EN LA RECTA de su larga carrera como canciller alemana, Angela Merkel visitó este jueves la Casa Blanca para destacar la relación de “amistad” con Estados Unidos y su contribución “a una Alemania libre y democrática”.
Merkel, que mantuvo las relaciones transatlánticas como pilar de su administración y trató con cuatro presidentes estadounidenses, dejará su cargo a finales de este año. En su visita, se reunió con el presidente Joe Biden y con la vicepresidenta Kamala Harris.
“Hubo una discusión franca y amplia sobre las amenazas y desafíos geopolíticos actuales y futuros. Concordaron en la urgente necesidad de invertir en instituciones democráticas ancladas en el Estado de derecho”, señaló la oficina de Harris.
La Casa Blanca insistió en que se trata de “una visita de trabajo” y no en una despedida para la canciller, considerada como la líder más firme de Europa tras acumular casi 16 años al frente de la mayor economía del viejo continente.
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Merkel y Biden tenían planeado hablar sobre el cambio climático, la distribución de las vacunas contra el covid-19 y el futuro de Afganistán, en momentos en que las tropas estadounidenses, alemanas y de otros países abandonan el país, informó un funcionario oficial en condición de anonimato.
Las amenazas yihadistas en la región africana del Sahel también están en la agenda, dijo el funcionario de la administración.
Como reflejo del papel fundamental de Alemania en la OTAN y en la seguridad transatlántica, los dos líderes tienen previsto debatir sobre los “ciberataques y agresiones territoriales” procedentes de Rusia, el conflicto de Ucrania con Moscú y la “lucha contra la creciente influencia de China”.
Sin embargo, a Merkel se le acaba el tiempo para resolver algunos de los temas que enfrentan a Europa y Estados Unidos. Entre ellos figura el controvertido gasoducto Nord Stream 2, por el que se va a canalizar gas natural ruso hacia Alemania.
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El ducto no sólo evita Ucrania, lo que hace temer que Rusia esté debilitando deliberadamente la economía de su vecino, sino que subraya la dependencia energética europea de un Moscú cada vez más hostil.
A pesar de las fuertes críticas a Nord Stream 2, Biden renunció en mayo a las principales sanciones de Estados Unidos contra el proyecto al concluir que era demasiado tarde para detener su avance y que era mejor buscar la cooperación con Alemania. N