Cuando una crisis como la pandemia de coronavirus golpea una organización, sus ejecutivos deben evaluar el impacto en su modelo de negocio tanto a inmediato como a largo plazo.
LA PANDEMIA ha cambiado la realidad de millones de personas. De manera inesperada llegó una nueva forma de vivir y subsistir. El contacto humano, la forma de relacionarse y el modo de hacer negocios ya son totalmente distintos.
En México, 93.2 por ciento de las empresas mexicanas ha sufrido algún tipo de afectación económica desde el inicio de la crisis económica derivada de la pandemia por coronavirus; empero, solo el 7.8 por ciento ha recibido apoyos para solventar la situación, dio a conocer a finales de julio pasado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Inegi realizó una encuesta sobre el impacto de la pandemia en las empresas, del 7 de mayo al 12 de junio de 2020, con una muestra de aproximadamente 5,000 empresas. Y señaló que 59.6 por ciento de las compañías llevaron a cabo cierres temporales por la cuarentena.
Durante la cuarentena, el consumo de distintos productos y servicios disminuyó considerablemente. Los mexicanos compraron solamente lo considerado como prioritario. Como fue el caso de la eliminación del consumo en restaurantes y bares.
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Otras empresas, que por sus giros comerciales podían trabajar desde casa, afrontaron la crisis sin despidos al fomentar el teletrabajo y, con ello, las reuniones virtuales, a través de videoconferencia y telepresencia.
En otros casos también se aplicó la entrega a domicilio, garantizando las medidas necesarias, e incluso hubo descuentos y ofertas para alentar a los clientes a adquirir los productos y servicios. A su vez se racionalizó la producción.
También en muchos casos los precios aumentaron, esto con tal de mantener ganancias mínimas y no generar despidos.
La encuesta también estima que, por prioridad económica, las empresas consideradas como esenciales y que llevaron a cabo paros técnicos o cierres temporales de 21 días o más, registraron 41.4 por ciento y las no esenciales, 50.5 por ciento.
La mayor afectación fue la disminución de los ingresos, con 91.3 por ciento. Le siguió la baja demanda que a escala nacional se reportó en 72.6 por ciento de las empresas consultadas.
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Durante abril de 2020, el 60.2 por ciento de las empresas instrumentaron acciones operativas, mientras que el 39.8 por ciento no lo hizo. La entrega de pedidos a domicilio fue la acción operativa más instrumentada a escala nacional, por el 45.0 por ciento de las empresas, seguida de promociones especiales con 33.8 por ciento; el trabajo en casa, con 32.6 por ciento, y las ventas por internet, con 29.6 por ciento.
NUEVOS MODELOS DE NEGOCIO
De acuerdo con la empresa social de educación y tecnología ILab, hay tres aspectos importantes que ya no serán igual para los negocios después del COVID-19.
El primero son los esquemas de trabajo, pues con la llegada de la pandemia, millones de colaboradores alrededor del mundo tuvieron que empezar a trabajar en sus hogares.
“Ahora que se está levantando la cuarentena, nada volverá a ser como antes. De acuerdo con una investigación realizada por la firma Atento, casi ocho de cada diez compañías que realizaron trabajo a distancia continuarán utilizándolo en la nueva normalidad”, explicó ILab.
El segundo son los clientes. Con la pandemia no solo hay menos recursos disponibles, por lo que los clientes no solo compran menos, sino que los hábitos de consumo han cambiado de una manera muy rápida y sin retorno.
La industria de la restauración y el turismo son probablemente las más afectadas, pero el cambio de los clientes es general. Las personas están gastando en lo que es verdaderamente esencial, así que este detalle es muy importante para entender cómo se están comportando actualmente.
“Globalmente, los consumidores continúan gastando —a veces más que antes de la pandemia— en artículos para el hogar y en comida”, señala un texto del Foro Económico Mundial. Hoy las personas están más dispuestas a gastar en actividades que puedan hacer en casa y están dejando de lado todo aquello que se realiza en el exterior, explica ILab.
Las compras en línea han sido las que han generado un mayor repunte de ventas. De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), después de tres meses de cuarentena, los consumidores continuaron recurriendo a las compras en línea para no salir de casa.
Y el tercer aspecto que ha cambiado es el modelo en los negocios después del COVID-19. La forma en la que las empresas hacían dinero se vio transformada con el coronavirus, sea la industria a la que pertenezcan, es decir, su modelo de negocio ha cambiado, lo quieran o no, asegura ILab.
“Cuando una crisis como la pandemia de coronavirus golpea una organización, sus ejecutivos deben evaluar el impacto en su modelo de negocio, tanto a inmediato como a largo plazo”, advierten profesores de la Copenhagen Business School en un texto para la Harvard Business Review.
Si para un restaurante, la venta de comida in situ antes de la pandemia era su principal fuente de ganancia, hoy seguramente se tiene que plantear la necesidad de la entrega en línea o de alguna otra transformación que le garantice su supervivencia.
La empresa presenta cuatro dimensiones esenciales: los clientes, la propuesta de valor, las demostraciones de valor —los canales a través de los cuales vende y se organiza para vender— y las capacidades.
TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN, ALIADOS
El mundo de la tecnología y la innovación ha apoyado al sector empresarial durante la emergencia y ha sido determinante para cualquier escenario de salida de la crisis y reactivación económica.
La empresa IA Latam explica que la tecnología aplicada por las empresas en sus sistemas de operaciones, procesos y logística será crucial para que puedan enfrentar de mejor manera la crisis producida por el coronavirus COVID-19.
“En esta encrucijada, la automatización y digitalización juegan un rol clave. Tecnologías como el internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial (IA) y el machine learning (ML) serán fundamentales para, por ejemplo, visualizar procesos a distancia desde la computadora, encender y apagar equipos de manera remota, generar alertas para posibles fallas y hacer funcionar equipos sin la intervención humana”, ha explicado.
Enfatiza que la tecnología facilita la vida, pero es en situaciones de crisis como la que actualmente vivimos cuando más se valora la inversión en digitalización y tecnología, ya que “será fundamental a la hora de poder asegurar un servicio continuo y de calidad”.
¿PRODUCIR O RESGUARDARNOS?
Dependiendo del tipo de negocio se determina si es necesario continuar produciendo o detenerse para resguardar la salud y hasta la vida. En caso de detener las producciones las pérdidas son inevitables, por ello las empresas se enfrentan a un dilema.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomiendan evaluar las funciones esenciales y la dependencia que otros y la comunidad tienen respecto de los servicios o productos.
Así como estar preparado para cambiar las prácticas comerciales de ser necesario para mantener funcionando las operaciones fundamentales. Identificar cadenas de suministro alternativas para bienes y servicios críticos. Ya que es posible que haya mayor demanda o no estén disponibles algunos bienes o servicios.
En México, la mayoría considera que una de las políticas más necesarias para apoyarlas en esta pandemia por COVID-19 es el aplazamiento de pagos por servicios en un 47.0 por ciento, la transferencia de efectivo con 41.3 por ciento y el acceso a créditos nuevos con 41.0 por ciento, entre otras acciones con menor frecuencia.