El ser humano en lo general y en lo particular somos hipócritas debido a que continuamos, continuaremos y seguiremos contaminando el planeta en función de cubrir nuestras propias necesidades y tener el confort que la tecnología en las últimas décadas ha ofrecido a lo que llamamos calidad de vida.
El hombre, a raíz de lo anterior, ha creado tres fenómenos que hoy en día son de alta importancia para el futuro.
El primero es el cambio climático, y hace referencia a la alteración de la atmósfera que repercute en el cambio del clima.
El segundo es el efecto invernadero, un fenómeno natural que ocurre en la atmósfera de la tierra y modifica su temperatura.
Y, por último, el calentamiento global, llamada así a la elevación de la temperatura media de la Tierra y del agua que la recubre.
En México todavía no se ha comprendido que la reforma energética no es una ideología, sino una herramienta que alinea diferentes formas de cómo puede realizarse un proyecto, cuidando que técnicamente pueda ser realizado y, con ello, la inversión pública pueda minimizar los riesgos ambientales al dejar que otros puedan asumir en conjunto y conformidad lo suscrito para cada mercado.
El único inconveniente en México es la base para realizar los contratos desde un punto de vista de llenar trámites o papeles, sin averiguar si en el país se cuenta con el dinero de un presupuesto, la infraestructura, sistemas de monitoreo o el seguimiento del porqué fue autorizado.
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Es decir: no hay un plan de largo plazo de lo que la nación necesita para poder crecer y saber qué utilizar para dañar en lo mínimo el medioambiente. Los planes en México de cualquier índole son adaptados al gerenciamiento de cada administración y no a un guion del plan de nación. Cada uno hace lo que cree conveniente en un periodo acotado.
Alguien ha demostrado que realmente lo que recopilamos de cada argumento del medioambiente aplica en México o simplemente estamos realizando conjeturas de estudios que posiblemente, al llevarse a la práctica, no funcionen al no dar los mismos datos y no tener las mismas condiciones iniciales comparado con donde fue realizado.
En México contamos con los siguientes órganos que deberían ser más apoyados para lograr una autonomía total:
∞ La Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee), cuyo objetivo central es promover la eficiencia energética y fungir como órgano técnico en materia de aprovechamiento sustentable de energía.
∞ El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), cuyas atribuciones son generar, integrar y difundir conocimiento e información a través de investigación científica aplicada y del fortalecimiento de capacidades para apoyar la formulación de política ambiental y la toma de decisiones que promuevan el desarrollo sustentable.
∞ La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), que debe garantizar la seguridad de las personas y la integridad del medioambiente con certidumbre jurídica, procedimental y de costos en el sector hidrocarburos.
HACEDORES DE AUTOPSIAS AMBIENTALES
Estos órganos en México los estamos utilizando solo para hacer autopsias ambientales cuando el hecho ya fue y solo aplicamos el remedio, pero no cuáles eran las condiciones antes de que pasara en el lugar donde fue utilizado. Hoy la boga en México es demandar y emitir amparos, la pregunta es si esto harán que disminuya la contaminación debido a que no se ofrecen soluciones reales y la gente continúa usando lo que emana de la trasformación de la energía.
Tenemos una norma 016 para combustibles en juicio sobre qué tipo de oxigenante utilizar en función de la recopilación de información de un análisis realizado en otra latitud del mundo y no con datos de la condición en México y en función de su calidad del aire para hacer la combustión y si el combustible crudo antes de adicionar aditivos cumple con la norma.
La supuesta salida de energías renovables en el país en realidad es una adaptación a lo que tenemos hoy día en la infraestructura para mover la electricidad, fuera de lo cual sea la generación convencional o limpia (producir menos de 100 Kg/CO2).
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Ante lo anterior, todo el mundo hemos perdido el foco, continuaremos contaminando en cada cosa que hagamos hoy día, pero la decisión de cuánto deberá estar fundamentada en dos valores técnicos: el poder calorífico resultante de una combustión completa o incompleta y la cantidad de emisiones permitidas bajo la normatividad mexicana de CO2.
Un combustible con mayor poder calorífico y menor cantidad de masa molecular hace que se obtenga más calor en menos tiempo y con menos gasto de combustible, disminuyendo la cantidad de contaminantes al tener una menor cantidad de átomos de carbonos con enlaces de hidrógeno. Pero para realizar una combustión ideal, la calidad del aire deberá estar lo mayormente apegado a lo más puro posible del entorno.
En México contamos con el Registro Nacional de Emisiones (Rene), el cual tiene varias herramientas que ayudan a entender sobre la emisión CO2.
Preguntas: ¿dejaremos de contaminar o tendremos el dinero suficiente para la inversión pública y poder cubrir la demanda de energía con baja emisión de contaminantes? ¿O es mejor aprovechar la inversión privada que pueda asumir los riesgos financieros y del negocio?
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía.