Una mujer de 23 años, que esperaba a su primer hijo, habló de la sorpresa que recibió cuando descubrió que su feto era, en realidad, un tumor canceroso.
Grace Baker-Padden, del Condado de Durham, en el noreste de Inglaterra, declaró al diario británico The Mirror que consumía medicamentos de control natal, por lo que le sorprendió sentirse embarazada. Sin embargo, cuatro pruebas realizadas con su médico confirmaron que está embarazada, por lo que Baker-Padden y su novio Joe Cowling decidieron seguir adelante con el embarazo. Estaban “muy felices y emocionados”, afirmó.
La futura madre observó que su abdomen había comenzado a inflamarse un poco. También comenzó a vomitar diariamente, pensando que se trataba de los malestares matutinos propios del embarazo.
Sin embargo, cuando Baker-Padden comenzó a descubrir restos de sangre, le preocupó estar teniendo un aborto, por lo que acudió con su médico.
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La aprendiz de abogada de bienes raíces se sometió a un estudio de obtención de imágenes a las 12 semanas de embarazo, y se dio cuenta de que la imagen “no lucía nada bien”.
Cowling, consultor de contratación de personal de 28 años de edad, declaró a The Mirror: “No tenía forma de bebé, sino que lucía como un racimo de uvas. La partera dijo que parecía un ‘embarazo molar’ y fue a llamar a un médico.
“Buscamos en Google y vimos que, en ocasiones, eso significaba cáncer. Comenzamos a sentir pánico”.
Las pruebas confirmaron que Baker-Padden tenía un tipo de enfermedad trofoblástica gestacional, denominada embarazo molar. La enfermedad trofoblástica gestacional se produce cuando células anormales crecen a partir del tejido que se forma en la matriz durante el embarazo. Un embarazo molar ocurre cuando el espermatozoide no logra fertilizar al óvulo, produciendo, en cambio, células anormales en la matriz. Esta enfermedad es muy infrecuente, de acuerdo con Cancer Research UK, pero casi todas las formas de enfermedad trofoblástica gestacional son curables.
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El tumor desencadenó signos y síntomas parecidos al embarazo, haciendo que las hormonas de Baker-Padden se dispararan, además de provocar las náuseas y el bulto.
“Fue todo un choque”, dijo Baker-Padden al recordar el diagnóstico. “Fue terrible pasar de planificar este futuro nuevo y emocionante como familia hasta quedarme de repente sin bebé y con mi salud en riesgo”.
Añadió que: “Yo solo quería que me sacaran de inmediato esa horrible masa”.
Con sus sueños de paternidad hechos trizas, Baker-Padden y Cowling se sentían “realmente perturbados”, dijo ella.
Un grupo de cirujanos retiró el tumor, y las pruebas revelaron que era canceroso. Baker-Padden decidió someterse a un tratamiento de quimioterapia durante seis meses, que la dejó “débil y exhausta”.
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Actualmente, su cáncer se encuentra en remisión, pero los médicos dicen que existe una posibilidad de 15 por ciento de que el tumor regrese.
La pareja espera tener un bebé “algún día”, cuando las hormonas de Baker-Padden vuelvan a la normalidad.
Mientras su pareja se recupera, Cowling correrá un medio maratón para recaudar dinero para el Fondo para el Cáncer Adolescente, organización que ayudó a Baker-Padden y que proporciona apoyo a pacientes de entre 13 y 24 años de edad.
Cowling escribió acerca de su pareja en su página de recaudación de fondos de JustGiving: “Durante el último año, la he visto mostrar una verdadera fuerza mientras recibía rondas de quimioterapia para combatir la enfermedad, por lo que estoy muy orgulloso de ella.
Cowling añadió: “Esto realmente lo pone todo en perspectiva, y espero recaudar tanto dinero como sea posible para hacer lo que pueda, por muy poco que sea, para contribuir a esta causa tan brillante”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek