La Subasta de Arte Latinoamericano, realizada en México y considerada la más importante del género en la región, está próxima a realizarse y en este 2022 será encabezada por una obra de Rufino Tamayo valuada en entre 30 millones y 50 millones de pesos.
Esta obra será acompaña de docenas más donde sobresalen nombres como David Alfaro Siqueiros, Ángel Zárraga, Joy Laville, Agustín Lazo, Rodolfo Pimentel, Rodolfo Nieto, Olga Costa, Arnold Belkin y Francisco Toledo.
El arte latinoamericano primero interesó al mercado de arte en el extranjero. Sin embargo, desde hace 12 años en Morton se ha abierto este mercado en Latinoamérica con el fin de incentivar el coleccionismo de este tipo de arte.
¿CÓMO FUNCIONA UNA SUBASTA?
El proceso para lograr una subasta es largo. En primera instancia, las casas de subasta deben juntar una cantidad de piezas considerables. Este proceso se hace por consignación. Es decir, los dueños dejan a la casa de subastas sus piezas con el objetivo de que participen en la puja.
“A veces los dueños quieren vender ciertas obras para poder reformular su colección y comprar otras”, responde Sofía Duarte, jefa del departamento de Arte Moderno y Contemporáneo de Morton, al preguntarle los motivos de la consignación de las obras.
“En algunas ocasiones tiene que ver con herencias donde el gusto de los herederos es distinto, o prefieren repartir el dinero”, dice la experta en entrevista con Newsweek en español.
Después de entregar la pieza a la empresa es importante tener un proceso de investigación y autenticación de la obra.
Algunas de las piezas tienen certificado de autenticidad que fueron entregador por galerías o, incluso, por los mismos artistas al vender su obra. Si este no existiese, explica Sofía Duarte, “buscamos a expertos en los artistas, investigadores expertos e incluso miembros de la familia. Nuestro trabajo es rearmar la biografía de la obra para garantizar la autenticidad a los compradores”.
La investigación también consiste en saber si la obra ha sido publicada en algún catálogo o si participó dentro de una exposición de museo, lo que aumenta su valor y relevancia.
POSIBLES COLECCIONISTAS
Posteriormente se crea un catálogo comentado de las obras a subastar. En este se incluyen fotografías de alta calidad, así como comentarios de la trayectoria del artista y la importancia de la obra. Y, después, comienza la etapa de difusión.
“Aquí se contactan a posibles coleccionistas que sabemos que pueden interesarse en algún tipo de obra en específico. También se difunden en los medios y se hacen invitaciones públicas para que se conozcan los diferentes lotes”, relata Duarte.
Por último llega el día de la subasta. Esta puede ser toda una sorpresa: “A veces creemos que ciertas piezas se venderán bien, pero resulta que otras llaman la atención y sobrepasan las expectativas de precio”.
Participar en una subasta es un evento que, si bien no exige forzosamente un código de vestimenta, quienes trabajan en Morton relatan que las personas en este tipo de subastas tan importantes visten elegantes y glamorosas.
Asimismo, existen diferentes formas para pujar por una pieza, puede ser presencialmente, en línea o vía telefónica.
La experta menciona que su mejor consejo para hacerse de una colección debe ser dirigido por el gusto y la pasión.
“Al final eres tú quien convivirá con esa pieza, debe hacerte sentido y comulgar con tu sentido de lo que deseas ver”, aconseja Duarte.
OBRAS QUE PROMETEN Y PIEZAS INTERESANTES
La mayor expectativa de esta subasta es la obra del pintor oaxaqueño Rufino Tamayo. Se trata de un bodegón en el que se pueden ver las icónicas sandías pintadas por el artista titulado “Naturaleza Muerta”, firmado y fechado en 1935.
Esta obra ha pertenecido a colecciones como la de Edward Chodrov, en Beverly Hills, California, y la colección de Fanny Brice, en Los Ángeles, California.
Otras piezas consagradas que sobresalen son “Juicio final”, del muralista mexicano David Alfaro Siqueiros. Asimismo, “Mujer en la playa”, de Francisco Toledo, considerado como uno de los mayores artistas del siglo XX en México. Y también hay obras en subasta de Ángel Zárraga, pintor importantísimo mexicano que realizó la mayoría de su obra en París, Francia, y de Arnold Belkin, pintor argentino representado con una pieza.
Algunas joyas ocultas que no están en primera plana son la obra de Carmen Mondragón, también conocida como Nahui Ollin, mujer rebelde quien tiene pocos años de ser reconocida como una figura fundamental del arte en México del siglo pasado.
MÁS JOYAS DEL ARTE
Asimismo, una pieza de Olga Costa, pintora reconocida por sus bodegones y la representación del mundo popular en México. Y dos obras de la artista Joy Laville, quien conmueve con sus pinturas que parecen que ponen en calma el mayor de los caos.
El pintor Joaquín Clausell, impresionista mexicano del cual podemos conocer su estudio en el último piso del Museo de la Ciudad de México, también está incluido. Y la escultura está representada por Federico Friedeberg y Javier Marín, entre otros.
Una joya de la historia del arte latinoamericano es la artista cubana Loló Soldevilla, quien fundó la Galería de Arte Color Luz en La Habana. Este es uno de los epicentros del arte abstracto y lugar de cobijo del grupo conocido como “Los diez pintores concretos” en ese país.
En la subasta resaltan creadores mexicanos, y eso se debe al grado de producción artística que representó México desde el muralismo. Los artistas de la región seguían los procesos de nuestro país como pautas de tendencias y discusiones importantes en la creación artística,
La subasta, organizada por Morton, se realizará el 2 de junio de 2022 en la Ciudad de México y estará abierta el público. N