El Instituto Nacional de Migración (INM) en Nuevo León reportó 3 mil 821 migrantes establecidos durante 2015, cifra que aumentó a 4 mil 215 extranjeros, y se redujo en 2017 con solo 2 mil 689 personas.
El Centro de Estudios de Migración en México (CEMM) en Monterrey reportó 3 mil 500 migrantes centroamericanos, mayormente hondureños y guatemaltecos, establecidos en dicha ciudad.
El número de migrantes detenidos provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica, -formado por Honduras, Guatemala y El Salvador-, pasó de 80 mil en 2013 a 118 mil en 2014, y 170 mil en 2015, registró la asociación defensora internacional Human Rights Watch (HRW).
En su tránsito por México los migrantes sortean varios peligros como abusos, robos, despojos, violencia y explotación laboral por no tener una condición regular en el país de tránsito. La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió poco menos de mil 300 solicitudes de reconocimiento de la condición de refugiado.
“No hay que olvidar la visión de nuestras hermanas y hermanos que por cuestiones geopolíticas se han visto obligados a emigrar hacia el norte; hay muchas cosas que decir sobre ellos y sobre lo que no hemos hecho para ellos”, refirió el padre Alejandro Solalinde al participar en un foro sobre migrantes y refugiados en Nuevo León.
Los centroamericanos procedentes del Triángulo Norte se vieron forzados a salir de su país por el elevado nivel de violencia, pues según HRW, en esos países existe una tasa de 53 asesinatos por día, más de tres veces el promedio mundial y existen 4.5 millones de armas ilegales.
El INM reportó un aumento de 150 por ciento del flujo de migrantes provenientes de Centroamérica de 2013 a 2015. Según el Instituto en ese lapso fueron retornadas 500 mil personas y de 9 migrantes menores de edad no acompañados detectados en 2013, en 2015 el número pasó a 40 mil jóvenes.