EN LÍNEA han circulado varios rumores que sugieren que las vacunas contra el COVID-19 tienen un impacto negativo en la fertilidad humana. Sin embargo, los expertos dicen que tales afirmaciones son infundadas.
“No hay absolutamente ninguna evidencia, ni ninguna razón teórica, de que alguna de las vacunas pueda afectar la fertilidad de mujeres o de hombres”, dice la guía publicada por la Asociación de Científicos Clínicos y Reproductivos (ARCS) y la Sociedad Británica de Fertilidad (BFS).
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) también ha emitido una declaración que desacredita las afirmaciones de que las vacunas anti-COVID-19 actualmente disponibles sean causa de infertilidad y, por el contrario, señalan que han sido “científicamente refutadas”.
Según el ACOG, las dos vacunas de ARNm, fabricadas por Pfizer-BioNTech y Moderna, respectivamente, tienen mecanismo de acción y perfiles de seguridad que no afectan la fertilidad humana.
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Estas vacunas usan una molécula monocatenaria conocida como ARN mensajero (ARNm) para proporcionar al cuerpo un conjunto de instrucciones genéticas para producir la proteína de pico SARS-CoV-2, que el virus usa para ingresar en las células humanas.
Su cuerpo genera la proteína estimulando el sistema inmunológico para crear anticuerpos contra el COVID-19. Esto prepara la respuesta defensiva del cuerpo en caso de que alguna vez se encuentre con el virus real.
Estas vacunas no ingresan en el núcleo de las células del cuerpo y no alteran el ADN humano, lo que significa que no pueden causar ningún cambio genético. El ARNm en sí es de vida extremadamente corta y se degrada fácilmente.
Mientras tanto, la vacuna producida por la compañía farmacéutica Janssen, propiedad de Johnson & Johnson, se basa en la tecnología más tradicional, pero tampoco afecta la fertilidad humana. El biológico utiliza un adenovirus modificado, es decir, un virus común que causa síntomas similares a los del resfriado. Los científicos alteran el virus para que lleve trozos de material genético de la proteína pico SARS-CoV-2.
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“Las vacunas de vectores de adenovirus, como la vacuna Janssen COVID-19, no se pueden replicar después de la administración, y los datos disponibles demuestran que se elimina de los tejidos después de la inyección”, anotó el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos. “Debido a que no se replica en las células, la vacuna no puede causar infección ni alterar el ADN del receptor de la vacuna y tampoco es una causa de infertilidad”.
Entre la información errónea que se está difundiendo en línea en relación con este tema se encuentra una publicación de video que afirma que una vacuna COVID-19 producida por GlaxoSmithKline (GSK) contiene ingredientes que causarán infertilidad y que el esperma de hombres inmunizados puede esterilizar a las mujeres no vacunadas, lo que en última instancia conduce a una disminución de la población mundial.
RED DE MENTIRAS
Sin embargo, estas afirmaciones han sido desmentidas, para empezar porque GSK no produce ninguna vacuna contra COVID-19. Esto sumado a que los expertos explican que los argumentos biológicos expuestos en el video son infundados.
GSK no está produciendo su propia vacuna COVID-19, aunque sí trabaja en colaboración con varias organizaciones al brindar acceso a su tecnología adyuvante para que otros desarrollen biológicos contra el nuevo coronavirus. Un adyuvante es un ingrediente que a veces se agrega a las vacunas y que mejora la respuesta inmunitaria del cuerpo. Ninguna de las colaboraciones en las que está involucrado GKS ha producido una vacuna que esté disponible para el público en general.
Sin embargo, el video se refiere a dos ingredientes que supuestamente están en la inyección de GSK que afectan las hormonas llamadas gonadotropina coriónica humana (hCG) y hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). La HCG es una hormona producida durante el embarazo, mientras que la GnRH participa en el sistema reproductivo de hombres y mujeres.
Pero un portavoz de GSK dijo a la AFP que su adyuvante no contiene ningún ingrediente que pueda afectar la función de estas hormonas. Además, ninguna de las vacunas autorizadas para uso de emergencia contiene antagonistas de hCG o GnRH.
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Kate White, profesora de obstetricia y ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, dijo a esa agencia informativa que “no hay vacuna en el mundo que pueda causar infertilidad”.
Además, los científicos también desacreditaron la afirmación de que la inyección podría dañar y matar el esperma masculino, lo que podría causar infertilidad en las mujeres.
John Amory, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, explicó que “no hay forma posible de que los espermatozoides muertos por cualquier causa hagan infértil a una mujer”.
Tanto la declaración de ACOG como la guía de ARCS/BFS recomiendan que las personas en edad reproductiva se vacunen contra COVID-19, incluidas las mujeres que están contemplando o tratando de tener un bebé.
Las personas que se someten a cualquier tipo de tratamiento de fertilidad también deben vacunarse, aunque separen la fecha de vacunación por unos días de algunos procedimientos de tratamiento, por ejemplo, recolección de óvulos en FIV, para que cualquier síntoma, como fiebre, pueda atribuirse correctamente a la vacuna o al procedimiento de tratamiento. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek