Uno de los exchanges líderes se declaró en bancarrota y, una vez más, el futuro del sector cripto se cuestiona. ¿Hay motivos para ser tan fatalistas?
Por CryptoConexión
La bancarrota de FTX: una dura lección (y una oportunidad para mejorar)
Uno de los exchanges líderes se declaró en bancarrota y, una vez más, el futuro del sector cripto se cuestiona. ¿Hay motivos para ser tan fatalistas?
Por CryptoConexión
Decir que la noticia cayó como un balde de agua fría es quedarse corto. El anuncio de la quiebra del exchange (casa de cambio de criptoactivos) FTX impactó como un tsunami helado cuyos efectos, además, aún se sentirán durante los meses por venir.
El desconcierto ante la noticia inició con la empresa protagonista: FTX, el exchange fundado en 2019 por Sam Bankman-Fried y Gary Wang (con sede en las Bahamas), parecía una de las empresas del sector cripto con mayor potencial. En apenas dos años, la compañía se ubicó en el top 5 del sector mundial de los exchanges (por volumen de operaciones), posicionó un criptoactivo propio (llamado FTT) y logró atraer, como accionistas o aliados de marketing, a personajes famosos como el mariscal de campo Tom Brady, el actor Orlando Bloom y el basquetbolista Shaquille O´Neal.
El derrumbe de FTX inició con sospechas sobre su verdadera solvencia. Las dudas resonaron en el mundo de los inversores, quienes optaron por deshacerse del criptoactivo nativo de la empresa (FTT). Ante la gran cantidad de solicitudes de retiro, se evidenció que FTX no contaba con la liquidez suficiente para atender todas las peticiones.
Por supuesto, el exchange trató de superar la crisis, lo que incluyó un intento por vender a la compañía al rival Binance, el exchange líder en el mundo. El 9 de noviembre Binance anunció que no realizaría la adquisición. Dos días más tarde, FTX informaba que se acogería a la ley de bancarrotas (Chapter 11) de Estados Unidos. Aunque el daño financiero se sigue contabilizando, hay fuentes que sugieren -de momento- una pérdida de por lo menos $8.000 millones de dólares (USD).
Hoy, en el sitio de FTX, un recuadro en color rojo informa que no están habilitados los retiros y “aconseja firmemente” no realizar depósitos.
Reacción en cadena
La bancarrota de FTX, además de afectar a los clientes del exchange, ha sacudido a toda la industria cripto. Por principio de cuentas, tras el colapso de FTX, el precio de bitcoin, la criptomoneda más usada en el planeta, se ha ubicado en el rango de los $16.000 USD, lo que representa una de sus caídas más fuertes en dos años (con el efecto de esta crisis, el costo de bitcoin ya marca una baja de casi 65% durante 2022). El precio de ether, la segunda criptodivisa más importante, cayó 20% en una semana -en el contexto de la debacle de FTX.
Para el subsector de los exchanges, como era de esperarse, la situación ha resultado particularmente complicada. Ya sea por la desconfianza generada en los mercados financieros (ante cualquier cosa que “huela a cripto”) o por exposición al activo de FTX (el ya mencionado FTT), varios exchanges han tomado medidas precautorias.
Por ejemplo, Gemini, el exchange de los gemelos Winklevoss, suspendió los reembolsos en un producto para inversores minoristas, en el cual colaboraba Genesis, un banco cripto que, tras la caída de FTX, detectó un volumen “anormal” de solicitudes de retiro, razón por la que también suspendió los reembolsos y la generación de nuevos créditos en su negocio de préstamos.
Otros exchanges y prestamistas de criptomonedas están siguiendo el mismo camino de cancelar retiros temporalmente, entre ellos compañías como SALT, Liquid (exchange japonés que FTX adquirió este año) y BlockFi.
¿Llegó la hora de abandonar el barco?
En la industria cripto, nadie niega la severidad del momento. Si el daño financiero ya es serio, el golpe a la confianza en el sector -un tema que todavía es una barrera para el crecimiento de esta nueva economía- podría ser aún más grave.
“Creo que, básicamente, hemos retrocedido unos cuantos años. Los reguladores, con razón, examinarán esta industria con mucha, mucha más dureza”, afirmó Changpeng Zhao, CEO de Binance (el exchange que consideró la compra de FTX), durante un evento reciente en el que comentó la situación del caído exchange.
Sin embargo, Zhao también consideró que un mayor nivel de escrutinio “probablemente sea algo bueno, para ser honestos”. Y en ese sentido, se debe decir que en la industria cripto hay una visión muy similar: no ver la debacle de FTX como el principio del fin, sino como una oportunidad para corregir fallas y fortalecer el modelo de negocio de los actores del sector (como los exchanges).
En una charla con Bloomberg, Sebastián Serrano, CEO del exchange argentino Ripio, afirmó que el caso de FTX detonará una fuerte tendencia a realizar pruebas de reservas (para validar solvencia) y auditorías constantes. Un hecho que Serrano valora positivamente. “Eso irá demostrando quién está bien y quién no”, le dijo al medio financiero.
Por su parte, durante la reciente edición de Labitconf, Martín Migoya, CEO de la empresa tecnológica Globant, señaló que “el caso trae mucho sufrimiento, porque hay mucho dinero en juego, pero también se enmarca en un proceso natural y hasta incluso es un indicador de salud en la madurez del ecosistema”. Así, aunque resulte muy doloroso, el expediente FTX servirá para expurgar al mercado: eliminando a las empresas que actúan con descuido o deshonestidad, y conservando a las compañías que protegen -con todos los recursos a su alcance- los intereses de sus consumidores.
Para muchos participantes también fue un recordatorio de la importancia de la autocustodia en la industria. ¿Qué significa eso? Para muchas personas, la forma más fácil de involucrarse en la economía cripto es a través de los exchanges centralizados. Pero lo importante es que en el momento de adquirir criptoactivos, estos se depositen en una cartera independiente y no los deje en estas casas de intercambio.
Al final, no hay que olvidar que, como lo muestra el caso de FTX, este sector de la innovación económica no está exento de los fraudes.
FTX hoy está trabajando con las autoridades estadounidenses para darle curso a su proceso de bancarrota. Mientras tanto, no han faltado los exchanges que informan sobre su nivel de exposición al activo FTT, y que anuncian próximas auditorías para validar sus reservas de liquidez.
Estos mensajes, al margen de cualquier disposición regulatoria que puedan tomar las autoridades correspondientes, son esenciales para mostrar un compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas, dos conceptos clave para recuperar la confianza de los consumidores.