Afuera, en lo natural, desconectados de las distracciones, podemos acercarnos a nosotros mismos.
Cuando pensamos en un evento vibrante, lleno de energía y emoción, ir a trabajar dentro de una oficina no es lo que nos pasa por la mente. Entonces nos preguntamos: ¿cómo podríamos atrapar esa energía que conseguimos en aquellas actividades que nos emocionan?, ¿cómo encapsularla y repartir pequeñas dosis dentro de la empresa?
Un estudio desarrollado en el Reino Unido por el Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención (NICE) y otro realizado por la Universidad de Bristol comprobaron que el ejercicio beneficia el ambiente laboral, el desarrollo de la cultura empresarial y la productividad.
Si nos detenemos a pensar en la cantidad de tiempo que pasamos frente a nuestros escritorios nos daremos cuenta de que estamos en algún punto alrededor de la media global de siete horas diarias. Esas son horas en las que permanecemos en reposo itinerante. Quizá nos levantemos por una copia o a servir más café en nuestra taza predilecta, esa que guardamos en nuestro cajón y que nadie más debería usar. Pero bien sabemos que esto no puede ser contabilizado como actividad física en pro de nuestra salud.
Empresas que han adoptado la cultura del ejercicio han visto alzas en la productividad de sus empleados de hasta 40 por ciento. Es decir, invertir en nuestra salud física es sinónimo de mejoras en el trabajo, un aspecto de nuestra vida que nos permite desenvolvernos como miembros productivos de nuestra familia y comunidad.
Otro factor clave que nos produce el hacer actividades físicas en exteriores es la relación y cercanía con la naturaleza, esto lo menciona la Universidad de Utah en un estudio realizado en el 2012. Tras interactuar con la naturaleza, la población del estudio mejoró en 50 por ciento en las pruebas de creatividad realizadas de manera aleatoria.
Por lo tanto, creemos que las empresas deberían hacerse responsables, cuando menos, de mantenernos motivados. Esta es apenas una pequeña parte de la pirámide de la responsabilidad que representa la relación empresa-empleado. Otras no menos importantes son: salud, realización, seguridad y crecimiento personal.
En pleno 2019 ya existen compañías que se dedican a generar experiencias en pro de la naturaleza y las comunidades a través de proyectos sociales en colaboración con empresas. Estas saben el reto que conlleva el incentivar a los empleados y empleadores a tomar medidas por su salud o su impacto ambiental.
Mucho hemos escuchado hablar sobre cómo empresas gigantescas mantienen a su población de trabajadores en condiciones infrahumanas. Sin embargo, la tendencia global nos habla de cambios para bien en este y otros sectores. Así, conocemos las nuevas políticas de trabajo de empresas avantgarde o vanguardistas. Hemos visto sus salones repletos de sillones para tomar una merecida siesta, comidas nutritivas y gratuitas servidas en el brillante comedor, gimnasios, prestaciones sin límites y espacios abiertos para trabajar de maneras más productivas.
Todos quisiéramos trabajar en una de estas multinacionales, estandartes aspiracionales del trabajador promedio, y dejar atrás nuestro terrible sándwich y cubículos grises. Pero ¿estamos listos para pensar como estas empresas del futuro? Empresas que están generando cambios no solo en el ambiente laboral, sino en la manera en la que hacen negocios, comunican mensajes a su público meta, e incluso en cómo producen sus bienes y servicios.
La compañía Patagonia, en su libro La empresa responsable, define a esta como una entidad que le debe a sus consumidores productos seguros, de alta calidad, duraderos, conscientes, fáciles de reparar y la posibilidad de reciclarlos o reutilizarlos para algo nuevo: “La empresa responsable le debe a sus accionistas apertura en sus procesos a través de todas sus líneas divisionales, mejorar continuamente en sus procesos y la capacidad de levantar la voz en torno a lo incorrecto (tan amplio como esto pueda ser)”.
Como podemos darnos cuenta, la empresa responsable, también conocida como la empresa del futuro, pone mucha atención en su actuar, hablar, producir y en la vital relación con su fuerza laboral.
Para que tus trabajadores desarrollen al máximo su potencial debes de desarrollar planes innovadores que mejoren la comunicación, promuevan un sentido de pertenencia, fomenten la relación de equipos y estimulen el liderazgo a través del ejercicio y la relación con la naturaleza.
Afuera, en lo natural, desconectados de las distracciones cotidianas, es donde podemos acercarnos a nosotros mismos, a nuestras relaciones dentro y fuera de la oficina; es en donde podemos adoptar prácticas más saludables y sostenibles con bajos niveles de estrés que nos permitan no solo crecer, sino prosperar como personas y como empresas.
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Rutas y Raíces es una empresa que se dedica a generar experiencias en pro de la naturaleza y las comunidades a través de proyectos sociales en colaboración con las empresas. www.rutasyraices.com