LA ASAMBLEA General de la ONU aprobó una resolución para exigir el fin del embargo estadounidense a Cuba.El texto obtuvo 184 votos a favor, dos en contra (Estados Unidos e Israel) y tres abstenciones (Colombia, Ucrania y Emiratos Árabes Unidos).
La resolución se aprueba cada año, desde 1992, con un respaldo masivo de la comunidad internacional y en esta ocasión el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, aseguró que el bloqueo se trata de “una guerra económica de alcance extraterritorial contra un pequeño país ya afectado en el periodo reciente por la crisis económica derivada de la pandemia”.
El representante de Estados Unidos dijo que “las sanciones son una de las herramientas en un esfuerzo más amplio hacia Cuba para promover la democracia, promover el respeto a los derechos humanos” y que “reconocen el sufrimiento del pueblo cubano y por ello, a pesar del embargo, son uno de los principales socios comerciales de Cuba y autorizan cada año miles de millones de dólares en exportaciones”.
Por primera vez desde 1992, el voto anual de condena al embargo estadounidense contra la isla fue suspendido en 2020 debido a la pandemia de coronavirus.
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“Como el virus, el bloqueo asfixia y mata y debe cesar. ¡Patria o muerte! ¡Venceremos!”, dijo el canciller Bruno Rodríguez Padilla, al culminar un discurso presencial de 30 minutos en la Asamblea General.
El embargo estadounidense, impuesto a La Habana hace 59 años y endurecido en varias oportunidades, no ha logrado derribar el gobierno del Partido Comunista cubano.
El canciller cubano indicó que desde que el presidente John F. Kennedy impuso el embargo a Cuba en febrero de 1962, en plena Guerra Fría, menos de un año después de que Fidel Castro declarase el carácter socialista de la revolución, este ha provocado perjuicios a la isla por 147.853 millones de dólares a precios corrientes.
“Estados Unidos está con todos en la defensa de la libertad de Cuba. Los cubanos, como todas las personas, merecen el derecho a libertad de expresión, reunión, cultura”, dijo por su lado en la Asamblea el coordinador político de la misión estadounidense ante la ONU, Rodney Hunter.
“Ningún gobierno debe silenciar a sus críticos mediante violaciones de sus derechos humanos. Estados Unidos se opone a esta resolución”.
El embargo a Cuba fue aprobado por ley y solo el Congreso estadounidense puede ponerle fin. Una sola vez, en 2016, Washington se abstuvo de votar en contra de la resolución cubana de condena al embargo, en un contexto de acercamiento del gobierno de Barack Obama hacia la isla.
El embargo es el más prolongado que se conoce en la historia moderna. Ha sido condenado 29 veces por las Naciones Unidas, porque argumentan que es un lastre para la economía cubana.
El 28 de octubre de 2015, el embargo contó con la abrumadora cantidad de 191 votos en contra y sólo dos a favor –Estados Unidos e Israel–, el máximo órgano de debate de Naciones Unidas reafirmó, entre otros principios, la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en asuntos internos, y la libertad de comercio y navegación internacionales.
ASFIXIA ECONÓMICA
En el debate previo a la votación, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Rodríguez Parrilla, dijo que Estados Unidos no esconde el propósito de asfixiar económicamente a su país y de incrementar las carencias y sufrimientos del pueblo cubano.
Además, volvió a denunciar en la ONU que en los últimos meses Estados Unidos ha escalado su agresión contra Cuba, aplicando medidas no convencionales para impedir el abastecimiento de combustible a la isla desde diversos mercados mediante sanciones y amenazas a los buques, navieras y compañías de seguros.
El canciller responsabilizó a Estados Unidos de afectar la economía nacional y dañar el nivel de vida de las familias cubanas.
“El Gobierno de Estados Unidos sí es responsable. La persecución a nuestras relaciones bancario-financieras con el resto del mundo se ha recrudecido. Se restringieron las remesas a ciudadanos cubanos, se redujo el otorgamiento de visas y se limitaron los servicios consulares”, citó el diplomático entre una serie de medidas que tiene un impacto directo en la economía de las familias.
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Sostuvo también que Estados Unidos sabotea la cooperación internacional que su país brinda en la esfera de la salud mediante una campaña de calumnias que ataca a un programa de doctores cubanos en países en desarrollo reconocido internacionalmente.
Por otra parte, acusó la embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft, de “manipular burdamente la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
“Artículo 3: derecho a la vida. El bloqueo provoca daños humanitarios incalculables. Constituye una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos y califica como un acto de genocidio, a tenor de los incisos B y C del Artículo 2 de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948. No hay familia cubana que no sufra sus consecuencias”, afirmó.
“El Gobierno de Estados Unidos no tiene autoridad moral para criticar a Cuba ni a nadie sobre derechos humanos”, añadió Rodríguez Parrilla. N