La ciencia demuestra una vez más que la salud emocional y física están inextricablemente unidas. El amor, la amistad y sentimientos de gratitud, resultan benéficos para la salud. Sin embargo, lo opuesto puede significar un aumento en el riesgo de morir de un accidente cerebrovascular (AVC), según los resultados de un reciente estudio en Reino Unido.
Un equipo de investigación formado por académicos británicos, concluyó que las personas solitarias tenían tasas más altas de enfermedades crónicas y tabaquismo, y mostraban más síntomas de depresión, en comparación con las personas con redes personales fuertes.
Christian Hakulinen, el experto de la Universidad de Helsinki que dirigió el estudio, concluyó que tener pocos contactos sociales era un factor de riesgo para la muerte temprana, particularmente entre aquellos con enfermedad cardiovascular preexistente.
El estudio, publicado el martes, recabó datos de 479,000 personas, que respondieron un cuestionario para saber si estaban “socialmente aisladas” (cuántas personas veían, con qué frecuencia salían) y si se sentían solas.
“El aislamiento social y el sentimiento de soledad están asociados a un riesgo más alto de infarto grave de miocardio o accidente cerebrovascular”, indican los investigadores finlandeses en la revista médica Heart.
“El aislamiento social parece ser un factor de riesgo de mortalidad independiente tras un infarto o un AVC”, agregan.
La originalidad del estudio residió en aislar este factor de los otros. En efecto, vivir solo suele ir aparejado de otros riesgos para el corazón, como un estilo de vida poco sano (tabaquismo, alimentación desequilibrada, falta de actividad física), una mala salud mental y la pobreza.
Excluyendo esos otros riesgos, el hecho de vivir solo aumenta la posibilidad de morir un 32 por ciento tras un infarto o un AVC.
(Con información de AFP)