Las muertes por coronavirus en las cárceles de Estados Unidos aumentaron 73 por ciento desde mediados de mayo, según información del New York Times.
De acuerdo con los reportes del diario, ha habido más de 600 muertes en las prisiones estadounidenses debido al COVID-19, mientras que el número de presos contagiados es de más de 65,000.
“Si hubiera habido una estrategia correcta, todos lo hubiéramos hecho”, dijo al periódico el doctor Owen Murray, que supervisa la atención médica en numerosas prisiones del estado de Texas. “No existe una estrategia clara aquí”, afirmó.
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Sin embargo los presos temen que la falta de protección pueda llevarlos a contraer el virus o morir por ello.
Según Reuters, las escasas pruebas y los informes inconsistentes de las autoridades locales han complicado los esfuerzos para poder rastrear o contener la propagación del virus, especialmente en las cárceles locales.
El portal de noticias reporta que el recuento de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) es bastante bajo. Ellos mismos reconocieron en un informe que su recuento se vio obstaculizado por datos irregulares y no representativos de la enfermedad dentro de las instalaciones penitenciarias.
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Algunos de los lugares donde más se concentra el virus es en instituciones correccionales, asilos de ancianos y en plantas empacadoras de carne, según la información publicada por el Times.
Estados Unidos tiene aproximadamente más de 2.2 millones de personas tras las rejas, incluidos 1.5 millones en prisiones estatales y federales y cerca de 740,000 en cárceles locales, de acuerdo con datos de la Oficina de Estadísticas de Justicia.
Para tratar de reducir las tasas de infección, muchas cárceles han liberado reclusos para poder crear más distancia entre los que permanecen dentro. Sin embargo, esta medida también ha generado preocupación porque los presos salen sin antes haber sido examinados para detectar el coronavirus, por lo que existe el riesgo que puedan ser portadores y contagiar a más personas.
Hasta el momento, hay 2,127,745 casos confirmados en Estados Unidos y 116,726 muertes, según los conteos que realiza la Universidad Johns Hopkins.
Con información de Reuters y The New York Times.