En las zonas de guerra y catástrofe hay un héroe salvando vidas, pero no es precisamente un médico.
José Andrés
En las zonas de guerra y catástrofe hay un héroe salvando vidas, pero no es precisamente un médico.
La trayectoria del Chef José Andrés es espectacular, no solo como innovador culinario reconocido internacionalmente, sino también como un humanitario cuyo trabajo ha impactado la salud y la vida de millones de personas en todo el planeta.
Originario de Asturias, España, Andrés logró formar un imperio con ThinkFoodGroup, empresa a través de la cual opera más de 30 restaurantes en nueve ciudades alrededor del mundo. Autor, personalidad de televisión y ganador de innumerables reconocimientos, es además un incansable defensor de la reforma migratoria.
En 2015, el chef canceló planes de abrir un restaurante en el Hotel Trump de Washington, luego de que el entonces precandidato republicano lanzara un ataque en contra de inmigrantes mexicanos indocumentados, noticia que le dio la vuelta al mundo.
Su compromiso firme con una ideología de oportunidad y equidad fue la inspiración detrás de World Central Kitchen (WCK), una organización sin fines de lucro que fundó en el 2010 y a través de la cual ha distribuido más de 60 millones de comidas preparadas en regiones impactadas por desastres naturales y accidentes de gran escala. Esta misión lo ha llevado a los cinco continentes para coordinar respuestas ante crisis alimentarias, desde la provocada por los incendios forestales de Australia en 2019, hasta la que desencadenó la explosión en el Líbano, en 2020. En los últimos años WCK ha ampliado su alcance ofreciendo asistencia a los refugiados, incluidas las familias desplazadas en Gaza y los solicitantes de asilo en la frontera entre los Estados Unidos y México. Su lucha para alimentar a las personas en riesgo, comenta, lo han llevado a más lugares de los que jamás pudo imaginar.
Desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, millones de personas han huido de sus hogares buscando refugio en otras ciudades y países. El viaje es desalentador, con muchas familias ucranianas viajando durante días sin comida. Para Andrés la misión de su organización significó acción inmediata. “Hemos demostrado que no hay un sitio demasiado lejano o un desastre demasiado grande donde nuestros chefs no puedan llegar con un plato de comida caliente cuando más se necesita”, expresa en un comunicado.
A las pocas horas del inicio de la invasión, WCK había establecido su primera cocina humanitaria en un cruce fronterizo en el sur de Polonia. Semanas más tarde Andrés y su equipo estaban operando en ocho cruces fronterizos, sirviendo comidas las 24 horas.
Hoy en día, en colaboración con restaurantes locales, están presentes en las ciudades ucranianas de Odessa, Lviv y Kyiv y han establecido aproximadamente 400 centros de operación para ayudar a alimentar a los refugiados afectados por la invasión.
A pesar de que en abril una de sus cocinas fue destruida por el impacto de un misil ruso en la ciudad de Járkiv, en donde cuatro miembros de su equipo fueron heridos, José Andrés prometió que su organización continuaría proporcionando alimentos durante el tiempo necesario hasta que el país “vuelva a la normalidad”. En un comunicado a Newsweek, WCK comenta “La valentía mostrada por los restaurantes socios de WCK es realmente increíble, incluso bajo ataque, estas personas siguen enfocadas en brindar apoyo crítico a las comunidades vulnerables”.
WCK también tiene equipos preparando comida todos los días en Rumania, Moldavia, Hungría, Eslovaquia, España y Alemania.
Soluciones creativas
En el 2020, WCK trabajó con restaurantes locales en Estados Unidos para satisfacer las necesidades diarias de las familias que sufrían de inseguridad alimenticia debido a la pandemia. Esto produjo soluciones en dos frentes: proporcionando alimentos a los más necesitados, y trabajo y recursos a restaurantes en peligro de cerrar sus operaciones. Esta experiencia inspiró a Andrés a presentar ante el Congreso y la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) un proyecto de ley conocido como el FEEDAct, mediante el cual el gobierno americano podría asociarse, asumiendo el 100 por ciento del costo, con restaurantes y organizaciones locales sin fines de lucro destinados a producir alimentos preparados para las comunidades en riesgo, un paso importante hacia la recuperación.
Este es el impacto de un chef dedicado a solucionar la crisis sanitaria, económica y humanitaria mundial a través del poder de los alimentos, la base de nuestra salud. Para José Andrés el camino es claro: “Visualizamos un mundo en donde siempre hay un plato de comida caliente, una palabra de aliento y una mano amiga en tiempos difíciles para todo el que lo necesite”. N
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek