Hoy, después de la diamantina rosa, los graffitis y las marchas desatadas contra la violencia de género, entender su normalización es fundamental para atender un problema que descompone nuestras relaciones de pareja, sociales y familiares.
La maté por un pañuelo es una obra de teatro que aborda la violencia contra las mujeres en sus formas verbales, físicas, económicas hasta llegar al extremo de la muerte.
La directora Andrea Salmerón adapta Otelo, la obra de Shakespeare, a nuestros días y a la realidad mexicana.
Al arrancar la obra, sacude el lenguaje machista y las actitudes misóginas de los personajes. Incomoda ver la sobre sexualización de los hombres y su comportamiento ante las mujeres, los albures, el alcohol.
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Incomoda también la audiencia, pues hay quienes se ríen con los chistes machistas y quienes se tuercen en sus asientos ante las escenas que cosifican a las mujeres. El público parece muestra representativa de nuestra sociedad. Unos lo ven normal y se ríen; otras y otros se ofenden y sufren con la puesta en escena.
Andrea Salmerón poco a poco nos hace comprender que se trata de un espejo del entorno político y social de México.
La obra se desarrolla en el Congreso entre diputados y gobernadores. Otelo es un general del Ejército quien pertenece a la comisión de seguridad y asciende socialmente gracias a su dedicación al trabajo, pero se enamora de Desdémona hija de un prominente político y criada en una clase social a la que Otelo no tiene acceso.
Cuando la relación sale a la luz, el racismo y la discriminación económica se hacen explícitas. Más violencia.
Hay una diputada, Blanca, quien está a cargo de la contratación de edecanes que “asisten a los diputados”. Ella negocia y vende mujeres. Su comportamiento da cuenta de que el machismo no es cosa de hombres y que para ser feminista no basta con ser una mujer que ejerce una sexualidad libre.
Sabemos que Otelo tiene un fin trágico, por ello mientras avanza la obra esperamos con resignación, la decadencia del general y su pérdida de juicio por los celos. Desdémona es la presa de un depredador.
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Por fortuna, dentro de la desgracia también está el despertar de una mujer amiga de Desdémona, esposa de un asesor del general, que ve en la relación de Otelo y Desdémona un espejo de la suya con su esposo; ve en la posesión de las mujeres, como su marido es dueño de ella misma.
Tania Rodríguez, quien se encarga de la propuesta escenográfica y la iluminación hace un trabajo muy interesante al marcar transiciones con los juegos de luz y con persianas que se abren y cierran para separar espacios públicos y privados.
La maté por un pañuelo retoma el trabajo del colectivo Bordamos feminicidios donde un grupo de mujeres narra a través de pañuelos bordados las historias de mujeres asesinadas.
Elenco: Otelo, Leonardo Zamudio; Desdémona, Sofía Sylwin; Rodrigo, Nicolás de Llaca; Iago, Antonio Vega; Blanca, Daniela Arroio; Gobernador, Carlos Álvarez.