El dinero que obtiene de la venta de peines y artesanías de madera que realiza diariamente en el centro de la capital oaxaqueña, le alcanza para adquirir solo algunos productos de la canasta básica, para “completar el gasto” Paula se apoya del programa de 60 y más que recibe su padre, con quien vive.
Su jornada laboral comienza a las nueve de la mañana y concluye a las ocho de la noche. Aunque es vendedora ambulante, pasa un par de horas en alguno de los accesos a la iglesia de La Soledad, donde también llegan los turistas.
La mujer de 35 años trabaja todo el día, pero sus ventas no garantizan cubrir sus necesidades básicas. “Si no fuera por el apoyo que recibe mi viejito, no comeríamos mis dos hijos y yo”, confiesa.
La risa nerviosa que acompaña el recuento de los apuros económicos se vuelve sarcástica cuando reconoce que casi a diario tiene que caminar más de una hora a su casa para “estirar el gasto”.
Paula forma parte del 39.3 por ciento de la población oaxaqueña que vive en “Pobreza laboral”, una circunstancia que se presenta cuando el ingreso laboral de un hogar es insuficiente para alimentar a todos sus miembros.
La organización “México ¿cómo vamos?” apunta que los hogares en pobreza laboral logran alimentarse a partir de ingresos no laborales como remesas, transferencias o acceso a programas sociales.
De acuerdo a la última medición que realiza el organismo, la entidad se encuentra en “semáforo rojo” en este indicador, ya que en el tercer trimestre de 2018 alcanzó al 39.3 por ciento de la población laboral, el más alto de todo el año (en el primer trimestre la estadística fue de 39.1, mientras que en el segundo se redujo al 38.5 por ciento).
Esta misma organización ubica a la entidad en semáforo rojo en siete de ocho mediciones: creación de empleos formales, productividad, pobreza laboral, informalidad, deuda pública, desigualdad laboral y ocupación del gobierno, siendo la variable “crecimiento económico”, la única que se encuentra en verde.
Paula no solo padece pobreza laboral, sino que forma parte del 74.5 por ciento de la población oaxaqueña que hasta el tercer trimestre de 2018 se encontraba en la informalidad, la estadística más alta desde marzo de 2017.
“México ¿cómo vamos?” refiere que en el cuarto trimestre de 2018 se generaron 390 empleos formales en la entidad.
En contraparte, en el cuarto trimestre de 2017 se tuvo un récord de generación de empleos con garantías sociales que llegó a 12 mil 128, sin embargo entre enero y marzo de 2018 esta estadística se redujo a mil 847 y al siguiente trimestre se registró una pérdida de tres mil 685, situación que se repitió entre julio-septiembre del año pasado con mil 956 empleos.
Paula se levanta de la puerta de la iglesia. Hoy no ha sido un buen día de ventas. “Enero es un mes difícil” asegura y continúa su camino.