La industria de la moda sostenible busca proteger los derechos laborales y el medioambiente, todo con el fin de lograr un comercio justo.
CADA VEZ SON MÁS las personas que adoptan un estilo de vida más “eco friendly”; desde alimentos y productos de higiene personal, hasta ropa y calzado.
La industria de la moda sostenible tiene como principal objetivo la protección de los derechos de los trabajadores, la lucha contra la explotación de trabajo infantil y, por supuesto, el cuidado del medioambiente, todo con un fin en común: el comercio justo.
Datos obtenidos de la Organización Mundial de la Salud afirman que para fabricar unos pantalones vaqueros se utilizan en promedio 7,500 litros de agua, los cuales equivalen a la cantidad que una persona bebe en promedio durante siete años.
De acuerdo con la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la industria de la moda es la segunda más contaminante en el mundo.
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Aceptémoslo, por más que amemos la moda, formar parte de ella trae muchas implicaciones. Entre las cuales se encuentran la explotación de los trabajadores, sueldos miserables, poca preocupación por sus derechos y un gran impacto ambiental.
NUEVOS CAMINOS PARA EL COMERCIO JUSTO
En 2013, el edificio en Rana Plaza, en Daca, Bangladés, donde se encontraban varias fábricas textiles, se desplomó y terminó con la vida de más de 1,135 personas, de las cuales el 90 por ciento eran mujeres.
Después del trágico suceso nació el movimiento Fashion Revolution, creado por la diseñadora de modas Carry Somers. Este tiene como principal objetivo saber dónde, cómo y bajo qué circunstancias se fabricaron las prendas que utilizamos, cuidando el trabajo honesto de las personas que laboran en fábricas y comercios textiles.
A su vez, existe el movimiento de moda lenta (slow fashion), el cual nos ayuda a involucrarnos poco a poco en la moda sostenible, debido a que su principal objetivo es reivindicar a los consumidores y, al mismo tiempo, detonar compras mucho más conscientes que reduzcan la adquisición de ropa nueva. Es decir, se logra un comercio más justo.
Algunas de las características del slow fashion son donar prendas que no se utilicen para que tenga una segunda vida y apoyar a empresas y comercios locales con poco personal.
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Además, este movimiento se propone que la población recicle y adquiera prendas en lugares que se dedican a vender piezas únicas y usadas y que adopte un estilo único para así evitar el consumo de prendas por temporada.
MÉXICO Y LAS INICIATIVAS SUSTENTABLES
En nuestro país, marcas como Amor & Rosas, Someone Somewhere y Oni Original utilizan materiales reciclados, reutilizan telas de fibras naturales, producen sus prendas para que tengan mayor durabilidad y, además, garantizan un trato digno a quienes las producen.
Un ejemplo de este tipo de marcas es Silver Plate Jeans, empresa 100 por ciento mexicana que busca reducir su impacto de varias formas. Para empezar, obtiene sus telas de textileros locales y utiliza algodón mexicano de cultivo sostenible para elaborar su mezclilla, lo que reduce la huella de carbono y ayuda a la economía del país.
De acuerdo con Ana Karina Ortiz, vocera de la marca, Silver Plate no produce con excedentes, sino con base en la demanda, lo que permite evitar desperdiciar materia prima. Además, produce prendas más duraderas y resistentes, por lo que no es necesario lavarlas continuamente.
“Si lavamos los jeans cada cinco usos se puede reducir hasta en un 30 por ciento el consumo de agua, y si lo hacemos cada diez usos, hasta en un 50 por ciento”, detalla.
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Otro aspecto importante para esta empresa mexicana es garantizar la calidad de vida de las personas que fabrican las prendas, así como el desarrollo humano. “Silver Plate genera más de 3,000 empleos directos e indirectos en México. Apoyar el empleo nacional y comercializar los diseños dentro de los canales mexicanos es el primer paso para contribuir con el crecimiento conjunto de México y su sustentabilidad”, apunta Ortiz.
Y la iniciativa mexicana por una moda más sostenible no termina en las maquilas. Desde hace más de diez años, el foro mexicano de estilo de vida sostenible enfocado en el diseño, Fashion Green MX, reúne a actores y líderes de la moda y otros sectores para promover la sustentabilidad en esta industria.
Su fundador, Jean Verdier, explica que la moda sustentable no solo implica reducir el impacto ambiental de la producción de prendas, sino también “que los consumidores sepan qué están comprando, que la empresa transparente de qué están hechas sus prendas, cómo obtiene la materia prima, dónde las produce, cuáles son las condiciones laborales de quienes las hacen y a dónde van a parar una vez que se desechan”.