Su nombre es Manzard porque la bisabuela que emigró del Líbano a Huimanguillo, Tabasco, así se llamaba.
Llegó en un barco a los 14 años, pero nunca dejó de hablar en árabe. Artemisa, su bisnieta, después de una carrera en la administración pública en Ciudad de México dio un giro a su vida.
Decidió viajar al origen, explorar la comida del sureste, la influencia de Europa y, claro, de la propia familia libanesa, y entonces crear sus propias mezclas.
Al inicio, Manzard era un pequeño espacio dedicado a la repostería del sureste. Ahora es un restaurante en la colonia Narvarte que recupera los sabores tradicionales de las familias y sus diferentes influencias como la migración libanesa y la llegada de productos europeos a Quintana Roo.
En Manzard los platillos pueden tener queso holandés y plátano macho. El cacao orgánico y la horchata los traen principalmente de Tabasco, y el queso chiapaneco desde Escuintla, municipio del sur de Chiapas.
En Ciudad de México son pocos los lugares que ofrecen un menú exclusivo del sureste a precios accesibles. También tiene sabores de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Para abrir el apetito recomendamos los tostones con aderezo de queso chiapaneco y hoja santa.
De plato fuerte, sin duda, nuestro favorito son las enchiladas tabasqueñas, imperdible. Bien vale la pena tomarse unas horas en Manzard; estando ahí, uno siente el olor de los platanares y la brisa cálida del sureste.
Dirección: Esperanza 560, Col. Narvarte Poniente, CDMX
Instagram: manzard_comedor
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Les Moustaches: un clásico francés en CDMX
Entre Paseo de la Reforma y Río Lerma se encuentra una casa antigua que remonta a la época colonial en nuestro país. Tan pronto cruzas la puerta te adentras en este universo francés de ambiente formal en Ciudad de México.
La cocina es francesa e internacional. Para conocer la comida de este lugar emblemático te recomendamos el pato en salsa de fresa; la carne está perfectamente cocida y la salsa hace que el platillo se torne sumamente fresco, perfecto para compartir.
Cada año, Les Moustaches organiza el Festival de Bacalao para que los comensales puedan probar cinco platos increíbles elaborados con este pescado que proviene de los mares noruegos. El confit de bacalao en salsa verde con almejas baby y guisantes es una delicia.
De postre no te puedes perder el mousse de chocolate que se deshace apenas toca tu boca, de un sabor dulce, pero nada empalagoso.
Si vas a comer te acompañará la melodía de un piano en vivo, pero si decides cenar a esa melodía se sumará la de un violín, este extra hace que se genere un ambiente muy cálido, perfecto para una cena romántica.
Además de su espectacular carta de alimentos y vinos, el servicio de este lugar es insuperable. Desde que te reciben en la entrada hasta que dejas el lugar, el personal está buscando satisfacer cualquiera de tus preferencias culinarias.
Te aconsejamos hacer reservación, sobre todo si vas en fin de semana.
Dirección: Río Sena 88, Col. Cuauhtémoc, CDMX
Facebook: @restaurantlesmoustaches
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Antolina: cocina sustentable y mezcalera
El sismo del 19 de septiembre de 2017 fue un parteaguas para darle vida a este proyecto, un restaurante que ahora ocupa el lugar donde estaba Alipús Condesa.
Para Pedro Sañudo, Saray Sánchez y el chef Adolfo Schwalge es fundamental ofrecer platos elaborados con productos sustentables y de comercios locales.
El menú de Antolina es mexicano, perfecto para acompañarlo o terminarlo con unos buenos mezcales.
Para abrir apetito, la tostada de pata es increíble; está acompañada de coliflor, champiñones ¡y mejillones!
Las enmoladas son una delicia, pues están elaboradas con mole de la sierra mixe en Oaxaca, y vale la pena darle una oportunidad a la hamburguesa mezcalera, una reinterpretación preparada con los ingredientes tradicionales de una tlayuda.
Por favor, dales una oportunidad a los mariscos en Antolina. El aguachile negro es fresco, de justa acidez y, lo más importante, con camarones azules de excelente calidad. También a las tostadas de jurel y al taco patrón, un señor taco en una buena tortilla de harina preparado con camarones azules, frijoles maneados y queso asadero. Caro, pero lo vale.
Aunque de postre se te antoje el pastel de chocolate, arriésgate a pedir el dulce villero, un postre inspirado en la paleta de hielo de vainilla rellena de ate de membrillo, legendaria en Villa de Álvarez, Colima.
Para beber, Antolina ofrece refrescos artesanales, vinos, mezcales, sotol, ginebra, pulque, todo mexicano.
Dirección: Aguascalientes 232, Col. Hipódromo, CDMX
Facebook: @antolinacondesa