Los restos antiguos de dos adolescentes cuyos cráneos fueron deformados artificialmente han sido descubiertos en una fosa fúnebre croata. En uno de los muchachos se notó que su cráneo había sido alargado usando herramientas duras y rígidas, mientras que el cráneo del otro había sido comprimido y hecho más alto, posiblemente con el uso de vendas y cinta.
Los humanos han practicado la deformación craneal artificial (DCA) por miles de años, con evidencia que se remonta al período neolítico. Se encuentra en culturas de todo el mundo, desde los mayas antiguos hasta los hunos de Mongolia, y todavía se practicaba en algunas regiones hasta hace poco. Normalmente, el cráneo empieza a cobrar su forma poco después del nacimiento, cuando el hueso es flexible.
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“Todavía no está claro por qué surgió esta práctica”, dijo a Newsweek Mario Kovak, del Instituto de Investigación Antropológica en Zagreb, Croacia. “Es posible que la hayan usado como un marcador de belleza/moda, o como un indicador visual de asociación con cierto grupo cultural, o tal vez como un indicador de estatus social”.
Kovak, Ron Pinhasi, de la Universidad de Viena, y otros colegas han publicado una investigación sobre la práctica de la DCA en Croacia en los siglos cuarto y quinto a.C., una época cuando estaba dándose una gran migración en toda Europa.
Los restos de tres adolescentes fueron encontrados en una fosa descubierta recientemente en el sitio arqueológico de Hermanov Vinograd, en Osijek, una región en el este de Croacia. A dos de los individuos —conocidos como SU 259 y SU 750— les habían deformado artificialmente las cabezas. Las imágenes muestran cómo los cráneos habían sido alargados, aplanados y hechos más altos.
En un estudio publicado en PLOS One, los investigadores dicen que SU 259, quien tenía entre 14 y 16 años cuando murió, tenía una longitud craneal “aumentada considerablemente”. La imagen (abajo) muestra cómo el cráneo tiene un “hueso frontal considerablemente inclinado con engrosamiento significativo” en la parte posterior. Ellos creen que fue sometido a un “tipo tabular oblicuo de DCA”. Este por lo general implicaba comprimir la parte anterior y posterior del cráneo usando “herramientas duras y rígidas”.
“En el caso de Osijek, la modificación posiblemente se llevó a cabo usando una herramienta rígida solo en la región frontal, ya que no hay rastros presentes de aplanamiento en el hueso occipital”, dijeron ellos.
SU 750, quien tenía entre 12 y 14 años al momento de su muerte, fue sometido a un tipo diferente de DCA. En su caso (mostrado abajo), el cráneo fue aplanado en el frente, lo cual habría resultado en “un crecimiento notable en la altura del cráneo”. El equipo dice que esta forma posiblemente se logró con “herramientas flexibles como vendas, bandas, cintas y/o tocados”.
Después de analizar los cráneos, los investigadores analizaron los esqueletos para aprender más sobre los estilos de vida de los individuos y de dónde provenían. Los hallazgos revelaron que los tres provenían de partes diferentes del mundo. Se halló que SU 259 tiene una filiación relacionada con poblaciones del este de Asia, mientras que SU 750 provenía de una cultura más estrechamente relacionada con poblaciones europeas continentales. El tercer muchacho, cuyo cráneo no fue alterado, provenía del sur de Europa o el norte de África.
“Es importante que los tres individuos sean de partes totalmente diferentes del mundo, ya que esto implica una mezcla de tribus durante este período”, dijo Pinhasi a Newsweek. “No anticipamos tener migrantes reales de primera generación —de lo contrario, aparecerían genéticamente muy diferentes— del este de Asia y Oriente Medio juntos en una fosa con una persona local”.
Pinhasi y Kovak creen que las formas diferentes de los cráneos hallados indican que la DCA se usó como un indicador visual para mostrar la asociación con grupos culturales diferentes. “Así, en este caso, probablemente tenemos un huno con una cabeza alargada, tal vez un alano [una tribu nómada irania] con una altura craneal aumentada, y probablemente un miembro de alguna tribu germánica [ostrogoda o gépida] con una cabeza de forma normal”, dijo Kovak.
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Los investigadores también hallaron que los tres muchachos sufrieron de malnutrición durante la infancia. “Estos episodios estresantes dejaron marcadores visibles en sus dientes y huesos”, dijo Kovak, añadiendo que aun cuando no pueden decir que esta haya sido la causa de muerte, tal vez tuvo algo que ver. “Probablemente, a causa de la malnutrición su sistema inmunológico se vio comprometido, lo cual tuvo un impacto negativo en su salud. No podemos decir si murieron de hambre, pero es una posibilidad”.
Pinhasi añadió: “Ellos compartieron una dieta similar y posiblemente el estilo de vida y fueron enterrados en una fosa. Esto significa que hay mucho por desentrañar sobre el alcance de los movimientos e interacciones de tribus diferentes durante este período. Todavía no sabemos ese contexto real de esta fosa por el cual estos tres muchachos de una edad similar pero filiación genética diferente fueron enterrados en una sola fosa”.
Los científicos ahora esperan analizar cráneos deformados adicionales para hacerse con una idea de las relaciones complejas que se construyeron en esta época turbulenta de migración masiva. “Esto llevará a un mejor entendimiento de las interacciones sociales durante este período, el cual marca en muchos aspectos la formación de las naciones europeas modernas”, dijo Pinhasi.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek