EL QUE las mujeres tengan la costumbre de escribir sobre mujeres, feminismo, derechos humanos y las minorías las expone doblemente al riesgo de ciberacoso. Los artículos sobre derechos reproductivos y de género también se han convertido en el foco de ataque de grupos de la ultraderecha conservadora y son temas que normalmente son firmados por reporteras.
En el informe “El periodismo frente al sexismo”, publicado por Reporteros Sin Fronteras (RSF) en el marco del Día Internacional de la Mujer 2021, se documenta el triple riesgo que afrontan las periodistas tanto en los terrenos tradicionales de la información como en los nuevos escenarios virtuales que representan las redes sociales. Esto sumado a las dificultades y a los obstáculos que también se presentan, “allí donde deberían estar a salvo”, en sus propias redacciones y con sus empleadores.
En 2020, RSF contabilizó 42 mujeres periodistas encarceladas por haber trabajado en temas de la mujer. En su más reciente informe, la organización retoma las declaraciones de Juana Gallego, directora del Observatorio para la Igualdad de Género de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, respecto a que la cobertura de temas relacionados con los derechos femeninos “puede resultar arriesgada en algunos países si supone sacudir las tradiciones y despertar las conciencias sujetas a la sociedad machista”.
RSF incluye una encuesta enviada a sus corresponsales en 130 países. Los resultados muestran que 71 por ciento de los encuestados han tenido conocimiento de discriminación contra las mujeres periodistas en razón de su género. La principal consecuencia de estas percepciones es la autocensura para abordar temas relacionados con las mujeres. “Estos fenómenos tienen consecuencias nefastas para el pluralismo de la información”, advierte Christophe Deloire, secretario general de la organización.
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La autocensura y los ataques en redes sociales son los problemas principales del sexismo en el periodismo. El estudio “Women Journalist’s Digital Security” señala que “el acoso digital lleva a las mujeres a dejar de utilizar internet y, en muchos casos, a dejar de trabajar por un tiempo”.
El cuestionario de RSF refleja que el cierre de cuentas en redes sociales o el hecho de que la periodista se encuentre privada de sus redes profesionales, se cita en 22 por ciento de las respuestas de los encuestados como una de las consecuencias del acoso. Una cifra similar (21 por ciento) dice saber de mujeres periodistas que han dejado su trabajo a causa de la violencia de género y sexual que han sufrido en el ámbito profesional.
REPORTERAS VÍCTIMAS DE FEMINICIDIO
El cuestionario de RSF también destaca que las periodistas que se convierten en madres son otra categoría vulnerable a las agresiones y a la discriminación, incluso en sus propias redacciones. “Cuando están embarazadas ya no se les firman (sus trabajos) o no se les renuevan los contratos”, anotó una de las profesionistas encuestadas en Perú.
La organización define sexismo como cualquier forma de violencia sexual y de género: discriminación, insultos, acoso sexual, toqueteos, agresiones verbales y físicas de carácter sexual, amenazas de violación e incluso violación.
En el documento también se exponen los casos de dos periodistas que fueron violadas durante la cobertura de la revolución egipcia en 2011. Lara Logan, enviada especial del canal estadounidense CBS, narra cómo fue rodeada por varios centenares de hombres que le arrancaron la ropa y “algunos la penetraron con el dedo”, consigna el informe.
Las reporteras también son víctimas de feminicidio, como ocurrió en 2017 con la periodista sueca Kim Wall, asesinada por el hombre al que iba a entrevistar. El ingeniero Peter Madsen la mató dentro del submarino en el que se desarrollaba la entrevista. Escribir sobre esa embarcación era el objetivo del reportaje. Al día siguiente, el inventor bajó solo de la nave y, ante los reportes de desaparición de la reportera, fue detenido. Los restos de Kim fueron rescatados por buzos.
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La mexicana Miroslava Breach se suma a esos casos. La corresponsal en el estado de Chihuahua, México, fue asesinada en su automóvil el 23 de marzo de 2017, a la edad de 54 años. Trataba asuntos relacionados con el crimen organizado y los numerosos feminicidios cometidos en la región de Ciudad Juárez.
De acuerdo con esta encuesta de RSF, los países que son percibidos entre los más peligrosos para las mujeres periodistas son México, India, Nigeria, Chad, Siria, Afganistán y Vietnam. En otros como El Salvador, Rusia, China, Francia, varios países africanos y de Oriente Medio, las mujeres necesitan adaptar su vestimenta para poder trabajar o incluso deben ocultar su verdadera identidad.
Ser mujer, periodista y pertenecer a una minoría representa un riesgo mayor. Las periodistas lesbianas, bisexuales y trans también se encuentran entre los perfiles más vulnerables ante la violencia, advierte el reporte.
La representante de esta organización de periodistas en India, Rituparna Chatterjee, explica que se requiere más diversidad en los puestos con mayor responsabilidad. “Sin mujeres en el nivel más alto de la redacción, estos problemas se vuelven invisibles”, advierte. N