DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS
Pero si fallecieran los niños por covid, ¡no!,
se alebrestarían los opositores: AMLO.
POR ALGUNA razón, al gobierno federal, sea del partido que sea, a la hora de hacer los reportes de mortandad de una tragedia se le hace bolas el engrudo. Sucedió en 1985 con aquel temblor catastrófico del 19 de septiembre, y sucede ahora todos los días desde abril de 2020 con la epidemia del covid-19.
El problema del covid-19 comenzó en China. En noviembre del 2019. Los reportes alarmaron al mundo y los países tomaron medidas, ¿pero México? Lo que pasaba en México fue captado en un video de The New York Times (NYT), el título del reportaje es: “Mientras que el coronavirus se acerca, México voltea al otro lado”. Comienza diciendo que Milán, Nueva York, Nueva Delhi y Madrid son algunas de las ciudades que han cerrado para controlar la diseminación de la epidemia. Mientras tanto, en México (en este punto comienza a sonar las notas del tango “La Cumparsita”) hay una inquietante sensación de normalidad.
El filme es de marzo de 2020; y lo que se dijo en el video, en aquel entonces, era la pura verdad. El mundo cerraba sus puertas para contener la epidemia, y aquí no pasaba nada. Las autoridades vieron el problema y decidieron ignorarlo. No se pusieron controles en el aeropuerto, ni se compraron insumos de protección para el personal médico, ni se establecieron protocolos de protección para minimizar el contagio. Y mientras nosotros seguimos sin poner control en nuestras fronteras, el Reino Unido cerró su frontera a los mexicanos por los pésimos resultados en el manejo de la epidemia.
La suma de incongruencias se ha resuelto en defunciones trágicas que pudieron haberse evitado. Hoy, con un número indefinido de muertos que para el gobierno no superan los 300,000, y que la terca realidad dice que rondan los 600,000, se comprueban los graves errores del gobierno.
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Al principio de la pandemia, AMLO, el maestro del engaño, le decía a la población que no era necesario el cubrebocas, que había que comer en la calle, besarse, abrazarse y que no había de qué preocuparse. Esto se sostuvo hasta que los hospitales se saturaron y las macabras columnas de humo, en los crematorios, ensombrecieron el horizonte. La muerte sentó sus reales en México. Sin embargo, el presidente siguió restándole importancia.
La pandemia cedió en enero de 2021, y por un mes se aplanaron las curvas, pero luego vino una segunda ola que cedió en mayo de 2021. Al término de esta hablé con varios médicos y tanto los de consulta particular como los de hospitales públicos y privados me confirmaron que los pacientes de covid-19 habían disminuido considerablemente, además dijeron que la capacidad hospitalaria se había restablecido. Supuse que dentro de poco las cosas volverían a la normalidad. No podía estar más equivocado.
Esta vez la alarma surgió en la India. La tercera ola del coronavirus ahora con una cepa nueva y más agresiva había comenzado. El primer caso en nuestro país se detectó en San Luis Potosí y fue el 2 de mayo de este año. La mutación se clasificó como variante Delta y de inmediato comenzó a hacer estragos.
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En marzo de 2020, el Dr. Francisco Moreno, quien si bien era el prestigiado jefe de infectología del Centro Médico ABC, no era famoso entre la población general, fue entrevistado en el video del NYT y dijo: “Esto será tan malo como en Italia o peor”. Hoy el Dr. Moreno se ha hecho famoso en función de que sus predicciones, basadas en investigaciones científicas, se han cumplido y las entrevistas se han multiplicado. Respecto a la tercera ola nos dice en un video de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos:
- El mundo ya pasó de los 200 millones de infectados, y probablemente sean cinco veces más. Los muertos suman 4 millones, pero no sería remoto suponer 10 millones de muertos debido a la pandemia.
- Ahora tenemos un tercer repunte que está afectando tanto a menores de edad como a los pacientes de 20 a 40 años.
- En mayores de 60 años hay un descenso en las gráficas. Esto indica que la vacuna sí funciona y que es vital una vacunación masiva.
EL REGRESO A CLASES ES UN GRAVE ERROR
El Dr. Moreno también nos dice que el Gobierno Federal nos ha dejado solos, y que la única solución es cuidarnos, enfatizando en el uso del cubrebocas.
La epidemia se está presentando en olas recurrentes debido a las mutaciones o cambios que el virus presenta e infectan o reinfectan con mayor rapidez a la población. El regreso a clases en aras de recuperar la normalidad es un grave error, pues hay suficientes datos de que la variable Delta afecta a los menores de edad.
El Sector Salud, desde principios del sexenio, ha sufrido un manejo deficiente que comenzó por desarticular las cadenas de producción y distribución de medicamentos, creando el doloroso desabasto que hoy padecen desde los pacientes de alta especialidad, hasta la población general en su lucha contra la epidemia. Resulta absurdo el que haya una ley para proteger a los enfermos de cáncer y no haya, por deficiencias administrativas, medicinas para su tratamiento.
En el caso de las vacunas, al gobierno federal se le vuelve a hacer bolas el engrudo; pues mientras por un lado dice que tiene vacunas para toda la población, por el otro le sigue pidiendo regalos de vacunas a Estados Unidos, y conforme crece la tercera ola de contagios, los médicos que he entrevistado me dicen que entre los pacientes de covid-19 que les llegan, los vacunados son menos del 5 por ciento.
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Por si esto fuera poco viene el regreso a clases. Con las cepas anteriores del virus los datos de enfermedad grave en menores de 20 años eran pocos. Sin embargo, con la nueva variante, el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, y uno de los responsables de las políticas de salud contra el coronavirus, ha dicho que se espera un contagio importante en los menores de edad, y que podrían llegar a ponerse graves.
Si esto sucede en Estados Unidos, es claro que también nos afectará a nosotros, y si la muerte del abuelo es un drama desgarrador, la de un hijo es la peor de las desgracias que puede sucederle a un padre. Pero al presidente no le importan ni los sentimientos del padre de un niño con cáncer, ni, si sucediera lo peor, le importarían los sentimientos del padre de un niño que falleciera por covid-19. A él le importan los opositores alebrestados que pudieran quitarle votos.
Una publicidad engañosa de la SEP dice que hasta ahora no hay casos de covid-19 en menores. Esto es falso. El colmo es la carta que obligan a firmar a los padres para llevar a los niños a la escuela y que deslinda a la SEP de cualquier responsabilidad económica o moral por el posible contagio y sus consecuencias. El gobierno está previniendo un riesgo posible y endilgándole la responsabilidad moral y económica del tratamiento a los padres cuyo único pecado fue obedecer el lineamiento de llevar a sus hijos a clases presenciales.
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El próximo mes de septiembre iniciará funciones de manera formal la Cámara de Diputados, con un nuevo balance de poder. Son ellos una parte del Poder Legislativo, y tienen la posibilidad de erigirse en contrapeso a las decisiones del gobierno federal.
Este contrapeso lo generó el esfuerzo democrático de la toda la sociedad; pero la democracia requiere de un trabajo continuo. No debemos voltear la cara ante la ineficiencia en el Sector Salud, y es indispensable que la sociedad organizada en cámaras industriales, comerciales, organizaciones no gubernamentales y los ciudadanos comunes, como usted y como yo, exijamos a nuestros diputados acciones para corregir el rumbo.
Los invito a escribir a la Cámara de Diputados pidiendo un cambio en las políticas del sector salud. Escríbanles como ciudadanos o como representante de grupos ciudadanos. El 1 de septiembre yo les voy a escribir. Por favor, escríbanles ustedes y hagamos presión para salir del marasmo sanitario en el que nos encontramos. Es por el bien de todos.
VAGÓN DE CABÚS
En una charla con Juan Pablo León surgió la pregunta: ¿y si los diputados no te pelan qué haces? Es cierto que no hay un mecanismo para exigir a los políticos que cumplan con sus promesas. La democracia a la mexicana es esto: votas y, después del triunfo, chiflas a tu flauta. Los diputados pueden no hacer caso de nuestras inconformidades, pero debemos insistir, y si no nos toman en cuenta debemos exhibirlos en redes sociales.
Si logramos hacer un esfuerzo conjunto sé que iniciaremos el cambio. El presidente puede ignorar y desprestigiar las marchas de protesta en sus mañaneras, pero no puede ignorar a los diputados por la sencilla razón de que son los que controlan el dinero. N
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.