Pocas ciudades tienen el tipo de desafíos que enfrenta Freetown. Al ser una ciudad con un millón de habitantes y capital de la nación de África Occidental de Sierra Leona, Freetown sufrió una sangrienta guerra civil en la década de 1990 y ataques rebeldes continuados hasta 2002, cuando el país estableció un gobierno estable.
La nación está casi en el último lugar del Índice de Desarrollo de Naciones Unidas, que mide la calidad de vida esencial en 187 naciones. Más de la mitad de los residentes del país viven con menos de 1.25 dólares al día. Aunque Freetown es ligeramente más próspera, muchos residentes viven en barrios pobres, donde están expuestos a inundaciones y enfermedades.
El gobierno nacional ha respondido a estos acuciantes problemas con soluciones de ciudad inteligente. El año pasado, el presidente Julius Maada Bio estableció la Dirección de Ciencia, Tecnología e Innovación y nombró a David Moinina Sengeh, con estudios de doctorado en Harvard y el MIT y que desarrolló un nuevo sistema para instalar miembros prostéticos, para dirigir la oficina principal de innovación.
Sengeh fue pionero en ambiciosos proyectos de ciudad inteligente. Estableció un “centro de datos de educación” en el que se reúnen las calificaciones obtenidas por cada escuela en diferentes exámenes y se correlacionan con datos sobre ubicación, características demográficas, gasto y políticas. Los datos permiten que los trabajadores den seguimiento a las condiciones que influyen en las calificaciones y hagan cambios para ayudar a las escuelas que presentan deficiencias.
La oficina de Sengeh ha expandido esas prácticas de recolección de datos a las áreas de atención a la salud, acceso al agua y finanzas gubernamentales. Dicha oficina se asoció con la empresa estadounidense Kiva para ofrecer una plataforma digital de microcréditos para ayudar a los consumidores y emprendedores a establecer un historial crediticio, lo que constituye un paso importante en una nación en la que la mayoría de los residentes no tiene acceso al sistema bancario. La plataforma de Kiva utiliza el escaneo de huellas dactilares y de la retina para garantizar la seguridad de los datos.
Ahora, la ciudad trabaja en la fabricación de secuenciadores portátiles de ADN para ayudar a los organismos de aplicación de la ley a combatir la alta incidencia de violaciones, además de utilizar drones para distribuir medicamentos y suministros de emergencia en áreas de difícil acceso.
Estas medidas innovadoras hicieron que los expertos del Consejo de Premios al Impulso de Newsweek calificaran a Freetown como una ciudad inteligente de la que hay que estar pendientes.
A pesar del carácter innovador de Sengeh y sus colegas, ellos enfrentan una tarea difícil. Pero han tenido un inicio esperanzador.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek