LO PRIMERO que hay que preguntarnos es: ¿me interesa saber sobre el presupuesto sí o no? En el caso del no, no continúes leyendo esto. Pero si la respuesta fue en forma positiva, la pregunta a contestarte es: ¿para qué me sirve saber eso?
El ingreso y gasto público son indicadores de la economía. Con base en esto se sabe qué tanto crecimiento podrá tener, controlar la inflación y poder hacer frente ante otras monedas. Y es ahí donde surge la esperanza o el salvavidas para las administraciones al cierre de cada año, debido a que crean percepciones que podrían dar certidumbre a una nación.
Todos deberíamos revisar en forma detallada los números debido a que donde laboras puede prestar servicios o ventas a las inversiones públicas; hay que tener el deber saber, si el gasto fue contraído o incrementado. Además, revisar las misceláneas fiscales para comprender si habrá nuevos o una adaptación de los impuestos para las personas físicas o morales, y ver qué tanto se afectará a la inversión privada con los planes que la nación plantea.
Definido el qué me afecta o beneficia, hay que comprender cómo está estructurado el proyecto del presupuesto para la nación. Este está conformado por dos grandes incógnitas de incertidumbre, las cuales son plasmadas con números de acuerdo con análisis, tendencias y premisas observadas para su realización:
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Ley de ingresos. Los números calculados provienen del supuesto valor a obtener de dineros que ingresarán a la nación, y será por medio de la parte petrolera y no petrolera. Esta última refiere todo lo relacionado con las tributaciones que realizan los involucrados en la economía del país. Esta dependerá del volumen de producción del país, lo que influya directamente en el producto interno bruto (PIB). “Si no circula dinero” no habrá ingresos.
Los ingresos petroleros antes de 2014 representaban entre el 30 y 35 por ciento del total, y actualmente no son mayor al 20 por ciento.
Presupuesto de egresos. El dinero que la nación pretende gastar para dar certidumbre al país y al mundo, es decir, que existirá dinero circulando como base para el desarrollo económico. El descargo de los dineros deriva de dos formas en lo programable y no programable. Este último indica todos los gastos que no se tengan contemplados y que surge de la pregunta: ¿qué pasaría si…? Pero en los últimos siete años han incrementado esta incertidumbre de un 20 a 26 por ciento del total de egresos. ¿Estaremos calculando bien el proyecto de la nación?, ¿Tendremos más dudas? ¿O simplemente nos amarramos el dedo? ¿Qué opinas?
El gasto programable es donde te debes de centrar debido a que indica en qué parte de la funcionalidad en el país se gastará el dinero. Está dividido en:
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1. Gobierno. Contempla el costo de la operatividad del gobierno, representa el 9 por ciento del total. En 2022 pretende contraerse al 6 por ciento.
2. Desarrollo social. Incluye los costos de salud, educación y protección social. Representaba en 2017 el 59 por ciento del total, y en 2022 llegará al 65 por ciento.
3. Desarrollo económico. Representa la base del crecimiento económico para apoyar las actividades económicas como energía, transporte, turismo, agricultura, entre otros. El peso de este rubro se ha mantenido en porcentajes entre el 26 y 28 por ciento respecto al total, y pretende incrementarse en 142,000 millones de pesos respecto a 2021. ¿Será suficiente para incrementar el PIB?
4. Fondos de estabilización. Este rubro representaba el 2 por ciento del programado, y actualmente prácticamente representa no más del 0.2 por ciento.
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A manera de resumen:
• El presupuesto será o continuará siendo una simulación o realidad para el crecimiento.
• México cada año incrementa el gasto público y, por ende, el ingreso. ¿Por qué no podemos ser una potencia mundial? ¿Gastamos en forma correcta?
• Los proyectos de presupuesto han tenido un peso preponderante en el gasto en el desarrollo social, y hoy día podría llegar al 65 por ciento. ¿En el mediano plazo podría llegar a más del 70 por ciento?
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• Dentro del egreso programado en la parte social, hay un rubro que se ha incrementado. En 2017 fue de 885,000 millones de pesos, y en 2022 se estima que sería de alrededor de 1.4 billones de pesos. El rubro en cuestión es “Protección Social”. Representará el 30 por ciento del gasto total programable.
• El desarrollo económico es la base de la movilidad de los dineros en las actividades económicas, pero al solo dar certidumbre al gasto público se destina al país a tener una económica circular estacionaria y no tener flujos de efectivos adicionales por parte de la inversión privada, limitando a los ingresos tributarios.
El presupuesto es, entonces, una simulación o solo buenas intenciones de algo que pensamos que podrá suceder en el corto plazo. ¿Qué opinas?
En esta liga puedes revisar la presentación con los números reales ejercidos en los últimos años y lo que incluye el proyecto 2022.
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.