mucho tiempo de reflexión. Y hemos llegado a la conclusión de que, al igual que muchas cosas en la atención de salud mental, es un cálculo de riesgos y beneficios para cada persona.
En nuestros proyectos de migración recibimos pacientes que fueron diagnosticados con una afección psiquiátrica en su país de origen. Pero su medicación se mojó o se perdió cuando cruzaban la selva en su viaje. Otros, a través de una serie de eventos durante su trayecto, han desarrollado una enfermedad depresiva, un trastorno de estrés postraumático o incluso una enfermedad psicótica.
En esta región, las personas en movimiento están expuestas a muchos peligros, y muchas personas que acuden a nuestras clínicas son sobrevivientes de violencia sexual y otros tipos de violencia, robo, extorsión y secuestro, entre otros. Por lo tanto, hay una clara necesidad de atención de salud mental para muchas personas migrantes a las que atendemos.
Priorizamos las intervenciones psicosociales, ya que abordar las necesidades básicas y desarrollar mecanismos internos de afrontamiento en este contexto puede ser más útil que la medicación. Sin embargo, para aquellos que ya están en tratamiento farmacológico que se está agotando o que tienen síntomas más graves, esto podría no ser suficiente.
HAY RIESGOS Y BENEFICIOS, PESE A TODO
¿Cuáles son los riesgos y beneficios de administrar medicación psiquiátrica en este contexto, sabiendo que es posible que no volvamos a ver a la persona? Los riesgos podrían incluir síntomas de discontinuación si pierden la medicación o no pueden continuar con ella (la mayoría de los medicamentos psiquiátricos no son adictivos, pero pueden causar síntomas incómodos al suspenderse), efectos secundarios y sobredosis intencionales de medicamentos.
Los beneficios podrían incluir una mejora en su estado mental, funcionamiento y calidad de vida, y una reducción en el riesgo de autolesiones y suicidio. Y, por supuesto, también existen riesgos de no tratar a alguien con una enfermedad psiquiátrica, incluido un empeoramiento de los síntomas, deterioro del funcionamiento y aumento de los riesgos para sí mismo y, en algunos casos, para otros.
Si decidimos ofrecer tratamiento y el paciente decide aceptarlo, ¿qué podemos hacer para minimizar los riesgos y maximizar los beneficios? Aquí es donde entra en juego nuestro “kit de medicamentos de viaje” de mhGAP. En primer lugar, para maximizar los beneficios, asumiendo que los riesgos de sobredosis son muy bajos, proporcionamos tres meses de medicación: si solo diéramos un mes, la medicación se agotaría justo cuando comienza a hacer efecto.
Aunque tenemos proyectos de MSF en Panamá, Honduras, Guatemala y México que brindan atención basada en mhGAP a las personas en movimiento, la ruta migratoria puede ser impredecible.
EL KIT DE MEDICAMENTOS DE VIAJE DE MHGAP
Nuestro objetivo es proporcionar un seguimiento telefónico multidisciplinario. Sin embargo, sabiendo que muchas personas migrantes pierden sus teléfonos, dejan de funcionar o cambian de número, intentamos equiparlas a ellas y a sus cuidadores con todo lo necesario para que puedan cuidar de su salud mental y su medicación: el kit de medicamentos de viaje de mhGAP.
El kit incluye su medicación etiquetada con detalles de posibles efectos secundarios, nuestros datos de contacto, el logotipo de MSF y otra información clave para garantizar que la persona pueda cruzar la frontera con su medicación. El kit también incluye folletos con información sobre su condición y tratamiento, y un plan de crisis codiseñado con la persona. Proporcionamos un mapa que muestra las clínicas que conocemos a lo largo de la ruta que brindan atención psiquiátrica.
Aunque ofrecemos medicación a un número reducido de pacientes de acuerdo a este cálculo de riesgos y beneficios, hemos recibido informes de varios pacientes que afirman que les va bien después de recibir el kit de medicamentos de viaje de mhGAP.
Mirando hacia el futuro, también esperamos que los servicios de atención de salud mental para las personas migrantes estén más disponibles y coordinados, quizás con la ayuda de la tecnología para proporcionar notas electrónicas del paciente que puedan llevarse de forma segura.
Mientras tanto, esperamos que este modelo de atención de mhGAP sea útil para otros proyectos de migración o proyectos que enfrentan desafíos similares en la atención de seguimiento a los pacientes. N
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La Dra. Lindsay Solera Deuchar es psiquiatra regional de MSF en México y América Central.