Una de cada cinco niñas y uno de cada 11 niños han sido víctimas de abuso sexual antes de cumplir los 12 años. La violencia contra este sector de la población se ha incrementado en la última década tanto en incidencia como en la saña con la que se comete, advierte la coordinadora de la organización “Abuso Sexual Infanti (ASI) No se vale”, Rosario Sánchez Pacheco.
En el marco de la celebración del Día del Niño y de la Niña, la psicóloga señala que por cada caso del que tienen conocimiento las autoridades, hay siete que se mantienen en silencio.
El subregistro, sostiene, es tan alarmante como la impunidad hacia los agresores cuando se denuncian estos delitos, así como el tortuoso camino que implica para las víctimas y sus acompañantes iniciar y mantener el proceso jurídico.
Mientras tanto, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Mujer por Razón de Género reportó hasta la primera quincena de abril, 130 denuncias de abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes en este 2019, una por día, tan solo en 21 municipios del estado –capital y conurbados–.
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Por su parte, la secretaria Ejecutiva del Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), Rosario Villalobos Rueda, asegura que la celebración del día del niño y de la niña este 30 de abril, tendría que estar enmarcada en una nueva concepción de derechos.
La servidora pública opina que los regalos en esta fecha por parte de las y los legisladores hacia este sector poblacional que representa el 30 por ciento del estado, deberían consistir en una revisión a la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Oaxaca.
A este mismo Poder, sostiene, le compete considerar la creación de una Comisión de la Infancia y Adolescencia mediante la cual se revisen las iniciativas y se brinde un análisis integral de las mismas.
“Un buen regalo para este 30 de abril sería que se otorgaran autos de formal prisión contra violadores de niñas, niños y adolescentes. Así como parques seguros donde jugar”, opina.
Ante ello, llama a coadyuvar en la transversalización de los derechos de la infancia y a los municipios a sumarse a la construcción de los SIPINNA locales, que permitirían establecer un diagnóstico en cada ayuntamiento de las condiciones que viven los y las niñas.