Qué difícil es para nosotros a veces sentarnos y tomar un respiro. Admirar, por unos segundos, el silencio… o incluso el ruido de la calle. Ser conscientes de nuestra propia existencia. Porque nos hemos vuelto tan automáticos, que son pocas las veces que apreciamos la llegada de un nuevo día, como si no supiéramos que la vida ya es en sí un regalo maravilloso. Así, siguiendo lo que él llama “hedonismo sostenible”, el músico sonorense Caloncho, quien está estrenado su nuevo disco, Buen pez, trata de no automatizar su vida y recordarse a sí mismo que lo bueno de la vida también está en las pequeñas cosas.
“Seguro los filósofos van a decir: ‘Este brother ¿qué trae?’. A lo que yo me refiero con hedonismo sostenible es a encontrar razones simples para agradecer, y encontrar en esa gratitud la plenitud o felicidad, o tú llámale como quieras. Es saber agradecer y asomarte a las pequeñas cosas porque eso nos mantiene contentos en la cotidianidad”.
Y si bien esto del hedonismo sostenible suena bien, la realidad es que tampoco podemos desapegarnos de lo que no es tan grato día con día. Sin embargo, Caloncho sabe esto, pero ha decidido qué cosas sí pueden implicar un peso sobre sus hombros.
“Es real. Existen muchísimas cosas catastróficas y fatales en la vida. Pero también existen muchísimas otras hermosas bellísimas que no siempre se están compartiendo. Por ejemplo, en los comentarios de un video mucha gente me tira mucha buena vibra, pero de repente un güey tira hate y me engancho con eso y digo: a ver, ¿por qué no estoy viendo eso? ¿Por qué me está impactando más emocionalmente el comentario de ese güey que me está tirando mierda desde su trinchera digital?”.
¿LAS LETRAS ROMÁNTICAS DEBEN IRSE?
Para este nuevo álbum, Caloncho ha elegido no solo la narrativa que le provee el ver lo hermoso en las simples cosas, sino también la evolución constante del significado del amor y la vida.
Y es que es cierto que muchos artistas podrán seguir escribiendo de amor, ¿pero realmente queremos seguir escuchando sobre el amor romántico y tóxico?
“Buen pez tiene otras temáticas orientadas a la canción pop, que es romanticismo… Pero no un romanticismo que siga consolidando estándares románticos. Luego eso termina por hacer daño, el que las novelas, las películas y las canciones siguen hablando de ese trip romántico cuando ya fue. Por lo mismo es que hay que darle como un twist más esperanzador que propicie una relación más sana.
“Yo sí siento que es muy necesario. La gente sí está cambiando y hay que coincidir con eso, precisamente. Llevamos tanto tiempo entendiendo la estructura del pop que yo siento que ya muchos estándares son obsoletos”.
En ese sentido, Caloncho cuenta que dentro de este álbum incluyó “Separarnos”, una colaboración con Bobby Pulido que cuenta el término de una relación, pero en un terreno nuevo, en uno en donde no tiene porqué ser doloroso para ninguna de las partes cuando se habla desde el amor y el respeto.
LA PSILOCIBINA, LAS LUCIÉRNAGAS Y LOS AMIGOS
Pero no todo va sobre el amor en este nuevo disco. También existen otras historias que contar. Aquellas que vive junto a sus amigos en las giras, como lo dice en la canción “Viaje redondo”, con Little Jesus, o en un viaje en hongos.
“Canciones de este disco salieron de la manera más rara o de la manera en la que no lo había hecho. Por ejemplo, “Luciérnagas”. Recuerdo que estábamos tratando de hacer una rola y no funcionó, así que dejamos la guitarra y se hizo de noche.
“Estábamos bajo la influencia de una medicina que se llama psilocibina —este es un life-hack, es algo hermoso que la tierra nos puso enfrente para que podamos percibir de una manera mucho más conectada a la naturaleza. Estábamos en el trip, en el ocio viendo las estrellas, y nos dimos cuenta de que en la selva empezaron a salir luciérnagas.
“Entonces empezamos a grabar, pusimos nota de voz y empezamos a tirar ideas. Luego empezamos a pintar como toda la escena con muchas frases y al día siguiente escuchamos esa nota y salieron unas frases bellísimas. Escribí todas y me di cuenta de que eran tantas, por lo tanto, teníamos muchas rimas afortunadas”.
En ese mismo viaje con la psilocibina, Caloncho y sus amigos se dieron cuenta de que la experiencia que ellos vivieron conectados a la naturaleza, a la música y a sus letras tenía que ir más allá. Tenía que ser un viaje que pudieran compartir con sus fans y cualquiera que quisiera conectar con su interior y lo que le rodea. Y más que un viaje, tenía que ser un lugar utópico, un lugar llamado Hermana República de Buen Pez.
UN SITIO UTÓPICO
“Yo estaba tan contento y emocionado en el momento que, en la conclusión, cuando acabamos Buen pez, dije: ‘¿Cómo me gustaría un concierto?’ Entonces pensamos en un sitio utópico que pueda llegar a darse en shows, en venues o en redes sociales, y este lugar se llama la Hermana República de Buen Pez.
“Y la onda es que sea una puesta en escena, me encantaría que fuera un espacio natural, donde la gente acuda y se la pase chido. Pero que cuando consuma tenga mucha noción sensata.
“Por ejemplo, no plásticos de un solo uso, o que todo mundo lleve su vaso o termo y puedan rellenarlo con agua o cocteles o cheve —obviamente con cierto origen interesante—. Donde no se venda carne, donde haya información chingona entre banda y banda, porque me lo imagino como medio festival, acerca de qué podemos hacer individualmente para generar una sostenible colectividad”.
Y es que la idea de una experiencia así podría sonar “muy ambiciosa”, pero Caloncho no solo conecta con su música y la naturaleza, también lo hace con sus fans y sabe que, quienes lo siguen, serían capaces de adentrarse en una aventura como la que él describe.
“Muchas de las personas que les gusta mi proyecto les atrae una canción en particular que se llama ‘Optimista’. Y eso me encanta porque es gente que conecta con un mantra de programación hacia el bienestar, y poder aprovechar eso de la audiencia creo que es muy valioso”.
Mientras esperamos nuestros boletos de vuelo para la Hermana República de Buen Pez, podemos viajar por ahora a través del disco ya disponible en diferentes plataformas como Spotify. N