Esta es la visión caritativa de la empresaria Jimena Merodio, la genio creativa de los Osos Fredo, que ahora se han unido al Teletón.
“FREDO es magia. Te conecta con tu niño interior, te llena de asombro, y eso es lo que a mí me hace levantarme todas las mañanas”. Con esta frase, Jimena Merodio, directora general y creativa de Osos Fredo, da inicio a una nueva etapa que cambiará las vidas de cientos de miles de niños.
La iniciativa surgió como un regalo empresarial, y ahora es una necesidad por mejorar el mundo en el que vivimos. Hoy Osos Fredo tiene una misión: ayudar a los más pequeños.
Respaldado por el Fondo de Inversión (IDE), Ideas en Desarrollo, dirigido por Ramón Amezcua Hassey y Ernest Haiat, la fama del Oso Fredo llegó al grado de convertirse en un icono de la élite mexicana al pasar de ser un detalle de fin de año a un objeto de una subasta anual de osos intervenidos por distintos artistas cuyo fin es el donar el dinero a infantes en desventaja. En los últimos dos años se han vendido 14,000 piezas.
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Ahora, luego de las respuestas positivas sobre el juguete que enamoró a cientos de miles de personas, Osos Fredo presenta su nueva campaña junto a Fundación Teletón, una de las organizaciones caritativas más grandes que apoya sin fines de lucro a personas con discapacidad, cáncer y autismo. Jimena Merodio presentó la nueva colección en colaboración con el organismo de caridad y mostró desde el diseño hasta los objetivos que tendrán en conjunto.
La representante de Fundación Teletón, Vanessa Blanco, mencionó que en el organismo comparten la visión y misión de Osos Fredo: ayudar a los niños, a través de rehabilitaciones con la mejor calidad, en sus 24 centros alrededor del país, donde atienden a más de 100,000 menores.
“Teletón hoy es la mejor rehabilitación en el mundo entero, por eso nos unen muchas causas. Me siento muy afortunada de agradecerle a Jimena y a Osos Fredo por ser una compañía mexicana liderada por mujeres, para nosotros eso siempre es un plus”, dijo la vocera.
Osos Fredo no solo es un producto caritativo, sino también formativo en la rehabilitación de los infantes. Con sus vertientes de “osos del recuerdo”, fabricados con ropa de seres queridos, y “osos de aromaterapia” ayudan a la recuperación psicológica en distintas facetas.
“UN ANTES Y UN DESPUÉS”
De acuerdo con Jimena Merodio, directora general y creativa, Osos Fredo representa alegría, sonrisas, amor y generosidad.
“Osos Fredo es un antes y un después en mi vida. A raíz de la pandemia cambiamos la marca, la refrescamos. Platicando con especialistas, generamos una mezcla uniforme e integral para la sanación con los osos de aromaterapia; hemos curado dolores de cabeza, problemas para dormir y nos ayuda a relajarnos. Por otro lado, al confeccionar los osos con ropa de los familiares me di cuenta de que genera una conexión emocional: mantiene una presencia”, explica.
La directora también toma un momento para mencionar a una de las personas más importantes detrás de Osos Fredo: Emilia Palazuelos, embajadora de los juguetes. “Una pequeña de edad, pero gigante de alma”, describe Merodio, y le agradece por la perspectiva que ha aportado en el proceso.
Asimismo, argumenta que la alianza con la Fundación Teletón es un reto que conlleva mucho compromiso, respeto y, sobre todo, corazón para llegar al objetivo de apoyar a todos los niños que lo necesitan.
Pero, ¿Osos Fredo surgió desde una gran idea de negocios o una necesidad personal por mejorar? “Osos Fredo llegó a mi vida en un momento inesperado”, responde Merodio. “Vi la oportunidad de hacer un negocio, pero también de ayudarme a mí por el proceso en el que me encontraba. Sin duda es un negocio, pero lo más importante es la responsabilidad social: desde los empleados que contratamos hasta el usuario final”.
Por su lado, Bernardo Ugartechea, encargado del departamento de mercadotecnia de Osos Fredo, comenta que la colaboración con Fundación Teletón tiene como meta encontrar el camino para beneficiar a la mayor cantidad de niños y mejorar sus futuros a través de un sentimiento y una emoción. “No se trata únicamente de una donación”, concreta.
Alejandra Castillo, directora de relaciones públicas del proyecto, comparte que decidió unirse a este gracias a la historia de Jimena Merodio: “Una mujer luchando de la nada, con nada, pero todo su ser tenía la voluntad de sacar a sus hijos adelante con un proyecto que tiene una conexión personal con cualquiera que se involucre. En mi caso, mi relación con Osos Fredo se fortaleció a raíz de la muerte de mi madre, en paz descanse, diseñando dos osos con sus prendas. Es muy lindo tener inmortalizadas sus ropas favoritas”.
Sea un concepto de negocios, una razón personal, un regalo de fin de año para los empleados, Osos Fredo se ha convertido en un símbolo de la filantropía mexicana que busca el bien común de la niñez. “Ser valiente nunca es malo”, concluye Jimena Merodio. “Dejemos que la vida nos sorprenda”. N