Durante décadas, la gente del lago Tanganica, en Burundi, África Oriental, ha sido aterrorizada por un enorme cocodrilo devorador de hombres conocido como Gustave. Los pobladores aseguran que el cocodrilo del Nilo ha matado a más de 300 personas y se ha ganado el estatus de leyenda en la zona del río Rusizi.
Consultado al respecto, el especialista en cocodrilos Marc Gansuana dice a Newsweek que Gustave es conocido desde hace algún tiempo. National Geographic encontró registros de sus ataques a aldeanos que datan de 1987.
Sin embargo, solo se identificó y nombró formalmente en 2001 por el herpetólogo Patrice Faye. Se cree que Gustave es uno de los cocodrilos más grandes de África, con una longitud de 6.10 metros y un peso aproximado de 907 kilos. “Su tamaño [significa] que no se puede confundir con ningún otro en su territorio”, señala Gansuana.
En una entrevista de 2002 con la BBC, Faye dijo que el enorme tamaño del cocodrilo era potencialmente el causante de su dieta humana. “Es tres veces más grande que los otros cocodrilos de Burundi”, señaló. “No es muy rápido y no puede alimentarse de lo que comen otros cocodrilos en Burundi, generalmente peces y pequeños mamíferos. Ataca presas lentas, que son fáciles de capturar”.
¿DÓNDE VIVE EL COCODRILO?
La mayor parte del tiempo, Gustave pasa sus días en una pequeña isla fluvial cerca del lago Tanganica, el segundo más grande de África Oriental. Sin embargo, durante la temporada de apareamiento, viaja a lo largo de las orillas del río Ruzizi, y es entonces cuando es más peligroso, señaló Faye.
“Recorre todo el camino hasta las zonas de Rumonge y Minago y se come a los pescadores y bañistas por el camino. Puede comerse a 10, 15 o 20 personas en la orilla. Un año seguí el camino que tomó en una de sus incursiones y se había comido a 17 personas entre Kanyosha y Minago, y Kabezi y Magara”.
Pero, incluso para un animal así, matar a 300 personas es toda una proeza. El experto Marc Gansuana afirma que esta cifra es solo un estimado y que es muy difícil recopilar estadísticas precisas de muerte para un animal tan salvaje.
“La confiabilidad de tales estadísticas es difícil de evaluar en este tipo de casos”, añade. “Lo más importante que hay que recordar es que claramente es un depredador del pueblo de Gatumba”.
NO SE COME TODA LA PRESA
Debido a que el cocodrilo Gustave rara vez se come a todas sus presas, los lugareños sugieren que no solo mata por comida, sino también por diversión. Sin embargo, Gansuana indica que este no es el caso:
“Nunca matan por diversión. Los cocodrilos tienen muy pocos requisitos en términos de cantidad de comida. Una vez asesinados, una presa no se consume por completo, excepto en circunstancias muy especiales. Por lo tanto, la mayoría de las presas [de Gustave], humanos o ganado, se encontraron casi enteras, con solo unas pocas partes faltantes, lo que podría explicar por qué la gente pensó que estaba matando por diversión y no por comida”.
Gansuana indica que el río también arrastra los cadáveres de guerra que podrían ser atribuidos erróneamente a Gustave. Al cocodrilo no se le ha visto desde 2016. Pero, aun con más de 75 años, Gansuana explica que aún podría estar por ahí.
“Es difícil confirmar que está muerto, nadie parece haberse jactado de haberlo matado, y su territorio es inmenso, ¡prácticamente todo el lago Tanganica y sus afluentes!”. Tal vez Gustave solo esté escondido hasta su próximo ataque. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).