“LOS TRAFICANTES de personas se adaptaron rápidamente a la llamada nueva normalidad que trajo el covid-19 sirviéndose de las redes sociales aún más de lo que lo hacían para captar y explotar a sus víctimas”, según informó un nuevo estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
La publicación muestra que las medidas para frenar la propagación del virus “aumentaron el riesgo de trata para las personas en situaciones vulnerables, expusieron a las víctimas a una mayor explotación” y limitaron el acceso a los servicios esenciales para los sobrevivientes.
“Aprovechando la pérdida de medios de vida de las personas durante la pandemia y la mayor cantidad de tiempo que tanto adultos y niños pasaban en internet, los traficantes utilizaban las redes sociales y otras plataformas en línea para reclutar nuevas víctimas”, explica el documento.
Además de para la captación, los traficantes respondieron al cierre de bares, clubes y salones de masajes (debido a cuarentenas, toques de queda y otras medidas para controlar la propagación de covid-19) trasladando la explotación sexual de adultos y niños a casas y apartamentos privados.
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En algunos países, los traficantes también aprovecharon las medidas de distanciamiento social para transportar a las víctimas a través de las fronteras nacionales sabiendo que las fuerzas del orden, en ocasiones, no podían inspeccionar cuidadosamente los vehículos, señala el documento.
El informe identifica que desde el inicio de la pandemia, la trata de personas pasó a ser aún más clandestina, lo que dificulta cualquier estimación confiable de la magnitud de la trata de personas. Sin embargo, en algunas regiones y países, según se informa, la trata de personas ha aumentado, especialmente el reclutamiento y la explotación locales.
“La pérdida de medios de vida y las restricciones de movimiento han llevado a los traficantes a reclutar víctimas en sus áreas locales. La pandemia covid-19 ha creado grupos más grandes de personas vulnerables que, debido a su peor situación económica, fueron reclutadas para la explotación laboral o sexual en su área local”.
Los niños se han visto particularmente afectados ya que han sido cada vez más objetivo de los traficantes a nivel local y en línea. Han sido víctimas de trata con fines sexuales, matrimonio forzado, mendicidad forzada y para delincuencia forzada, indica el informe. N