La cantante desea que los mexicanos vuelen sin alejarse de sus raíces. Y, así, homenajea a un símbolo que identifica a México en todo el mundo.
Lila Downs viste un traje típico con colores fosforescentes y chillones. Mientras habla, teje en su cabello unas trenzas con listones de colores que terminan por convertirla en una representación de la cultura y las tradiciones mexicanas. La cantante siempre se ha dicho orgullosa de sus raíces indígenas, y ahora las resalta, una vez más, en homenaje a un alimento ancestral que forma parte importantísima de la vida de casi todos los mexicanos: el chile.
No es la primera vez que Lila se propone hablar de aquellos temas que están en boga en la sociedad mexicana: en 1998 habló de las niñas que trabajan en maquiladoras de tela; en 2006, de las teiboleras (bailarinas exóticas), en 2018, de la fuerza de la mujer.
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Ahora, después de una visita a Acapulco, Guerrero, en la que descubrió las bandas del chile frito, se propuso crear un álbum dedicado a este manjar que muchos disfrutamos a diario. “Yo nunca había escuchado ese término (banda del chile frito), pero aprendí que son las bandas de metales: saxofón, trombón, trompeta y tarola. Una de las festividades en las que participan estás agrupaciones es en las bodas, ellos van por la novia y la lleva a casa del novio. De ahí vino la idea de hacer algo sobre el chile”, cuenta la cantante y antropóloga mexicana en una sala bajo el sol en la Hacienda de los Morales.
El álbum, titulado Al chile, fue producido por el mexicano Camilo Lara (Instituto Mexicano del Sonido), mezclado por Mario Caldato Jr. (Beastie Boys) y masterizado por Robert Carranza (The Mars Volta). Además, el artista chileno Gepe y la estadounidense Norah Jones hacen duetos con la cantante mexicana.
A toda esta mezcla de culturas, que en palabras de Lila es “parte de mi niñez”, se suman La Sonora Tropicana, La Banda Misteriosa de Oaxaca, el Grupo Costa Azul (músicos de Rigo Tovar), la banda de música de Juchitán Cemexha y algunos músicos de la Costa Chica.
“Camilo conocía bien al mánager de Norah Jones y ella sugirió el tema que cantamos en el que hablamos de ir a un lugar para ser libres y felices. Para mí es una canción que habla de la migración. Ella cantó, tocó el piano e hicimos una versión en español y una en inglés y ella jamás había grabado en español y lo logró muy bien”, cuenta Lila y en su sonrisa se dibuja el orgullo por su más reciente producción.
El álbum estará acompañado del documental titulado “El son del chile frito” y es que, durante años, Lila se ha propuesto visibilizar las raíces de la cultura mexicana y, cuenta, “mi arte es la música y la composición, y en verdad creo que he contribuido con mi granito de arena en este ámbito. Sí me doy una palmadita, solo una, porque en mi tierra oaxaqueña hay un increíble renacimiento de la indumentaria, la trenza, la gastronomía y el origen de nuestras raíces”.
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La cantante ha cambiado a lo largo de su carrera, y ahora se describe como una mujer más paciente y feliz. “Cuando tenía 20 años estaba muy atormentada porque sentía esa discriminación entre razas en México, es algo que siempre viví porque mi padre fue un hombre blanco y mi madre, indígena. Hace años era más aguerrida, ahora soy más feliz”, dice.
“Nos enseñaron por cientos de años a negar nuestra identidad mexicana, y hasta la gente más morena se decía española para evitar ser castigada. A mi madre le prohibían hablar el mixteco, pero, a pesar de eso, lo mantuvo. Hoy se está demostrando la sobrevivencia de nuestras raíces, pero muchos no hacían caso de su existencia hasta la película Roma, de Alfonso Cuarón”, continúa, y agrega que disfrutó mucho de ver a Yalitza Aparicio triunfando en la pantalla grande.
“Hace 5,000 años los mexicanos ya comíamos chiles, y hace poco encontraron restos de chiles en unas cuevas prehispánicas en Mitla. Esos hallazgos son importantes porque, cuando los cuentas a personas de otros países, entienden por qué el chile es tan importante para los mexicanos, incluso antes que el maíz y el frijol”, dice la cantante, y asegura que agrega chile a casi todas sus comidas.
El 8 de enero de este año, Downs escribió en su cuenta de Twitter: “Empiezan los cambios y ningún chile les embona”, en referencia al nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador y los cambios que se han realizado desde que tomó posesión, el 1 de diciembre de 2018. Al respecto, Lila asegura tener mucha esperanza en el nuevo gobierno: “Pero me da pena que haya quienes no tienen respeto hacía un líder que decide ser más humilde; creo en la humildad y me avergüenza que muchos mexicanos no valoren la humildad en un líder que nos representa”.
Y recalca la importancia de conocer las raíces indígenas, como el sistema de usos y costumbres bajo el que se rigen las comunidades indígenas: “Ahí, cuando un líder político se porta mal, lo sacan, sencillamente”.
Lila Downs es amante del chile, su favorito es el chilhuacle: “Es uno muy específico de Oaxaca y es sabrosísimo, no pica mucho y se come seco y en salsa con ajo y sal de grano”.
Antes de terminar la entrevista, confiesa que le encantaría hablar con todos los mexicanos sobre la cantidad de chile que consumen, pues dice que confirmaría su teoría: “Los mexicanos somos muy chileros”.