Hace casi dos décadas surgió un proyecto editorial cuyo objetivo era que poetas noveles y con ciertas tablas pudieran dar a conocer su trabajo. Encabezada por Adriana Tafoya, esta editorial nació en 2004 como una revista y un colectivo que realizaba lecturas y actividades para extender su alcance. Su siguiente salto fue organizar proyectos itinerantes de poesía con lecturas todo el año los días miércoles. A través de estos eventos, Verso Destierro se consolidó como revista y como editorial de poesía.
En 2007 inauguró los torneos de poesía Adversario en el Cuadrilátero. Estos buscan ser una propuesta distinta a los certámenes poéticos ya establecidos alrededor de la república. En un cuadrilátero de lucha libre profesional, con réferis, jueces y comentaristas, los poetas ingresan en el cuadrilátero para competir.
La editorial, por medio de caminos inusuales, busca transmitir y expandir hacia los lectores el género poético.
Hoy es un proyecto que difunde la poesía a través de libros, plaquetas, separadores, carteles, volantes, lecturas, medios electrónicos, una revista y el Premio Latinoamericano de Poesía Transgresora. A la fecha ha editado más de 190 títulos y ha vendido más de 150,000 ejemplares. Ha coeditado con el gobierno de Puebla, Faro de Oriente, UAM, Instituto de Cultura de Yucatán y Conaculta, entre otras instancias. En 2010, Verso Destierro fue considerada una de las diez editoriales independientes mexicanas más influyentes en México por la revista Líderes Mexicanos.
En esta entrevista, la poeta Adriana Tafoya comparte la visión y objetivos de la editorial frente a los nuevos tiempos.
—¿Verso Destierro busca quitar a la poesía un poco del peso académico que ha cargado a lo largo de la historia?
—En algún aspecto sí. Verso Destierro terminó siendo un fenómeno, ya que no hacemos lo que otras editoriales. Se mueve con esferas de la llamada élite, pero también estamos abajo: con poetas underground y proyectos emergentes que buscan acercarse a la poesía. Pero estar en medio es complicado. Te jalan los de arriba y te jalan los de abajo en un constante forcejeo editorial, por eso somos foco de polémica o interés.
“Con 20 años en el medio ya somos una editorial de culto. Trabajamos directamente con los autores y damos un trato personal que nos ha dado cosas altamente positivas. Incluso hemos tenido a poetas que escriben en contra de la editorial, ya que causamos mucha agitación. Mientras que los de arriba comentan que estamos en contra de lo académico, los de abajo muchas veces consideran que somos muy académicos. Tenemos un rigor, cuidamos mucho la calidad, aunque publiquemos de pronto a poetas muy extrovertidos. Cuidamos mucho el contenido”.
También lee: ‘Amado líder’, una construcción del populismo
—Desde un punto de vista democrático, ¿cualquiera puede hacer poesía?
—Democratizar suena un tanto político, más bien es popularizar, llevarla a la gente. La poesía es un instrumento para acercarnos a otro tipo de conocimiento. Le damos prioridad a contenido de alto impacto: poesía que tenga ciencia, psicología y filosofía, disciplinas importantes para enriquecer a la poesía. Damos cabida a poetas que son arriesgados en sus contenidos porque también queremos dejar un legado poético para el futuro. Por eso jugamos tanto al riesgo.
—¿Cuentan con algún filtro de contenido?
—Dependiendo de que la propuesta se cumpla, queremos poesía que nos ayude a evolucionar. Hay un cuidado editorial, cuestionamos al poeta o al editor cuando hay discursos misóginos, que está muy marcada en la poesía mexicana, o fanatismos religiosos. En poesía y en el arte, hoy en día, a nadie vas a escandalizar con esos temas trillados. No obstante, todavía hay personas que buscan llamar la atención con esas agresiones.
“¿Qué es poesía y qué no es poesía? En todo puede haber poesía, pero eso no significa que lo que estés escribiendo es poesía. Temas muy trillados o poemas de amor romántico también ya están muy gastados, hay que crear otras formas de amor.
Te puede interesar: Commes des Garçons invade de moda rebelde el museo Franz Mayer
—¿Cómo consideras que algo sí es poesía?
—Primero, claro que hay una preceptiva poética de los recursos que se están analizando en los cánones que han servido como parámetros. Comprendemos a grandes rasgos qué es un poema, sabemos que debe tener musicalidad, hay diversas reglas que seguir. Un poema debe provocar, pero porque está bien hecho. Se le pide a un poema que te estremezca con base en un buen pensamiento: antes de cualquier emoción hay un pensamiento que la produce.
“¿Qué es lo que el poeta propone? Debe de haber una propuesta, porque si son cosas que ni él comprende entonces ahí entra la discusión”.
—¿Hacia dónde apunta Verso Destierro?
—La cuestión pandémica sí nos mermó, pero la literatura y la educación no se pueden hacer a un lado. Comenzamos con presentaciones en línea para no perder el impacto y, aunque las ventas bajaron, curiosamente nuestra producción aumentó: encontramos a muchos poetas que estaban buscando publicar su trabajo. N