DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS
El reciente revés que sufrió el secretario de Gobernación de México en su entrevista con la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es una muestra de los tiempos por venir.
Norma Lucía Piña Hernández, la ministra presidenta de la SCJN, comenzó su trayectoria académica como maestra egresada de la Escuela Nacional de Maestros, para luego cursar la carrera de Licenciado en Derecho en la UNAM. Terminó su licenciatura con un promedio de 9.6. Su doctorado también lo cursó en la UNAM y también lo terminó con promedio de 9.6.
Fue, así, una alumna de excelencia con una carrera profesional impecable. A esta presidenta, el secretario de Gobernación fue a visitarla cortésmente para pedir que intercediera en los asuntos que le interesan al presidente de la república, entre los que se encuentra la extradición de Ovidio.
La aprehensión con fines de extradición del hijo del Chapo se dio en el marco de la visita del presidente de Estados Unidos para que este la utilizara como un mérito a la hora de anunciar su campaña de reelección a la presidencia de su país. Este anuncio se piensa hacer en el mes de febrero. De modo que es urgente acelerar el proceso.
Este proceso transcurre en el ritmo natural de la justicia mexicana, pues el abogado de Ovidio Guzmán ha logrado que le concedan un amparo contra la justicia mexicana para detener el proceso de extradición. Esto significa que el proceso de extradición continuará, pero que Ovidio Guzmán no será extraditado hasta no resolverse que el proceso haya cumplido con un trámite apegado al derecho y sin violar las garantías constitucionales del señor Guzmán.
¿LOS JUECES SON CORRUPTOS?
En su visita a la Corte, el secretario de Gobernación, aludiendo al caso del señor Ovidio el Ratón Guzmán y su extradición, dijo: “Como son casos en los que se maneja mucho dinero” el gobierno teme que “pudieran colarse por ahí amparos judiciales”.
Ahí, la ministra presidenta interrumpió diciendo: “¡Ah! ¿Me está diciendo que los jueces son corruptos?” A lo que el secretario respondió: “No, no. Solo digo que pudiera ocurrir”.
La ministra presidenta concluyó su alocución diciendo: “Bueno, pues todo eso está muy bien, pero aquí, para el Poder Judicial, tenemos otros temas y prioridades. No nos parecen las acusaciones y señalamientos sin pruebas de la corrupción en el Poder Judicial. Yo vengo de una carrera judicial, me formé en el Poder Judicial, y siempre me molestó mucho que me dieran instrucciones de aquí, de la Corte. Así que yo voy a ser respetuosa de la autonomía de los jueces. Además, yo litigo en los tribunales, no en los medios”.
¡Sopas, perico! La respuesta de la ministra presidenta fue una categórica alusión a los excesos verbales del presidente con más poder desde que se inició la alternancia en México y cuya trayectoria académica trae consigo un promedio de 7.5 y de materias reprobadas como Economía, Interpretación de la Historia, Ciencia Política y Estadística, y con siete materias sin acreditar en la Facultad de Ciencias Políticas. Un presidente que comenzó su carrera como agitador, y así se convirtió en líder de una mayoría harta de los abusos de la autoridad al aplicar marcos jurídicos que no entiende.
NORMA PIÑA NO SE DOBLEGA
Al día siguiente, en “la mañanera”, el presidente López Obrador arremetió contra la ministra presidenta diciendo: “Seguramente deben de pensar, porque son como gremios, que ahora que ganó la señora Piña… pues ahora estamos notando que hay más actos que consideramos ilegales y de injusticias en contra del interés público”.
La Dra. Piña desde sus inicios fue una alumna seria y dedicada, con una carrera impecable. Y nuestro presidente, que como alumno dista mucho de haber hecho una carrera impecable y a quien le siguen de cerca los escándalos de corrupción de su familia, ahora para desacreditar a la ministra presidenta acusa a su Corte de actos ilegales.
La culpabilidad de Ovidio Guzmán puede ser evidente, pero el juzgador necesita pruebas y un proceso legal para condenarlo. Esa es la ley y debe acatarse. De no hacerlo se están violando las garantías constitucionales, pero al presidente esa Constitución, a la que juró defender aquel 1 de diciembre de 2018, no le merece respeto cuando estorba a sus planes.
El presidente ha abierto un nuevo frente, ahora va a atacar al máximo órgano de justicia de la nación en función de que su presidenta no se doblega a sus designios y exige respeto tanto a su investidura como a la Corte.
En este pleito, AMLO habrá de esgrimir la fuerza del Estado, y la ministra presidenta, la fuerza de la razón. Vienen decisiones torales en los meses por venir para la Corte. La constitucionalidad, o inconstitucionalidad del Plan B, entre los asuntos de mayor importancia en el futuro de México.
Ojalá que la presidenta de la SCJN aguante los embates de Palacio y le haga ver al presidente López Obrador que la ley sí es la ley.
VAGÓN DE CABÚS
La prisión al conductor del metro que se estrelló en la Línea 3 es absurda. Los argumentos se tiran uno a otro, pues si la falla fue por un sabotaje para que fallara la señalización cortando dos cables, ¿cuál es la responsabilidad del conductor si no contó con las señales apropiadas a la hora de transitar por la zona? Además, se reporta que la falla se registró a las 20:00 horas, pero no se arregló en toda la noche y ahora resulta que todo es culpa del conductor.
Y mientras todos llaman a un fiscal para resolver el problema en lugar de a un ingeniero, el público se sigue exponiendo a diario al viajar en un transporte masivo con mantenimiento deficiente por falta de presupuesto. N
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.